Javier Otazu
El secretario
general de la ONU, António Guterres, pide no juzgar a la institución por la
"parálisis" del Consejo de Seguridad, incapaz de frenar dos guerras,
sino por seguir siendo "el actor humanitario más importante del
mundo" y por su papel insustituible para fijar reglas de alcance
universal.
En una
entrevista con EFE previa a la celebración de la Semana de Alto Nivel de la ONU
de fines de septiembre, gran cita anual de la diplomacia del mundo entero,
Guterres cree que "no es justo" juzgar a la institución por esa
parálisis del Consejo de Seguridad, que en dos años ha sido incapaz de influir
en las guerras de Ucrania o de Gaza por sufrir de unas divisiones geopolíticas
que se traducen en su "parálisis".
Guterres pide no olvidar que la ONU sigue siendo "el actor humanitario más importante del mundo", la mayor arma para combatir el hambre, los desastres naturales o las epidemias, pero además tiene "un papel insustituible" a la hora de crear marcos regulatorios en ámbitos tan diversos como la energía nuclear, la inteligencia artificial o la propiedad intelectual.
A sus 75 años
y con siete detrás desde que asumió el máximo cargo en la ONU, Guterres
atraviesa una etapa complicada por la pérdida de prestigio de una ONU donde
Estados Unidos, por un lado -aliado inquebrantable de Israel- y Rusia y China
por otro se muestran incapaces de lograr consensos sobre casi todos los
conflictos, mayores y menores.
Pese a ello,
pide no olvidar que es en la ONU donde se negocian los instrumentos para frenar
el cambio climático, los límites del mundo digital y de la inteligencia
artificial o el desarrollo sostenible, "única alternativa a la perspectiva
neoliberal de desarrollo económico que como se ha probado no soluciona los
problemas del mundo", dice el Guterres más político con alma todavía
progresista.
Unas
instituciones de otra época
Guterres
suele decir que gran parte de la ineficacia política de la ONU es imputable a
un modelo de organización creado hace setenta años por los ganadores de la
Segunda Guerra Mundial, en un mundo muy diferente al actual, donde la África
moderna aún no había nacido y Asia no tenía el peso económico y demográfico de
ahora.
En la
entrevista, Guterres aplica esta misma lógica del desfase también a las
democracias parlamentarias, y dice sentirse "enormemente preocupado"
por el ascenso de los populismos en el mundo y de los discursos
antidemocráticos, que atribuye también a que las democracias occidentales no se
han adaptado a un mundo en el que las técnicas de comunicación han cambiado
radicalmente, advierte.
En esa línea,
deplora el ascenso de un discurso antiinmigración que se detecta en muchos
países del mundo, también con gobiernos progresistas, y advierte que si no se
llega a un consenso internacional sobre la idea básica de que la emigración
"es indispensable" y no se propicia en consecuencia la emigración
regular, entonces los movimientos migratorios "serán dirigidos por los
contrabandistas".
En ausencia
de una política de cooperación eficaz de los países de destino con los países
de origen de la migración para darles oportunidades de trabajo ni una política
organizada -advierte-, la migración pasará a ser vista como "un mercado
global de trabajo, que estará controlado por los traficantes", explica.
En Ucrania,
la integridad territorial es innegociable
Preguntado
por el final negociado a la guerra de Ucrania tras dos años largos de desgaste,
y particularmente si sería aceptable la fórmula de "paz por
territorios", Guterres se muestra tajantemente contrario a cualquier
modificación al mapa de Ucrania (que Rusia ha transformado apropiándose de
cuatro territorios en el este, lo que trató de legitimar con un referéndum
unilateral).
"Si
abandonamos el principio de la integridad territorial, entramos en un caos en
el mundo -advierte-. Fíjate en Europa, donde hay muchas minorías",
recuerda, en alusión a los irredentismos que llevaron a anteriores guerras en
el continente (las últimas en los Balcanes) precisamente por conflictos entre
mayorías y minorías étnicas o religiosas.
Y alaba el
ejemplo de África, donde sus líderes "tuvieron la inteligencia de mantener
sus fronteras artificiales", las que trazaron sus colonizadores con
tiralíneas, aunque su afirmación tiene varias excepciones en el Sáhara
Occidental, en Mali, en Eritrea o en Sudán.
Agencia EFE –
Tomado de yahoo noticias en español.