Vistas de página en total

22 junio, 2010

LOS PEORES DERRAMES DE PETRÓLEO

La tragedia del vertido de Deepwater Horizon está causando muchos daños, y empeora con cada hora que pasa. Durante varios días, se creía que el pozo estaba extrayendo y vertiendo entre 35 y 60 mil barriles de crudo al día, directamente del suelo oceánico. Recientemente, el estado de Luisiana (EE.UU), recibió la primera dosis letal de petróleo en sus costas.

Si el pozo sigue vertiendo esa cantidad de petróleo al día durante dos meses antes de que BP pueda taparlo, el vertido del Deepwater Horizon podría ser mucho peor que el derrame del Exxon Valdez de 1989, equivalente a 270 mil barriles, el más grande de la historia de Estados Unidos. Sin embargo, hay que saber que para figurar en la lista de los 10 peores de la historia, la fuga del Golfo de México tendría que seguir soltando petróleo a este ritmo durante 200 días; para contarse entre los 5 mayores vertidos de la historia, debería estar abierto más de un año.

El peor vertido que ha alcanzado el Golfo de México, y el segundo más importante de la historia, es el que se produjo en el pozo exploratorio Ixtoc I, perforado en las aguas mexicanas por la empresa Petróleos Mexicanos. Se tardó más de nueve meses en tapar el agujero, y durante todo ese tiempo el pozo vertió más de tres millones de barriles al golfo, lo que significa más de 10 mil barriles al día. Dos meses después de la catástrofe, el petróleo empezó a llegar a las costas de Texas.

El desastre tuvo casi la misma magnitud cuando el Atlantic Empress chocó contra otro buque cisterna, el Agean Captain, en 1979. El buque siguió vertiendo petróleo mientras lo arrastraban. El resultado fueron 2,1 millones de barriles en los océanos de Trinidad y Tobago.

Cuatro años más tarde, en 1983, un buque cisterna chocó contra una plataforma de producción de petróleo en el yacimiento petrolífero de Nowruz, frente a la costa iraní. Durante más de un año, en el Golfo Pérsico se vertieron 1500 barriles cada día, hasta un total de 1,9 millones de barriles.

Ese año, el buque cisterna Castillo de Bellver se incendió en la Bahía de Saldaña, Sudáfrica. Se partió en dos frente a la costa de Ciudad del Cabo dejando 1,8 millones de barriles de petróleo en las aguas. Afortunadamente, los vientos se llevaron la marea negra lejos de la costa, lo que evitó que se produjeran daños medioambientales en tierra.

El peor vertido de todos los tiempos fue provocado por el hombre, pero no fue un accidente. Mientras los marines de Estados Unidos preparaban un aterrizaje anfibio durante la primera Guerra del Golfo de 1991, las fuerzas iraquíes abrieron las válvulas y vaciaron buques cisterna completos, lo que significó el derrame de 10,3 millones de barriles de petróleo en el Golfo Pérsico, el equivalente a tres veces la cantidad vertida por el Ixtoc.

La última gran catástrofe relacionada con el petróleo y en aguas estadounidenses se produjo en Santa Bárbara, en 1969, donde se vertieron cerca de 100 mil barriles, que alcanzaron rápidamente la costa. Y los recuerdos perduran: 40 años más tarde, California sigue reticente a aprobar las perforaciones en alta mar.

En lo que se refiere al Deepwater Horizon, probablemente no tenga el mismo impacto medioambiental que el vertido de Valdez. El gigante del petróleo BP lucha por contener todo el petróleo que sea posible y recientemente recibió una ayuda adicional de su rival, Shell, que ha enviado varios buques al lugar.

Buena parte del petróleo ligero se evaporará, y la empresa está pulverizando sustancias químicas sobre la marea negra para dispersarla y comprimirla para que caiga al fondo oceánico. Los guardacostas prendieron fuego a las piscinas de petróleo recogidas, procedimiento que repetirán durante todo el proceso de limpieza. Los costes de la limpieza rondan los 10 millones de dólares estadounidenses por día. El nuevo pozo que BP está perforando para interceptar el barreno que presenta fugas y taponarlo con cemento, costará cerca de 100 millones de dólares. Las multas, los daños medioambientales y la limpieza podría costar mil millones más. Una suma considerable, pero probablemente no sea la peor que haya visto el mundo. Ni será la última.