Hace unas semanas, Grabow, de 80 años, se convirtió en la
mujer de mayor edad en completar un Ironman en Hawái. Este triatlón de larga
distancia, conocido como una de las pruebas más exigentes del mundo, combina
natación, ciclismo y carrera.
El espíritu de perseverancia y resistencia de Natalie Grabow,
una abuela de 80 años, la llevó a alcanzar un hito que pocos pueden igualar:
convertirse en la mujer de mayor edad en terminar un Campeonato Mundial
Ironman en Hawái, uno de los eventos más desafiantes del mundo.
Con un lema que refleja su filosofía «Sigue adelante»,
Grabow desafió los límites de edad y condición física para demostrar que nunca
es tarde para afrontar grandes retos.
El IronMan, uno de los desafíos más extremos del deporte
El Ironman, cuyo nombre significa «hombre de hierro», es un
triatlón que combina natación, ciclismo y carrera a pie en una prueba de
resistencia que pone a prueba la capacidad física y mental de sus
participantes.
La competencia consta de tres segmentos: 3,8 kilómetros
en mar abierto, 180 kilómetros de ciclismo y 42,2 kilómetros de carrera,
equivalente a un maratón completo.
La edición en Hawái reunió a unas 1.600 competidoras, en un
recorrido conocido por sus largas pendientes, vientos fuertes y condiciones
exigentes.
Una pasión que nació en la madurez
Antes de convertirse en una triatleta, Grabow trabajaba como
ingeniera de software. Residente en Mountain Lakes, Nueva Jersey, decidió
incursionar en el mundo del triatlón a los 40 años, aunque en ese momento no
sabía nadar.
La motivación surgió gracias a su círculo de amigos, quienes
estaban comenzando a participar en eventos de esa categoría y la alentaron a
probar en un triatlón sprint, la prueba más corta.
Inicialmente, confesó a sus amigos que no sabía nadar y le
pidió a una de sus hijas que la ayudara en esa parte, pero su interés
creció y a los 59 años decidió aprender a nadar para poder competir en eventos
de mayor distancia.
Superando obstáculos en entrenamiento y competencia
Grabow enfrentó durante sus preparativos una lesión en los
isquiotibiales, músculos en la parte posterior del muslo, que sufrió en una
sesión de entrenamiento en bicicleta aproximadamente cinco semanas antes del
Ironman.
«Recibí terapia. Estuve de baja unos cinco o seis días, así
que perdí algunos entrenamientos clave y estaba un poco nerviosa por eso. Me
molestaba, tenía que parar más a menudo e intentar relajar esa zona», señaló.
Durante la carrera, una caída en los últimos metros, al
tropezar con una alfombra arrugada, fue un suceso inesperado y algo embarazoso
que no le impidió cruzar finalmente la meta.
En ese momento, fue recibida con un emotivo abrazo por
Cherie Gruenfeld, quien era la recordwoman en completar la prueba con 78 años,
y que formaba parte del grupo de mujeres en la misma categoría de edad.
Una motivación que trasciende la competencia
Para Grabow, lo importante no son solo las victorias, sino la
dedicación diaria y el entrenamiento constante. «Me gusta la competencia,
pero para mí lo importante es el entrenamiento diario. Aunque algún día
deje de competir, siempre me mantendré activa, siempre me levantaré y haré
algo», afirmó.
Ya tiene programados dos triatlones de medio Ironman en la
primera mitad del próximo año, pero su mayor inspiración es demostrar que
la edad no es un impedimento para alcanzar metas y mantenerse en movimiento.
Tomado de La Red 21 / Uruguay.