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23 junio, 2010

ENTRE PAPELES Y TINTA: NI LO UNO NI LO OTRO

La realidad venezolana nos muestra dos extremos enfrascados en una batalla sin fin, altamente preocupante pues cada día se vuelve más violenta y sin asomos de que pudieran allanarse esas diferencias en un futuro próximo. Lo más resaltante de esta situación es que tanto la posición de los opositores como la del oficialismo sólo es compartida por un sector de la población que claramente –lo demuestran varios estudios de opinión- no son mayoría en el país, así que toda la carga de insultos y dimes y diretes que se lanzan de bando y bando le es ajena a un grueso sector de los habitantes de esta nación.

Esos venezolanos y venezolanas rechazan por igual el fanatismo irracional de opositores y oficialistas, cuestionan la falta de seriedad, de coherencia y la carencia de un proyecto de país creíble por parte de la oposición, pero también el autoritarismo, el culto a la personalidad, la resistencia a corregir fallas y errores y a darle cabida a todas las corrientes políticas que coinciden en la necesidad de avanzar hacia un socialismo democrático, para lo que es indispensable contar con una dirección colectiva, plural.

A esas miles de personas que tradicionalmente han sido etiquetadas como “ni- ni” y asociadas a la idea de que no les importa el país, hay que presentarles una alternativa. El escenario electoral que se avecina es propicio para impulsar el esfuerzo que apunta a la unión de ese amplio sector que quiere participar en la construcción de la Venezuela socialista democrática. Ni lo uno, ni lo otro. Ni la mentira opositora, ni el falso espejismo oficialista. La realidad del país impone una postura clara, firme, que enfrente el chantaje y la manipulación, que deje al descubierto esa falsa polarización que tratan de imponernos los extremos, que imponga la racionalidad y que permita abrir canales de comunicación efectivos para avanzar todos por igual hacia el país que necesitamos.