Este 17 de junio se conoció un
informe conjunto de varias agencias de la ONU que confirmarlas alarmantes
cifras sobre la migración en el mar Mediterráneo: más de 800 muertos o
desaparecidos en esta ruta en lo que va del año. La cifra la conforman también
decenas de desaparecidos en los más recientes naufragios en las aguas
mediterráneas, incluidos al menos 26 niños.
La
migración es uno de los asuntos más urgentes para diversos Estados en el mundo
y para la comunidad internacional. Y pese a los esfuerzos, cada vez son más las
personas que pierden la vida durante su tránsito por peligrosas rutas. Prueba
de ello es la situación en el mar
Mediterráneo –una de las vías más transitadas y mortales del flujo
migratorio global–, ya que de acuerdo con diversas agencias de Naciones Unidas
(ONU), en lo
que va del año ya son más de 800 migrantes muertos o desaparecidos en esa
ruta.
Los naufragios más recientes dan cuenta de ello. De acuerdo con guardacostas, grupos de ayuda y agencias de la ONU, 11 personas murieron y otras 60 están desaparecidas tras el naufragio de dos barcos de migrantes frente a las costas italianas al sur del país.
Al
respecto, la organización benéfica alemana RESQSHIP aseguró que rescató a 51
personas de un barco de madera que se hundía, incluidas dos que
estaban inconscientes. El grupo de ayuda también señaló que encontró 10 cuerpos
atrapados en la cubierta inferior del barco.
Los
sobrevivientes fueron entregados a la Guardia Costera de Italia este
lunes por la mañana. En paralelo, el Nadir –embarcación de la RESQSHIP que
asiste a migrantes– transportó los cuerpos de las víctimas mortales en
dirección hacia la isla italiana de Lampedusa.
De
acuerdo con un comunicado conjunto de la agencia de las Naciones Unidas para
los Refugiados (Acnur), la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM) y la agencia de las
Naciones Unidas para la infancia (Unicef),
los migrantes provenían de Siria, Egipto, Pakistán y Bangladesh, antes
de migrar desde Libia.
Un
segundo naufragio también ocurrió unos 200 kilómetros al este de la región
italiana de Calabria, luego de que una embarcación zarpara desde Turquía.
Según las agencias de la ONU, el barco se incendió y se volcó, por lo que 64 personas
están desaparecidas y otras 11 fueron rescatadas y transportadas por la Guardia
Costera de Italia,
junto con el cuerpo de una mujer.
No
obstante, Shakilla Mohammadi, miembro de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), aseguró que los
sobrevivientes dijeron que había 66 personas desaparecidas, incluidos al menos
26 niños y algunos con tan solo meses de edad.
La
declaración señala que “se presume que familias enteras de Afganistán han
muerto. Salieron de Turquía hace ocho días y habían estado tomando agua durante
tres o cuatro días. Nos dijeron que no tenían chalecos salvavidas y que algunos
barcos no se detuvieron para ayudarlos".
Diversas
agencias de la ONU afirmaron que los migrantes de este segundo
naufragio procedían de países de Oriente Próximo como Irán, Siria e Irak.
A su
vez, los organismos de Naciones Unidas aseguraron que "si estos datos se
confirman, el número de muertos y desaparecidos en el Mediterráneo ascendería a
más de 800, un promedio de casi 5 muertos y desaparecidos por día desde
principios de año". Añadieron también que es necesario “un apoyo
europeo a las operaciones de investigación y salvamento”, ya que consideran
“fundamental promover un mayor acceso a rutas seguras y regulares en la Unión
Europea para las personas migrantes o refugiadas, con el fin de que no
sean obligadas a arriesgar sus vidas en el mar".
"Todo naufragio representa un
fracaso colectivo, un fracaso señal tangible de la incapacidad de los Estados
para proteger a las personas más vulnerables", expresaron.
Túnez: más de 1.806 migrantes
interceptados este fin de semana
De
acuerdo con la Guardia Nacional tunecina, los guardacostas del país
interceptaron durante el pasado fin de semana a un total de 1.806 migrantes, 18
de ellos de Túnez y los demás provenientes de países del África subsahariana,
además de recuperar los cuerpos de otras dos personas ahogadas.
Durante
los últimos meses, las autoridades han endurecido sus medidas desalojando y
expulsando a la población subsahariana, cientos de ellos han sido enviados a
zonas desérticas en la frontera con Argelia y Libia. Al
mismo tiempo, varios agentes de ONG que trabajan con la población migrante han
sido detenidos y sus oficinas han sido registradas tras ser acusados de
“asociación de malhechores” con el propósito de facilitar el ingreso de manera
irregular de personas al territorio.
En
contraste, la sociedad civil denuncia un “racismo institucional” debido a
que el presidente tunecino, Kaïs Saied, ha acusado a las “hordas” de
subsaharianos de formar parte de un complot para cambiar la identidad
“árabo-musulmana” del país.
Por
consiguiente, miles de ellos han solicitado el retorno “voluntario” a sus
países de origen y otros miles han optado por salidas marítimas, ya que se ha
convertido en un territorio “no seguro” para la población migrante, según
alertan asociaciones. También se han denunciado campañas de detenciones
arbitrarias, acoso y agresiones a personas negras –incluidos refugiados,
demandantes de asilo y residentes legales–.
Said ha
dicho que su país no ejercerá como “guardián” del Mediterráneo, tras la firma
en julio del año pasado de un memorando de entendimiento con la Unión
Europea (UE) para reforzar el control fronterizo a cambio de un considerable
apoyo financiero y cuya transparencia ha sido cuestionada por el Parlamento
Europeo.
Fragmento
de información de France 24. Imagen: AP - Thanassis Stavrakis. Titulo de ETD.