Por Oliver Kornblihtt
En 2008 fui a sacar fotos de la misa de Ramos del entonces
cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, para el diario La Nación.
Cristina era presidenta y Bergoglio la enfrentaba con todo. Su discurso fue
duro, autoritario, facho. Le saqué esta foto a sus botas.
En 2010, cuando yo estaba en las calles argentinas luchando
por el matrimonio igualitario y registrando todo con la cámara, Bergoglio nos
escribió una carta declarando la guerra santa contra los putos, las tortas y
las travas... y esa guerra la ganamos.
En 2013, Bergoglio se transforma en Francisco. El primer Papa
latinoamericano. El Papa argentino.
En 2015, ya viviendo en Brasil y cubriendo un acampe del Movimiento de los Sin Tierra, los trabajadores rurales, me incomodó ver que un acto político de la ocupación arrancaba con una misa, y que el cura citaba a Francisco.
Eso me incomodó. Desde mi arrogancia de clase media,
intelectual, progre, porteña y atea, me llevó años entender que en Brasil la
disputa de masas es espiritual. En un país dominado por el evangelismo extremo
de ultraderecha, un Papa como Francisco fue una herramienta de disputa social
para quienes luchan.
Bergoglio nos declaró la guerra santa a las personas
LGBTIQAP+, y Francisco abrazó a les trans y les dijo que la Iglesia era su
casa. En un mundo milei-trumpista, sabemos que lo que viene probablemente sea
un Papa de extrema derecha.
Me levanto a las 6 de la mañana, veo las noticias, El Papa
Francisco se murió, empiezo a mapear contenidos para publicar en la NINJA, y me
quedo movilizado, contrariado, emocionado, con bronca. Veo el nivel de impacto
que ese tipo tuvo en el mundo.
Veo las fotos y me acuerdo de las que le saqué a las botas de
Bergoglio. Antes me parecían autoritarias, militares. Hoy las miro y algo se me
revela. Les veo más humildes. Elijo creer que, al volverse Papa, su verdadero
ser se manifestó.
Francisco fue un buen Papa, un Papa de lucha. Luchó por la
paz en Palestina hasta su último aliento, se las jugó, tomó posiciones de
avanzada por un mundo más humano.
El mundo era mejor con una Iglesia "franciscana".
* Editor de @midianinja, una red de comunicación
independiente de Brasil con más de 10 millones de seguidores, y co-fundador de
@emergentes.medio.
Tomado de Página 12 / Argentina. Imagen: Oliver Kornblihtt