El conflicto Polar en cierta forma es un ejemplo de la situación que vive el país, donde el sello político aviva controversias y complica el camino hacia las soluciones. Pareciera que todos los actores tomaron el rumbo equivocado, el gobierno en una actitud prepotente, amenazante y la empresa atrincherada, por supuesto, defendiendo sus intereses, tratando de sacarle provecho político a la pelea con el gobierno. La dirigencia sindical no ha estado a la altura de este momento crítico que se le presenta, su actitud luce patronal, enfocando la defensa más hacia la empresa que hacia los trabajadores.
En estos momentos, por encima de todo, las acciones deben orientarse a la defensa de los puestos de trabajo de más de 30 mil hombres y mujeres. Más allá del tema del socialismo, capitalismo, propiedad privada, producción social, etc., hay que garantizar el trabajo de la gente. Eso es lo esencial.
