París. Narcos
europeos como Sean McGovern del cartel irlandés Kinahan o el español Alejandro
Salgado Vega, alias "El Tigre", vivieron fastuosamente en Dubái con total
impunidad. Pero, el avance en la cooperación judicial puede llevar a muchos de
ellos a buscar otros refugios.
Este
emirato fue durante años el refugio ideal para algunos de los mayores narcos de
Europa debido a la cooperación judicial limitada, que implicaba un escaso
riesgo de ser extraditados, según investigadores y jueces europeos
entrevistados por la Afp.
Así, este
territorio de 35 km2 del Golfo sirvió de retaguardia para actividades de
tráfico y de blanqueo de dinero.
Europol, la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial, describió en abril a la ciudad como un "centro de coordinación a distancia", donde los traficantes viven abiertamente y pueden blanquear sus activos a través de bienes de lujo y propiedades.
La policía
afirma que los grandes capos europeos mueven los hilos desde la comodidad de
Dubái, lejos de los puertos como Amberes, en Bélgica, Róterdam, en los Países
Bajos, y Le Havre, en Francia, por donde entra la droga al continente.
Disfrutando
del bajo índice de delincuencia en Dubái, sin las preocupaciones de un posible
ajuste de cuentas, los capos de la droga operaron con seguridad, hicieron
negocios y contactos otros traficantes importantes a nivel global en los cafés
de cachimba, según fuentes judiciales.
Sin embargo, puede que esta situación
esté cambiando.
En octubre,
McGovern, considerado la mano derecha del narcotraficante irlandés Daniel
Kinahan, fue detenido con una orden de extradición de Dublín, acusado de
asesinato y de ser el cabecilla de una organización criminal.
La
detención de McGovern en Dubái se produjo tras la detención en julio de Faissal
Taghi, acusado de narcotráfico y asesinato en los Países Bajos, y su
extradición tiempo después.
Su padre,
Ridouan Taghi, fue condenado en febrero a cadena perpetua en Ámsterdam y es
considerado el cabecilla "Mocro Maffia".
En marzo,
el belga Nordin El Hajjioui fue enviado esposado a su país.
"Los
Emiratos Árabes Unidos están comprometidos a colaborar con todos sus socios
internacionales para desbaratar y disuadir todas las formas de financiación
ilícita mundial", declaró a la Afp un funcionario del gobierno.
Total impunidad
Dubái, un
centro neurálgico del comercio global, que está entre Europa y Asia, tiene uno
de los aeropuertos con más frecuencias de vuelos del mundo. Además se ha
convertido en un lugar predilecto de estrellas del deporte y famosos que buscan
capear el invierno de sus países.
Pero, desde
hace una década, también se convirtió en una guarida para europeos buscados por
la justicia en sus países, según un magistrado francés.
El jefe del
cártel Kinahan y Alejandro Salgado Vega -considerado por las autoridades como
"el narcotraficante de origen español más importante a nivel global"
- son algunos de los acusados de formar parte de grandes tramas criminales que establecieron
su residencia en Dubái.
Francisco
Torres, jefe de la unidad de élite de la Guardia Civil encargada de investigar
el crimen organizado, afirma que en Dubái estas personas buscadas por la
justicia no se esconden, ni viven bajo identidades falsas.
"Llevan
una vida de lujo a la vista de todos, con total impunidad", resumió.
Tráfico a distancia
En su
exilio dorado de Dubái, los narcotraficantes pueden gestionar sus operaciones
con total seguridad, lejos de la ola de criminalidad y violencia que asola
actualmente a los grandes puertos del Viejo Continente, afirmaron
investigadores y magistrados europeos entrevistados por la Afp.
En 2022, la
operación "Desert Light" confirmó la existencia de un
"supercártel" en Dubái donde seis "barones de la droga" vinculados
a tramas en Francia, Países Bajos y España unieron sus fuerzas para controlar
conjuntamente un tercio del tráfico de cocaína que llega a Europa, informó
Europol.
Abdelkader
"Bibi" Bouguettaia es un buen ejemplo. Este traficante
franco-argelino, objeto de una alerta roja de arresto de Interpol, dejó el
puerto de Le Havre en Francia y está acusado de coordinar desde Dubái la
entrada de toneladas de cocaína a Europa.
Bouguettaia,
condenado en rebeldía a nueve años de cárcel en Francia en 2023 por importar un
contenedor con 599 kilos de cocaína interceptado en Amberes, es sospechoso de
haber organizado el envío de 2.5 toneladas de droga destinadas a Le Havre.
Él y su
pareja vivían en dos pisos en las plantas superiores de un complejo de lujo en
el puerto deportivo, a unos cientos de metros de la isla de Palm Jumeirah,
según los extractos del interrogatorio de un antiguo allegado, consultados por
la Afp.
Según esta
fuente, Bouguettaia, que posee coches de lujo, es un asiduo de los bares de
narguile, de las piscinas de los hoteles de lujo del puerto y de restaurantes
fastuosos como el Nusr-Et Steakhouse del conocido chef turco Nusret Gokce.
En efectivo
En el rico
emirato del Golfo, considerado como un paraíso fiscal y un centro para el
lavado de dinero, los delincuentes encuentran la forma para deshacerse del
dinero sucio que difícilmente podrían utilizar en Europa.
El
ancestral sistema bancario "hawala" del emirato - un canal informal
de transferencia de fondos mediante proveedores de servicios, que está basado
en la confianza - permite transferir efectivo sin que el dinero se mueva
realmente.
Esto
posibilita que capos de la droga realicen grandes inversiones en propiedades y
otros negocios de gran envergadura, sin dejar casi ningún rastro.
En Dubái,
los narcotraficantes pueden "poner una empresa de conserjería de autos de
lujo" y sobre todo realizar inversiones inmobiliarias, indicó un
especialista en la lucha contra el blanqueo de activos en los Emiratos.
"Un
edificio puede venderse en 15 minutos. La mitad de las grúas del mundo están en
Dubái", destacó.
En este
emirato, donde un 90 por ciento de sus 3.5 millones de habitantes son
expatriados, hay un ventajoso régimen fiscal. Desde hace años hay una escalada
de los precios inmobiliarios y el negocio de la construcción levantó
rascacielos, villas de lujos ultra seguras e incluso fastuosas islas
artificiales.
La economía
de Dubái, donde hay menos petróleo que en los ricos emiratos vecinos, está
asentada en su floreciente mercado inmobiliario cuyas transacciones marcaron un
récord de 132 mil millones de euros en 2022.
En este
mercado, otro Tarik "El Bisonte" Kerbouci, un fugitivo de la justicia
francesa acusado de traficar 3.3 toneladas de cocaína, se estableció como un
"agente inmobiliario", según una fuente judicial francesa.
El Centro
de Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS), con sede en Washington, estudió una
filtración de los registros de la propiedad, y señaló que Daniel y su esposa
poseen varios bienes raíces incluyendo una propiedad cerca de Palm Jumeirah y
otra finca comprada en seis millones de euros en Emirates Hills que ahora puede
valer el doble.
Obstáculos jurídicos
"absurdos"
La lentitud
de los procesos de extradición también contribuyó al asentamiento de
delincuentes en el emirato.
Kerbouci
fue detenido en Dubái en julio de 2022, pero fue puesto en libertad 40 días
después, una vez que había vencido el plazo para acoger la solicitud de
extradición en su debida forma.
Bouguettaia
también se benefició de la lentitud de los trámites cuando fue detenido en
octubre del año pasado y fue liberado en enero.
"El
Tigre" también fue liberado tras haber estado detenido en 2022, indicó su
abogado.
Los
Emiratos Árabes Unidos (EAU) firmaron tratados de extradición con Francia en
2007, con España dos años después, con Bélgica y Holanda en 2021 y con Irlanda
este año.
Pero, hasta
ahora sólo han sido extraditados un pequeño número de narcos de alto nivel.
Torres, de
la Guardia Civil española, señaló que las exigencias de Dubái son a menudo
"absurdas" e "imposibles de cumplir" y cita como ejemplo la
necesidad de enviar todos los documentos originales con cada página firmada por
el juez.
Francia identificó cerca de 30
sospechosos en Dubái.
"Ninguno
de estos traficantes ha sido extraditado, aunque algunos fueron detenidos",
lamentó en enero Jean-Noël Bonnieu, funcionario del Ministerio de Relaciones
Exteriores francés en una audición ante el Senado.
Las
autoridades francesas señalaron el "extremo rigor de la parte emiratí a la
hora de interpretar los documentos que deben presentarse y los plazos".
De los
cerca de 20 sospechosos requeridos por Bélgica, sólo cuatro fueron extraditados
desde 2021, según cifras oficiales.
¿Un éxodo?
Pero este
año se han producido avances en la cooperación judicial. Por ejemplo, un
magistrado francés con experiencia en procesos contra el crimen organizado fue
enviado al emirato vecino Abu Dabi y Bélgica nombró en octubre a un juez para
que trabaje como enlace directo con los Emiratos.
Desde
entonces, Bouguettaia fue detenido nuevamente junto con Othman El Ballouti, un
sospechoso que Bélgica llevaba años intentando extraditar, informaron a la Afp
fuentes oficiales.
Los EAU
intentan mostrar esfuerzos por mejorar la transparencia desde que el Grupo de
Acción Financiera Internacional (GAFI) que lucha contra el lavado de dinero los
incluyó en la "lista gris" de países sometidos a una vigilancia
reforzada en 2022.
Pero una
fuente judicial francesa declaró a la Afp que Dubái nunca ha embargado
"ningún activo a ninguna autoridad financiera extranjera", a pesar de
la gran afluencia de empresarios rusos desde que comenzó la invasión contra
Ucrania hace casi tres años.
Aun así,
hay quien afirma que la élite criminal de Dubái podría estar buscando ya su
próximo refugio.
"Con
toda la atención puesta en Dubái (...) las miradas se vuelven hacia Turquía
como otro posible centro de actividades delictivas internacionales",
declaró a la Afp una fuente judicial neerlandesa.
"Algunos
están mirando hacia el norte de África, Indonesia y Bali", según un
especialista francés en blanqueo de capitales.
Kerbouci,
ya huyó y está prófugo, probablemente en otro destino de Oriente Medio o en el
norte de África, afirmaron fuentes europeas que creen que vive bajo una
identidad falsa.
Afp - Tomado de La Jornada /
México.