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15 julio, 2010
EL “ENCUENTRO SENTIMENTAL” DE MANUEL FRAGA Y FIDEL CASTRO
En la gráfica: Manuel Fraga y Fidel Castro
La visita de Fidel Castro a la Galicia de Manuel Fraga en 1992 es el tema del documental "Fraga y Fidel, sin embargo", que rueda Manuel Fernández Valdés con la intención de retratar el "encuentro sentimental" de estos dos "mitos contrapuestos" y mostrar cómo se relaciona el pueblo "con el poder"
El 27 de julio de 1992, el líder cubano pisó por primera vez Galicia, la tierra de su padre, donde fue recibido por el entonces presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, su anfitrión durante dos intensas jornadas, en un “encuentro sentimental que excedía al protocolo habitual”, explica el director.
“Quería hablar sobre Fraga y los gallegos”, de la relación casi “mítica” del político con su tierra, pero al saber hace unos años de esta visita de Castro, “la máxima representación de un mito del siglo XX”, el documental se centró en ambos, explica el realizador y guionista.
«Me interesaba mucho la reacción social ante este encuentro, cómo gente muy distinta fue capaz de entender que esas dos figuras tan políticamente opuestas estuviesen tan próximas», comenta en conversación telefónica desde la pequeña casa de Láncara (Lugo) donde nació el padre del líder cubano, Ángel Castro, uno más de los tantos gallegos que emigraron a Cuba.
“Fidel y Fraga son los protagonistas del documental, pero siempre retratados en boca de otros”, explica Fernández, que ha seguido el rastro a las personas que tuvieron esos días contacto directo ellos, desde quienes les prepararon diversos agasajos y “una romería descomunal” hasta quienes formaron parte de los grupos que gritaban “Fidel amigo, Galicia está contigo”.
Por los testimonios recogidos durante el rodaje de este largometraje documental, que concluirá a mediados de julio, muchas personas siguen pensando que fue una visita acertada “porque Fidel es hijo de gallegos y los gallegos son acogedores”, explica el director. Por otro lado, y a pesar de que en los últimos tiempos la figura de Fidel se “ha erosionado políticamente”, también se reafirman quienes siguen pensando que fue “el día más bonito de sus vidas, porque se encontraron al máximo representante de un símbolo muy importante para ellos, como es la revolución cubana”.
Fernández se ha encontrado también con cierto desencanto, el de algunos políticos que entonces vieron la visita como oportuna pero que ahora “intentan marcar distancias con el dictador”. No es el caso de Manuel Fraga; “él no se arrepiente, por ejemplo en sus memorias dice que gracias a él se liberaron algunos presos”, relata el realizador gallego, que ha recibido la ayuda del entorno del político gallego en la preparación del rodaje y sus localizaciones.
Para el documental se han utilizado crónicas periodísticas e imágenes televisivas, pero Fernández da especial importancia a los vídeos caseros que ha conseguido de la gente del lugar, porque querían “que se colara el aspecto humano”, y que se reviva aquel episodio a “través de la palabra de la gente, de sus recuerdos”.
En definitiva, ver como el pueblo “se relaciona con el poder”, en un recorrido presidido por los destellos humorísticos, y hasta surrealistas, que deparó aquélla visita, en la que, por ejemplo, “la persona que le puso la bomba a Fraga en su casa de verano se manifiesta ese día a favor de que reciba a Castro”.
Para el director del documental, que produce Bambú Producciones y que estará listo para su presentación en diciembre próximo, “el humor es la mejor manera de tratar un tema que tiene cierta gravedad”. No obstante, y sin querer hacer “una película de tesis”, Fernández espera encontrar testimonios que aclaren las razones de fondo de aquel periplo de Castro por Galicia: “la motivación personal se queda un poco pobre, tiene que haber algo más, porque entiendo que en política siempre se actúa de forma interesada”.
También es interesante, concluye el realizador, ver cómo “gente que vive en una democracia como la española hable de un sistema político como el cubano”, para comprobar “si se echa de menos al Che o a Fidel”, o si, simplemente, “se habla de la nostalgia de la juventud”.