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01 diciembre, 2009
LOS APAGONES
Gerardo González Blanco
ggonzalezblanco@yahoo.com
Hay por allí una sentencia popular que afirma “que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra”. Eso es una verdad casi absoluta excepto, como siempre ocurre, con algunos especímenes venezolanos. El Ministro Ramírez y su combo de animales que durante casi 10 años han venido dirigiendo con plenos poderes y recursos, en forma absoluta, autosuficiente y con la arrogancia propia de los imbéciles poderosos al sector eléctrico del nacional se han desnucado múltiples veces enfrentando el asunto.
Estos minusválidos tecnológicos, pero hábiles esquilmadores de los dineros públicos, a pesar de las advertencias que les hemos hecho desde este lado de la revolución, han venido repitiendo los mismos errores garrafales y cometiendo una y otra vez los mismos dislates técnicos que han llevado al país a su más severa crisis energética de toda su historia moderna. Es una maldita combinación de estolidez y ladronismo que yo particularmente, que soy un viejo y veterano ingeniero, nunca había visto. Definitivamente esta cáfila de incompetentes deja chiquito el refrán con que abro esta columna.
Debo aclarar que yo no estoy disculpando a los que manejaron el sector antes que el chavismo tomara el poder, no, lo que yo digo es que ese problema que ahora enfrentamos estaba muy bien diagnosticado hace 10 años, (y si no me creen pregúntenle a Giordani) por lo tanto es imperdonable que los babiecas que han dirigido el sector eléctrico se hayan dejado revolcar por una situación fácilmente solucionable, ya que siempre han contado con todo el poder del mundo, con toda la confianza ( y en algunos casos hasta la alcahuetería) de Chávez y sobre todo, con todo el dinero del mundo. Esas estupendas condiciones que combinan poder político con recursos económicos casi ilimitados como ha sido el caso venezolano, pocas veces se ven en el campo de la buena ingeniería; sin embargo, Ramírez y su banda lo han tenido y lo han malbaratado. Con razón se dice también que el buen Dios no le da cachos a los burros.
Es el colmo de la insensatez y de la desvergüenza profesional ver al Ministro Ramírez en una de sus insípidas peroratas pseudo técnicas volver a insistir en que esta crisis ha sido causada por la falta de inversión en el sector. ¡Qué cojones los de este tipo! Entonces que carajo hacía este señor en estos casi diez años donde el ha sido el zar indiscutible de la energía en Venezuela. ¿Cómo va a decir que no se ha invertido en el sector? Es que acaso se le olvidan los casi 2000 millones de dólares que le otorgaron en el 2003 para resolver este problema; no recuerda la catajarria de millones que se le han dedicado al complejo Uribante-Caparo, a Planta Centro, a la planta José Antonio Páez y a las muchas subestaciones. Puede ser que lo invertido no sea suficiente, pero no por escasez de plata, sino porque ellos en su ignorancia no definieron los recursos necesarios. No fueron capaces de determinar con exactitud donde había que incidir con mayor intensidad.
A estas alturas yo voy a disentir del coro de opinadores y habladores de pendejadas que han salido al ruedo tanto de la oposición como del lado nuestro. Todos estos expertos de medio pelo caen en el lugar común de que la crisis se debe a la falta de inversiones, o sea que la vaina se arregla a punta de plata, a los realazos pues. Uno de ellos, un empingorotado “experto” de una de esas universidades semi-privadas habla de $6.000 millones anuales durante 15 años por lo menos. La magnitud de esa cifra es la mejor prueba de que si ese señor es un experto, mis cojones son flores.
Yo entiendo que esas opiniones desaforadas se deben al desconocimiento práctico del sector eléctrico venezolano. Casi todos ellos lo que hablan es de invertir masivamente en generación y transmisión. En mi opinión el problema nuestro no está allí, y la prueba es que hasta el momento y a pesar del pésimo estado de Planta Centro y de la Vueltosa, Edelca ha sido capaz de transmitir más del 70% de la energía consumida en el país y todavía tiene una cierta reserva. La otra prueba es que los apagones en un alto porcentaje no son causados por Edelca y sus grandes líneas de transmisión. Creo que uno sólo que ocurrió en abril del 2008 fue causado por un incendio en el Guri. El resto de los apagones se origina en la caótica y pésimamente mantenida red de distribución de casi todas las empresas eléctricas que operan en Venezuela. Para que se comprenda la gravedad del problema, es bueno saber que esa red de distribución es la encargada de llevar desde las subestaciones donde terminan las grandes líneas de transmisión la energía eléctrica hasta el usuario final, sea este un cliente de gran consumo o un ranchito con 2 bombillos. Esos son millones de metros de cables, de medidores, de transformadores, postes, sistemas de protección y centenares de técnicos dedicados al mantenimiento de esa red que en el caso de CADAFE que es la más grande empresa del país, le lleva la luz a unos 11 millones de sitios.
Es en la red de distribución donde se tiene que empezar a resolver el problema. Para eso no son necesarias esas ingentes cantidades de plata de la que a menudo se habla. Allí lo que hace falta es primero un profundo y detallado conocimiento de la ingeniería eléctrica y segundo disciplina de trabajo. Dos vainas que no se venden en botica ni la saben los militares y a Ramírez le causan pesadillas.
El buen estado de esa red de distribución es absolutamente determinante en el grado de servicio. Yo he dicho que si por un milagro mañana estuviera Tocoma, la Vueltosa y Planta Centro generando a plena capacidad ayudando al acogotado Guri, todavía habría tremendos problemas en el servicio eléctrico debido al pésimo estado de la red de distribución; y conversamente si se operara el milagro de resolver los millones de problemitas en la red de distribución y se mantuviera constante la actual generación, prácticamente no habría problemas notables de servicio.
Para reforzar estos conceptos basta decir que en CADAFE, la más grande y extendida de las empresas eléctricas, hay un 50% de pérdidas eléctricas que ocurren en su red de distribución y su carnal el ciclo comercial, mientras que en la Electricidad de Caracas (EDC) esas pérdidas son bastante menores a un 10% debido una óptima comercialización y a una excelente red de distribución eléctrica. No sólo eso, la EDC es muy celosa con lo que se llama calidad de la energía. Ellos siempre están vigilando el factor de potencia del cliente para tener a raya la infausta potencia reactiva que tanta vaina echa en las redes. En cambio en CADAFE, creo que le paran muy poco a ese factor.
Yo debo decir que soy pesimista en este asunto. Yo no creo que esas medidas anunciadas sean la solución. No me como ese cuento catastrófico de El Niño y sus consecuencias. Eso es Bull Shit como dicen los gringos. Las sequías, el Niño, la Niña y otros avatares temporales siempre han ocurrido. Pero para eso existimos los buenos ingenieros, para planificar y desarrollar a costos óptimos la mejor solución para el peor caso. Actualmente es flagrante y escandalosa la falta de buena ingeniería. El cambio de ese personaje de opera bufa que era el generalito calvito, enanito, de bigoticos y amiguito de Chávez por ese nuevo ministro de la energía que en su casa lo conocen y que tuvo el tupé de reconocer que si se “rateaba” (así llamamos en Oriente a la ratería) la luz para su casa, y que a los grandes culpables de este latrocinio no se les haga nada y sigan como si nada hubiera ocurrido y usufructuando sus reales mal habidos, no me dan buena nota.
Así que si se sigue insistiendo y tropezando con los estúpidos una y otra vez,
Viviremos en adelante en una versión del tango de Donato y Lenzi “A media Luz”