Madrid. El expresidente de Perú Pedro Castillo aspira a poder volver
presentarse a las elecciones después de haberse proclamado vencedor en las
últimas, celebradas en junio de 2021, si bien año y medio después fue
destituido y detenido tras un intento por disolver el Parlamento y arrogarse
más competencias.
Así lo
ha manifestado este martes el abogado de Castillo, Walter Ayala, durante una
entrevista con la emisora peruana Exitosa, donde ha informado de que su cliente
le ha trasladado en varias ocasiones su deseo de salir de prisión y poder
presentarse a unas próximas elecciones presidenciales.
Según ha destacado Ayala, el caso
de Castillo no es único en la región, y ha recordado que el presidente de
Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también estuvo preso; y en Honduras el
expresidente Manuel Zelaya fue condenado y ahora la máxima dirigente del país
centroamericano es su esposa, Xiomara Castro.
Ayala ha aprovechado la ocasión para denunciar una vez más que la detención de su cliente está políticamente motivada y ha lamentado que en Perú "se ha roto el equilibrio de poderes". "Presidente que llegue a ser elegido democráticamente, no tiene ninguna garantía", ha lamentado el abogado.
El
expresidente Castillo se encuentra detenido después de que el 7 de diciembre de
2022 anunciara la disolución del Congreso y la instauración de un gobierno de
excepción. Su decreto, que no recabó ningún apoyo, terminó por llevar al
Parlamento a apoyar una moción de censura en su contra y a su posterior
detención por la Policía.
El
mandato de Castillo fue un fiel reflejo de lo que es la política peruana, una
inestabilidad que quedó manifiesta en los cinco equipos de gobierno --con más
de 70 ministros-- que tuvo en solo 16 meses. Incapaz de dotar de estabilidad y
rumbo al país, tuvo que vérselas además con un Congreso hostil, perdiendo
incluso el apoyo de su propio partido, Perú Libre.
El cese
de Castillo trajo para Perú una de sus peores crisis recientes, con casi medio
centenar de muertos por la represión de las fuerzas de seguridad en las
protestas por su detención y en contra de quien tomó el mando, la que era hasta
ese momento su vicepresidenta, Dina Boluarte, cuyo mandato ha quedado en
entredicho.
Europa Press /
Texto tomado de La Jornada / México.