El futbolista venezolano Jhon Chancellor, que tiene
ascendencia inglesa por su abuelo y una estatura imponente (1,97 metros), es un
luchador por naturaleza. Sus inicios en el deporte fueron más difíciles de lo
esperado, a tal punto que pensó en "botar la toalla" y dedicarse a
otra cosa.
Felipe Larrea
Jhon Chancellor nació en Tumeremo,
una ciudad que constituye la capital del Municipio Sifontes, en el estado
Bolívar, al este de Venezuela, y que tiene una población de unos 36.000
habitantes, que en su mayoría se dedican a la minería.
Proviene de una familia numerosa y
muy unida. Su padre tiene 11 hijos, cinco de ellos con su madre. Tres hombres y
dos mujeres. Muchos primos. Una infancia marcada por partidos de básquet,
béisbol y, por supuesto, fútbol. Nunca faltó el deporte.
Jhon era un apasionado por el béisbol, pero se decantó por el fútbol gracias a la influencia de su hermano, Juan Carlos. Lo practicó en el colegio y poco a poco se apasionó por el juego.
A los 14 años se fue hasta Puerto
Ordaz. Allí empezó a jugar en Mineros de Guayana. Fue el inicio de una extensa
carrera como profesional.
Chancellor tenía el apoyo de toda
su familia. Lo llevaban a los entrenamientos. Lo alentaban desde las gradas.
Nunca lo dejaron solo.
Al mismo tiempo, su madre lo
presionaba para que no abandone los estudios. "En ese momento no entendía
si podía llegar a vivir del fútbol", recuerda el jugador en una entrevista
con PRIMICIAS.
Pero su comienzo en el fútbol, al
igual que el de cientos de deportistas, no fue del todo positivo. Entrenaba con
la sub 20 y lo subían pocas veces al equipo de primera. No tenía regularidad y
el entrenador de ese momento lo utilizaba de "relleno".
Hasta que llegó un día que marcó un
antes y un después en su carrera. Su entrenador lo citó en una práctica con el
primer equipo y, minutos después, llamaron a cinco futbolistas, incluido Jhon,
para que firmen un contrato profesional.
"Cuando llego a la oficina, un
directivo del club me agarra aparte y me dice: 'Para el DT no tienes proyección
para jugar en primera'. Salí quebrado. Lo primero que pensé fue regresar a mi
pueblo y dedicarme a otra cosa".
Fue un momento de quiebre para
Chancellor, quien esperaba salir al parqueadero, en donde lo esperaba su
familia, enseñarles su primer contrato profesional y festejar. Pero no fue así.
Salió llorando, convencido de que el fútbol no era para él.
De todas formas, su hermano fue una
pieza de apoyo fundamental para no decaer y seguir intentándolo. Nadie quería
que el sueño de Jhon se frustre por la opinión del entrenador.
Y fue así como no se dio por
vencido; se llenó de positivismo y al siguiente día se presentó en el
entrenamiento.
Pero, como dice el jugador,
"las cosas pasan por algo". Después de algunos meses, el técnico que
no lo quiso dejó el equipo. Y su reemplazante lo hizo entrenar y debutar en
primera categoría, a los 18 años. Con ello, llegó su primer contrato por un año
y medio.
Jugar en el extranjero era el
objetivo
Con el paso del tiempo, Jhon se
asentó en el primer equipo. Era capitán y se convirtió en uno de los referentes
para toda la hinchada. Además, económicamente estaba cómodo.
Aunque su premisa era salir al
extranjero. Sabía que, con 24 años, era el momento ideal. Había alcanzado la
madurez necesaria como para arriesgarse y salir de su zona de confort.
Llegó una propuesta de Delfín de
Manta. Fue su primera aventura en el extranjero. Sí, precisamente en Ecuador.
No se arrepintió. Se encontró con un equipo ambicioso, a tal punto que ganó la
primera fase del torneo y disputó la final con Emelec.
Y aunque no obtuvo el título,
Chancellor vivió una de las mejores experiencias de su carrera. Hizo tres goles
y se llevó grandes amistades.
Su paso por Ecuador le permitió ser
transferido a Rusia, específicamente al Anzhi. Sabía que era una oportunidad
inmejorable. Sobre todo por la cercanía con Europa. Podía significar, al mismo
tiempo, una catapulta hacia una liga de mayor competitividad.
"Me costó muchísimo. El frío.
El idioma. Era una ciudad musulmana, que era complicada. Los entrenamientos
eran con cero grados y al principio jugué poco. Pero el segundo semestre lo
manejé mejor. Me defendía dentro y fuera de la cancha".
Fue otra temporada que terminó de
la manera menos pensada. El equipo quebró, desapareció y le terminó debiendo
entre cuatro y cinco meses de sueldo. "Me apoyé en mi representante y en
mi familia, que me ayudaron en ese momento".
Chancellor entendió que, más allá
de lo deportivo, jugar en Rusia le podía dar tal prestigio como para después
fichar por otro club europeo.
Pero, ante la urgencia de salir de
Rusia por la situación económica, surgió una propuesta en Qatar y el jugador no
la desaprovechó.
"Viví en Doha y la vida fue
espectacular. El nivel de fútbol no era alto. Pero la vida era como si hubiera
estado de vacaciones. Tenía la playa cerca, era todo muy tranquilo y siempre
digo que entrenaba más afuera del equipo que con el equipo".
Jhon Chancellor también jugó en el
Brescia de Italia, en el Curitiba de Brasil y en Necaxa de México, antes de
regresar a su país (Metropolitanos) y posteriormente vincularse a Universidad
Católica.
Su padre, una motivación a pesar de las adversidades
Carlos Chancellor, de 64 años, fue
alcalde del Municipio de Sifontes y desde sus inicios en la política fue
opositor al Gobierno, en su momento de Hugo Chávez y después de Nicolás
Maduro.
El dirigente y militante de La
Causa R dirigió la alcaldía durante cuatro períodos: 1995-2000; 2000-2004;
2008-2013 y 2013-2017.
Chancellor fue uno de los primeros
presos políticos tras una fuerte campaña opositora. Fue arrestado por primera
vez en 2005 por protestar contra las políticas mineras del gobierno de Hugo
Chávez.
Estuvo en prisión por cinco años y
siete meses por cargos de "instigación a delinquir y obstaculización de la
vía pública" tras las protestas de trabajadores del sector minero. Además,
ha sido detenido en otras ocasiones y posteriormente liberado.
El pasado 7 de agosto, Chancellor
fue interceptado en un retén policial en la carretera por agentes policiales,
cuando se dirigía hacia Barcelona, en el vecino estado Anzoátegui.
Hasta ahora sigue detenido en
Caracas y, según contó Jhon, no hay un tiempo estimado para que lo liberen. De
todas formas, mantienen una comunicación constante y saben que, dentro del
contexto adverso, se encuentra bien.
Para toda la familia, pero en
especial para el futbolista, ha sido extremadamente complejo convivir con el
secuestro de su padre, sobre todo por estar lejos de su país.
Pero, al mismo tiempo, afirma que
eso lo ha motivado para salir adelante y darle alegrías a su padre, porque él
también mantiene esa actitud positiva y ese buen semblante pese a todas las
dificultades.
De hecho, una de las mayores
satisfacciones para John fue cuando le llevó la camiseta de su primera
convocatoria a la selección venezolana. "Fueron momentos
espectaculares".
Jhon admite que no le gusta el
hecho que su padre siga inmerso en la política, pero no deja de apoyarlo, ya
que insiste en que es su pasión. "Muchas veces nos pone tristes y nos
complica, pero lo hemos respetado en el proceso".
Tras confirmarse el secuestro, el
zaguero central viajó hasta Caracas para pasar con su madre y sus hermanos y
también para asegurarse de que la integridad de su padre no corra peligro.
Rafael Romo, la influencia para su llegada a la Católica
Chancellor se vinculó al equipo
'cammarata' en julio de este año, tras su paso por Metropolitanos. El objetivo
del 'trencito azul' era reforzar la defensa, para tratar de tener un equipo
equilibrado en la segunda etapa del campeonato.
El jugador de 32 años confesó que,
apenas recibió el llamado de los directivos ecuatorianos, recordó que en ese
equipo se encontraba su amigo, el arquero Rafael Romo. No dudó y aceptó la
propuesta de inmediato.
Chancellor y Romo son amigos desde
hace una década. Y además de concentraciones con la selección venezolana, han
compartido vacaciones y muchas anécdotas. Tan cercana es su relación, que las
hijas de Romo lo llaman 'tío'.
Pero a Jhon Carlos Chancellor
también lo motivó el juego de Universidad Católica, la estabilidad y la seriedad
de un club "familiar".
Chancellor disputó los primeros
cuatro partidos de la segunda etapa del campeonato ecuatoriano. Pero, en la
visita de Universidad Católica a Barcelona, el zaguero sufrió una lesión en su
rodilla, que lo alejará de las canchas por tres meses.
Su recuperación va por buen camino.
Sin embargo, todavía le restan cinco semanas para volver a entrenar a la par de
sus compañeros. Es muy difícil que pueda volver a jugar con Universidad
Católica en la temporada 2024.
De todas formas, Chancellor se
ilusiona con que el equipo pueda subirse a lo más alto de la tabla de
posiciones, o alzar el trofeo de la Copa Ecuador, en donde su equipo jugará las
semifinales ante Independiente del Valle.
El venezolano no ha ganado títulos
oficiales en su carrera. Por eso, quiere sacarse la "espinita" con
Universidad Católica. "Hay que meterle con todo. No quiero quedarme sin
ganar algo. Es algo por lo que trabajo día a día".
Tomado de www.primicias.ec/deportes/eldeportequequeremos/jhon-chancellor-carrera-superacion-marcada-persecucion-politica-padre-80530/