Entre Todos D.
Yezenis Martínez hace parte del pueblo indígena mapoyo, es licenciada
en administración y amazonense de pura cepa. Nació en Puerto Ayacucho, en donde es una
destacada militante política y luchadora social desde hace décadas. Pero Yezenis
también es conocida en los círculos intelectuales de su ciudad cómo poeta.
Desde hace algún tiempo queríamos publicar algunos de sus textos y, al fin, lo
logramos. Ahí les va, estimados lectores.
Un día me encontré en
el camino...
Un día me busque y no me encontré, me pregunte ¿dónde
estoy?
En mi búsqueda camine a la ribera del río, recordando lo que
fueron mis sueños.
Disfrute del trinar de las aves y el sonido de la cascada,
sentí lo tibio de la arena en mis pies descalzos y el sol quemando mi piel
morena.
Solté mi cabello negro para que jugará con la brisa y desnude mi alma al blanco y azul del cielo.
Cada paso que daba me acercaba más a mí. La libertad de mi
risa a carcajadas y los dolores de mi alma ocultos por mucho tiempo, en lo
profundo de mi corazón. las lágrimas endurecidas todas fueron libres y pudieron
correr por mi cara y por fin mis labios gritaron lo que callaron por mucho
tiempo...
Encontré a la niña soñadora que fui , aquella inocente que no
conocía tristeza, maldad, odio, dolor, soledad, rencor o angustia
alguna, me quise quedar con ella pero no acepto mi compañía.
Me dijo que siguiera adelante, porqué ella viviría siempre en
mí.
Luego encontré una joven soñadora, alegre y risueña, le pedí
quedarme a su lado, ella me sonrió y con su mano me mostró que debía continuar
mi camino.
Después de tanto andar solo me encontraba con mis sueños, el
cielo y el río, en aquel momento entendí, que son mis sueños los que
jamás me han dejado y por ellos debo seguir luchando aún parezcan
imposibles .
Comprendí que el transitar de la vida me ha hecho lo que soy
ahora, una mujer fuerte que ama profundamente y aunque no ha sido fácil mi
transitar por los caminos de este mundo, he sido bendecida, más bien
afortunada.
Recordé que alguien deseó que la hierba reverdezca a mi
paso y se alegren las riberas con mi presencia.
Y aquí voy con la hierba reverdecida a mis pies y la alegría
de las riberas con mi presencia.
Decidida a no volver a perderme, a encontrarme y levantarme
cuántas veces sea necesario, a abrazarme y amarme por qué soy una mujer, que
puede, que pudo y siempre va a poder.
@yemarmor / 2025.