Damasco. (SANA) La caligrafía árabe no es una simple
forma de escritura, sino que una manifestación artística que ha evolucionado a
lo largo de más de 1,400 años, convirtiéndose en un símbolo de la cultura
islámica y árabe.
Este arte se caracteriza por su elegancia, fluidez y la
profunda conexión espiritual que establece con los textos sagrados,
especialmente el Corán.
Los primeros vestigios de la caligrafía árabe se remontan al
siglo III d.C., cuando los habitantes de la península arábiga comenzaron a
desarrollar su propia escritura, influenciada por las tradiciones nabateas y
siriacas.
La caligrafía árabe alcanzó su apogeo durante las dinastías Omeya y Abasí,
donde se sistematizaron estilos y técnicas que aún se utilizan hoy en día.
Entre los estilos más destacados se encuentran:
Cúfico: Uno de los estilos más antiguos, caracterizado por su forma angular y geométrica. Era común en los primeros manuscritos coránicos y se utilizaba principalmente en la arquitectura islámica.Naskh: Desarrollado como una respuesta a la rigidez del
cúfico, este estilo es más cursivo y legible, convirtiéndose en el más
utilizado para la escritura de textos islámicos debido a su claridad. Es el
estilo preferido para la transcripción del Corán y otros textos religiosos.
Muhaqqaq: Conocido por su elegancia y claridad, este estilo
se utilizó en manuscritos coránicos del siglo XIII, destacando por sus líneas
verticales y curvas amplias que mejoran tanto la legibilidad como el atractivo
estético.
La caligrafía árabe es un arte que combina belleza estética,
significado espiritual y una rica historia cultural. Su evolución refleja la
profunda conexión entre el arte y la fe en el mundo islámico.