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02 mayo, 2010
ADIÓS POLARIZACIÓN ¡ADIÓS!
El fenómeno de la polarización ha marcado la vida política venezolana por mucho tiempo, en especial en los últimos años. En medio del enorme encrespamiento de la actividad pública, la división del país en dos polos totalmente opuestos, nos ha causado un enorme daño, que se expresa en el deterioro evidente de la institucionalidad y de la calidad de la democracia.
Si se era un líder de la oposición, éste sector de la población, simplemente, aceptaba todo. El dirigente opositor podía ser incompetente, tener los peores vicios, ser mal administrador, corrupto, etc; que, de todos modos, era absuelto por sus electores, lo mismo ha ocurrido con los dirigentes chavistas y sus votantes. Al final, perdía el país, que no podía distinguir entre los malos y buenos gobernantes, entre los honestos y deshonestos, entre los que trabajan y los que no trabajan.
Sin embargo, esto ha empezado a cambiar. Todas las encuestas indican que un amplio sector de los venezolanos, más de 40%, al parecer, ya no acepta los términos en que el Gobierno y la oposición han confrontado al país. En cuenta de esto, varios actores políticos tienen planes para ponerle la mano a ese 40 por ciento de venezolanos insatisfechos por la conducta de sus dirigentes.
Leopoldo López desde la derecha, Douglas Bravo desde la izquierda, lo han intentado y lo siguen intentando. Sin embargo, no es sino a partir del ingreso del gobernador del estado Lara, Henri Falcón, al PPT que las cosas han empezado a cambiar.
Los azules socialistas han llevado plomo grueso, tanto del PSUV, como de AD y sus aliados, lo que evidencia que ambos sectores están muy preocupados por estos nuevos “pesos pesados”. Tanto el Gobierno como la oposición en esta hora tan difícil que vive la nación, buscan la repolarización del país.
En cierto sentido, son aliados en este propósito. Falcón, el PPT y otros sectores trabajan por un país mucho más equilibrado y multipolar y han tenido una buena pegada, hasta ahora. Esa es la verdadera y gran apuesta de los tiempos por venir. Al país lo recorre, de nuevo, una gran corriente de esperanza. Los actores tradicionales no la tendrán tan fácil esta vez. Puede imponerse la cordura.