“La ‘máxima presión’ de Trump
no produjo resultados. Después del pico de impacto de sanciones en 2019, el
régimen se adaptó, buques iraníes transportaban petróleo venezolano a Malasia y
finalmente a China..." Juan González (Consejo de seguridad de Biden)
Por CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ* / Opinión
Trump, heterodoxo y
desaprensivo hacia los hechos, afirmó que “en 2021 había dejado a Maduro contra
las cuerdas…listo para irse”. Juan González aclara lo ocurrido en
precisa entrevista publicada por La guacamaya.com y devela
situaciones para la (pequeña) historia, esperpénticos, inenarrables errores y
la voluntad inoxidable de cabecillas locales para remachar al gobierno 26 años.
Afirmamos de nuevo: no existe gatuperio comparable a las “sanciones”, porque el
favorecido o menos perjudicado, será siempre el gobierno. Ferrocarriles
cargados de economistas, historiadores, politólogos, paleontólogos,
nigromantes, taxistas, albañiles, peluqueras, buzos, talabarteros, lateros, lo
dicen, pero la avilantez de cabecillas locales las apoya de nuevo en
2025. Suspenden la Licencia 41 a Chevron y los cabecillas bailan en las calles
la danza macabra.
González recuerda: “cualquier experto le dirá: las sanciones rara vez
derrocan regímenes, pero pueden influir en su comportamiento. La
administración Trump apostó todo a un colapso del régimen, sin acompañarlo de
ningún esfuerzo diplomático o de mediación… fracasó de forma estrepitosa…”.
Continúa y se desmarca de los cabecillas: “no negociamos el futuro de la
democracia venezolana. Ese era…el papel de la Plataforma Unitaria. Desde
el principio dejamos claro que la oposición debía liderar la definición de los
términos políticos de una transición democrática. Nuestro trabajo era
crear las condiciones internacionales necesarias para respaldar…”. En la crisis
de 2019, ante el riesgo de guerra civil, Maduro comisiona a Diosdado Cabello
para buscar opciones pacíficas. Se reúne con Guaidó, quien pronto declara que
“lo único que se negociará con Maduro es su salida” y se dedica a bailotear por
el país.
Un cura muuyyy sabio
le pone humor negro e inolvidable “solo negociaremos lo que va a comer en el
avión”, soberbia y cusurrería política. Como en 2014, 2016, 2017, la
obsesión era pedir “quiebre militar”, guerra civil, cientos o miles de muertos
e invasión extranjera, como exigen aún hoy en 2025. Unos depravaditos en Twitter recomendaban
a las venezolanas estar “bien bañadas” para cuando llegaran los marines.
Seguro bañarían a sus madres, tías, hijas y hermanas. “Debían definir los
términos de la transición”, dice González, en cristiano “no tuve que ver con el
resultado” y tiene razón. Se equivocaron en todo, despilfarraron oportunidades,
apoyos políticos y económicos internacionales (que usan para sus fines
personales) a “la mayor alianza de países desde la lucha contra Hitler”,
repitió Guaidó. Una salida pactada a la crisis obligaba esfuerzos de
inteligencia y tolerancia, como en casi todos los símiles.
A cambio, acuñaron “el
mantra”, un “decreto” de autoalivio: “cese de la usurpación, gobierno de
transición, elecciones libres”. Todos los intentos de conciliación se
frustraron: en 2014, promovidos por la Conferencia Nacional por la Paz. En 2016
convocan el Vaticano y UNASUR y en 2017 en República Dominicana; 2019 en
Barbados y Noruega y de 2021 a 2023 México, tiempo perdido. Mike Pompeo y John
Bolton en sus memorias, difundieron que Trump los delimitó “perdedores”,
incapaces de cambiar, no digamos “el régimen”, sino un bombillo, aunque
subestimó sus aptitudes financieras. El mantra partía de una falacia. El
gobierno llegó en 2018 en la grupa de una estólida abstención convocada por
opositores, no en un fraude, pero el gobierno aprendió más de lo que convenía:
que lo lo anateman de fraude ante opinión pública mundial, aunque había ganado
con votos.
Lejos de ocultarlo se jactan
de estar tras “el quiebre militar” y la invasión extranjera, y desde “la
salida” en 2014, es normal derrocarlo por la fuerza. “Todas las opciones
están sobre la mesa o debajo” declaró Juan Guaidó, “el astuto”. Otro talento,
Ledezma, oveja bajo piel de lobo ¿delata? reuniones “secretas” con militares
disfrazados de Santa Claus y Caperucita Roja. Levantan la calumnia degradante y
obscena contra Venezuela: que es un narco Estado, el Cartel de los
soles, lo que produce carcajadas en la DEA. Lo dice quien desea ser
presidente y lo repite hoy una ONG antes transparente. Maduro sabe que en esta
pelea es con pico de botella y que no pasa nada. El gobierno aprendió algo más
peligroso: que derrotó al presidente de los EE. UU, la Unión Europea, el Grupo
de Lima, a “casi sesenta países”, para sentirse un Metatrón, el ángel de Enoch.
Con ese prontuario se producen
las elecciones del 28J/25/ Estaba anunciado que si resbalaban el pedal les
esperaba una braga naranja en alguna cárcel de máxima seguridad de
Miami o el wanted con 15 millones de dólares. Rencor profundo,
venganza, dicterios y acciones amenazantes, insultos recurrentes, nuevas
exhortaciones al golpe y la invasión. Ambos grupos vaticinan fraude y abren
la ventana de Overton, jamás una iniciativa de cese de
hostilidades, un gesto de reconocimiento, de recivilizar la política. Primarias
para los inhabilitados por los levantamientos de 2014, 2016, 2017, 2018, 2019,
con el detalle de que la capacidad coactiva está en manos del gobierno Las
primarias premian la constancia en pedir “quiebre militar”, invasión, una
candidatura para el frontal desafío al poder. ¿Qué podría salir mal?
Consignas jaquetonas: “la habilitación la da el pueblo”, “no habrá
elecciones sin mí”, “gano y cobro”, “hasta el final”, según San
Anselmo, flatus vocis. El CNE ilegaliza la decisión, da un hachazo
descomunal que si los cabecillas no fueran unos jod…res, habrían declarado
emergencia, llamado al Papa y a María. Y vino la gran chiquillada, se
lo toman alegremente, no se ocupan de las implicaciones y terminamos en el
asombroso, desopilante chiste: hacer candidato a un señor enfermo e
impreparado, la tapa, que el mismo día aclara que cubriría la
posición hasta el 28J (por cierto, qué será de él) para entregarla a la titular
¿Qué podría salir mal? Sin tal viveza liceísta había que declararse en consulta
nacional hasta conseguir alguien pactable con el adversario y un acuerdo de
gobernabilidad, como Betancourt con Caldera y Villalba, operadores decisivos
del derrocamiento de Gallegos.
Escribimos que el ambiente
anunciaba que el 29J sería un conflicto, pero los “expertos” aduladores, en vez
de enterarse del drama, adulaban a cuatro manos,
festejaban la inminente caída de Jericó, Golda Maier al frente de la guerra de
Yom Kippur, oportunidad perdida, desastre. Para tener algún día
elecciones normales, hay que normalizar la
política desde hoy sin servilismo. Escribe Lubicz Milosz “los muertos están
ebrios de lluvia antigua y sucia”, desconsuela el thriller eterno,
el reciclaje incansable de chatarra, de las mismas inquinas. Dice
González: “la premisa equivocada de que los problemas de Venezuela se
resuelven el día que Maduro deja el poder, no es así. El colapso institucional,
la crisis humanitaria y la pérdida de confianza ciudadana no se resuelven de la
noche a la mañana y mucho menos sin un plan de transición viable, con respaldo
internacional y consenso interno”.
*@CarlosRaulHer / Texto tomado de El Universal / Caracas.