Alexander Villega
Según la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza (UICN), se estima que sólo quedan 6.700
ejemplares de esta especie en estado salvaje.
Un cóndor andino con plomo en
la sangre, una bolita incrustada en el cráneo y un rastreador satelital de
Argentina, que está siendo tratado en Chile, pone de relieve los desafíos
en la conservación de esta especie en peligro de extinción.
El ave estaba enferma y no podía volar cuando agentes del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) lo encontraron y lo llevaron al Zoológico Nacional para recibir tratamiento.
El desesperado esfuerzo por evitar
la extinción de una de las especies más emblemáticas del país
Fue entonces cuando los
veterinarios encontraron el rastreador y detectaron altos niveles de plomo en
su sangre, remarcando el efecto de la intervención humana y la necesidad de
cooperación internacional para conservar la especie.
“El cóndor está entre Chile y
Argentina moviéndose, él no reconoce límites geográficos, ni políticos”,
dijo Guillermo Cubillos, jefe de investigación y conservación del Zoológico
Nacional, quien urgió por esfuerzos internacionales de conservación y
seguimiento.
“No podemos hacernos un plan de conservación
del cóndor en Chile con plan de monitoreo, si es que no involucramos por
ejemplo a investigadores, o al gobierno argentino”, agregó.
Cubillos dijo que la enorme ave
se ha extinguido en Venezuela y está al borde de la desaparición en
Colombia. Según la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN), se estima que sólo hay 6.700 cóndores salvajes.
Durante una visita de Reuters a uno
de los vertederos más grandes de Chile en Tiltil, a unos 60 kilómetros al norte
de Santiago, había decenas de cóndores alimentándose de basura alrededor del
lugar.
Los veterinarios dijeron que el
cóndor con altos niveles de plomo en su sangre comió algo que estaba
contaminado o que consumió presas con altos niveles de plomo.
“Tenemos que controlar, por
supuesto, estos lugares donde choca la vida silvestre con nuestras actividades
humanas, como son los rellenos
sanitarios”, dijo Mauricio Fabry, jefe del departamento de Medio Ambiente
del gobierno capitalino.
Esos cuidados son necesarios “para
que esta especie, que es tan relevante para el ecosistema que transforma la
muerte en vida, siga existiendo en nuestros paisajes”, agregó.
Reuters – Tomado de La Tercera / Chile.