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14 junio, 2025

CARACAS: EL ECO DE UNA MODERNIDAD PERDIDA

Por Carlos Torrealba R.* / Opinión 

A mediados del siglo XX, Caracas fue un faro de modernidad en América Latina. Su arquitectura vanguardista, una infraestructura en constante expansión y un dinamismo económico sin igual, atrajeron a miles de inmigrantes, especialmente europeos: españoles, italianos y portugueses. Edificios emblemáticos, sistemas de transporte avanzados como el metro y una ambiciosa planificación urbana posicionaron a la capital venezolana como una ciudad líder e innovadora.

Hoy, Caracas resuena con el eco de aquel pasado glorioso. La falta de mantenimiento y el envejecimiento de su infraestructura y edificaciones son las cicatrices de décadas de desinversión. Calles deterioradas, servicios públicos deficientes y un sistema de transporte que, aunque operativo, no ha logrado seguir el ritmo del crecimiento poblacional o los requisitos modernos. 

Desde esta perspectiva, Caracas ya no sorprende; está rezagada, anclada en el siglo XX, muy distante del empuje de otras capitales latinoamericanas que lideran en digitalización, movilidad sostenible, espacios públicos innovadores y el concepto de ciudades inteligentes. Representa a una metrópolis que extravió su impulso, esa chispa de innovación que genera progreso y evolución, reflejando una clara inmovilidad en la planificación urbana y en su aptitud para renovarse y competir.

Esta realidad caraqueña no es un hecho aislado, sino el reflejo de un país que ha retrocedido. Venezuela, que por mucho tiempo fue la cuarta economía más próspera de América Latina, junto a Brasil, México y Argentina, hoy se encuentra en un grupo menos envidiable: el de las economías más rezagadas, al lado de Haití, Nicaragua, Cuba, Honduras y Bolivia.

La capital de Venezuela siente el peso de esta cruda realidad, y el futuro se presenta como un desafío monumental. Por ahora, Caracas no tiene futuro, solo pasado. Es la sensación de estancamiento, de un presente que mira más hacia lo que fue que hacia lo que podría ser. El camino para recuperar el brillo de Caracas es largo y complejo, pero empieza por reconocer esta realidad.

¿Crees que existe una oportunidad para revertir esta situación y construir un nuevo futuro para Caracas?

*Economista. Asesor inmobiliario.