Ubicada en el centro-sur de la isla, Trinidad es una de esas ciudades que invita a recorrerla. Sus calles y plazas adoquinadas remontan al visitante en el tiempo y ofrecen extraordinarios encantos de una vivaz ciudad-museo que coquetea entre el mar y la montaña. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, la antigua Villa de la Santísima Trinidad –fundada en el siglo XVI- exhibe, junto a sus múltiples valores arquitectónicos, una riqueza de tradiciones y culturas donde se combina lo hispano y lo africano. Se accede por carreteras y cuenta con un aeropuerto para aviones de pequeño y mediano porte.
