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12 septiembre, 2024

El Debate y los debatientes

Por Orlando  Arciniegas* / Opinión

No el nuestro. Aquí no hay debates. En política como en asuntos jurídicos de vaina si no estamos de vuelta, al menos en la forma de tratar a la oposición, al _Código de Hammurabi_, llevados de la mano del presidente y su Fiscal, que, en derecho, es un erudito a la violeta. Aunque aventajado en otras cosas. En defensa del rey Hammurabi, digamos, que fue un gobernante de avanzada. El de Hammurabi estuvo entre los primeros códigos escritos. Y sus leyes estaban inscritas en una estela de piedra de 2,4 m de altura, en lugar público. El rey Hammurabi, babilonio, gobernó entre los años de 1792 y 1750 a.C., e impuso una cierta separación de poderes entre el poder político y religioso. Fundó el primer Imperio de la ciudad-Estado de Babilonia y, con talento y esfuerzo, extendió su dominio sobre Mesopotamia. 

Pero no era de esto de lo que quería decir algo. Sino del debate Trump-Kamala Harris. Este tipo de debates, muy a la gringa, es quizá una de las pocas formas de poner a andar la política que más entusiasma a tirios y troyanos, a propios y extraños. Y es la cara menos rugosa de la democracia estadounidense, si tomamos en cuenta que, la democracia estadounidense, no es tan democrática como quisiéramos que fuera. Una sola cosa, por ahora, en su contra: la señora Hillary Clinton sacó 2,8 millones de votos más que Trump en las elecciones presidenciales de 2016. Esto, aunque la mayor parte de los ciudadanos son partidarios del sistema de elección presidencial directo: Un ciudadano, un voto, y elección por franca mayoría. 

Del debate de ayer se ha dicho que Harris ganó por goleada. Lo que no quiere decir que ganará la presidencia. Solo que Harris, suficientemente inteligente, ha logrado ‘decodificar’ a Trump, un ignorante a carta cabal, pero no de la docta ignorancia que abordó Nicolás de Cusa (1401-1464), sino de la ignorancia oceánica proverbial de cualquier cantamañanas. Lo demás son las mentiras que no le faltan: 13.435 declaraciones falsas en 993 días, según _The Washington Post_ para la fecha de 9 de octubre de 2019; y los desplantes groseros que hacen vibrar a sus partidarios. Claro mensaje de su mal carácter; armas todas con las que, en su ejercicio político, ha capturado al Partido Republicano, aquel que hizo en 1860 presidente a Abraham Lincoln. ¡Qué decadencia!  

Así que la vicepresidenta Kamala Harris se anota esto a su favor. Ojalá Trump propicie la revancha. El irrepetible Trump no está para mejorar. Sus asesores, según se lee, parecen hechos a su medida. La poca experiencia que tengo con políticos mesiánicos, y Trump lo es, me dice que no están para ser aconsejados. Así que se dedicará en lo sucesivo a decir que ganó el debate, a pesar de tenerlo todo en su contra. ¿Tendrá que recordarnos que es un genio? Lo que supongo que no seguirá repitiendo es su descalabrada afirmación de *que hay Estados demócratas que permiten el aborto después que el niño ha nacido*. En otras palabras, lo ejecutan. Hubo que corregirlo y decirle que no hay Estado alguno en el que se pueda matar legalmente a un bebé. Menos mal.

*Historiador. Imagen: Hispan TV.