La sostenibilidad de
la pesca a nivel mundial ‘bajo sospecha’: muchas de las especies
marinas sobreexplotadas se encuentran en condiciones mucho peores de
lo que se pensaba. Un equipo científico ha evaluado un total de 230 pesquerías
de todo el mundo y alerta del peligro del colapso de diversas
poblaciones.
La cantidad
de las poblaciones de peces sobreexplotadas a nivel mundial se
ha triplicado en medio siglo y hoy en día un tercio de las pesquerías del mundo
están actualmente presionadas más allá de sus límites biológicos, según la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Las evaluaciones de las poblaciones marinas se realizan periódicamente para medir el impacto de la pesca en las poblaciones de peces y mariscos en las regiones mundiales de gestión pesquera. Esta información se utiliza para prevenir la sobrepesca, reconstruir las poblaciones sobreexplotadas y proteger los ecosistemas marinos.
Un nuevo
estudio, publicado en la revista Science,
ha comparado el estado anual de las especies pesqueras, con una estimación
revisada más reciente para ese mismo período. Para ello analizaron los datos
públicos disponibles de 230 de las pesquerías más grandes del mundo y
756 evaluaciones de poblaciones.
El trabajo
consistió en comparar los tamaños de las poblaciones notificadas a los
administradores de pesquerías en el momento de las evaluaciones históricas, con
las estimaciones de los modelos de pronóstico retrospectivo actualizados para el
mismo año, con datos más recientes y completos.
En Europa
utilizaron información de libre acceso que posteriormente analizaron diferentes
grupos de trabajo multinacionales del Consejo Internacional para la Exploración
del Mar (CIEM). Estudiaron poblaciones como el arenque, el bacalao del
Atlántico o el abadejo.
“Descubrimos
que las evaluaciones anteriores de las poblaciones eran a menudo demasiado
optimistas sobre la cantidad (biomasa o peso total) de peces en el océano”,
dice Christopher Brown, científico de la Universidad de Tasmania
(Australia) y coautor del trabajo.
La estimación
de las poblaciones ‘bajo sospecha’
En la
evaluación de la población de pintadilla (Nemadactylus macropterus) del sureste
de Australia publicada en 2009, el tamaño total de la población se estimó en 4
680 toneladas y el de la población no explotada en 21 200 toneladas. Sin
embargo, la modelización actualizada en 2014 indicó que el tamaño de la
población en ese año era de 3 330 toneladas.
“En este
caso, la especie estaba mucho más agotada en 2009 de lo que se reconoció cuando
se tomaron las decisiones de gestión. Esto incluía el establecimiento de un
total de capturas que era claramente demasiado elevado”, expone Brown.
El autor
principal del estudio, Graham J. Edgar, de la misma institución,
también descubrió que, en el caso de los peces morwong, los datos de los
estudios científicos mostraban una preocupante tendencia a la baja, mientras
que las evaluaciones de las poblaciones recomendaban un aumento de los límites
de capturas.
De las 230
poblaciones incluidas en este estudio, trece se encontraban por debajo del 10 %
de su biomasa histórica máxima, un punto de referencia común para el colapso.
“Si tenemos en cuenta el sesgo en las evaluaciones de las poblaciones, llegamos
a la conclusión de que el número de aquellas que están colapsadas en la base de
datos debería ser de 24, un 85 % más de lo estimado”, asegura el científico.
Según Amanda
Bates de la Universidad de Victoria (Canadá) y coautora de la
investigación, existe mucha incertidumbre en la estimación de las poblaciones
de peces. “Se habrían necesitado medidas más de cautela para evitar este
colapso de las pesquerías”, indica Amanda.
“Los
científicos especializados en poblaciones de peces son independientes de las
motivaciones económicas y comerciales. Sin embargo, los resultados de los
modelos de poblaciones son revisados por el gobierno y, a menudo, por la
industria pesquera, que puede solicitar cambios”, afirma Brown.
Peligro de
colapso de las pesquerías a nivel mundial
Los autores
del estudio alertan de que solo han incluido aquellos conjuntos de peces de los
que se dispone de una evaluación, por lo que el número colapsos no
es ni siquiera representativo de la realidad global.
“Hay muchas
poblaciones de peces que no disponen de datos suficientes. Entre ellas,
aquellas más pequeñas y muchas de países tropicales. Las evaluaciones de
poblaciones se consideran el patrón de oro para la gestión científica de la
pesca. Nuestro estudio demuestra que tiene margen de mejora”, añade el investigador
de la Universidad de Tasmania.
“Las
poblaciones en zonas con un rápido aumento de la temperatura del mar y
las que tienen un alto valor económico también son más susceptibles de sufrir
evaluaciones inexactas”, asegura la científica de la universidad canadiense.
“Los
científicos pesqueros reconocen que a veces sus evaluaciones están sesgadas e
intentan tenerlo en cuenta. Lo que nadie sabía era hasta qué punto este
problema estaba generalizado y afectaba a nuestra comprensión global de la
situación”, recalca Brown.
Soluciones
para mejorar la gestión de la pesca
Una
ordenación pesquera eficaz requiere estimaciones precisas de la biomasa y las
tendencias de las poblaciones. Sin este conocimiento, los gestores
de la actividad pesquera no pueden ordenar limitaciones que aseguren la
viabilidad y estabilidad de las especies marinas que son explotadas en los
mares de todo el mundo. Por esta razón, los autores del trabajo consideran que
los niveles de incertidumbre y error deben minimizarse.
“Los grupos
de trabajo del CIEM deben evaluar el sesgo retrospectivo población por
población. Si detectan un sesgo que indica que la biomasa se sobreestima
sistemáticamente, deben recomendar límites de capturas más conservadores. Esta
es también una de las recomendaciones de nuestro estudio”, indica Brown.
La Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
es la encargada de evaluar y garantizar la sostenibilidad de las
pesquerías. Por esta razón, los autores consideran que, en el futuro, esta
organización internacional podría corregir el sesgo que han encontrado cuando
informen sobre el estado de las pesquerías mundiales. “Habría que estudiar más
a fondo cómo pasar de 230 poblaciones a todas las pesquerías del mundo”, señala
el científico.
“Describimos
diez prácticas que, aplicadas conjuntamente, podrían aumentar la precisión de
la evaluación de las poblaciones de peces. Estas prácticas incluyen la
ampliación de la supervisión independiente de las pesquerías,
el suministro de códigos y datos de modelización para su validación
independiente, y cambios en los protocolos de evaluación, incluida la puesta en
marcha de un “equipo rojo” que examine los posibles peores escenarios”, concluye
Bates.
Tomado de
ecoticias.com / España.