En medio de la campaña electoral el gobierno eleva el
gasto y la inyección de bolívares se traduce en una mayor demanda de divisas.
Víctor Salmerón
En lo que va de año el gobierno ha
mantenido fija la cotización del dólar que reporta el Banco Central, enviando
una señal que aplaca las expectativas y reduce la inflación; pero la paz
cambiaria comienza a perder solidez.
Para estabilizar al dólar en el
mercado que funciona a través de los bancos, que satisface la mayor parte de la
demanda, el gobierno dosificó la cantidad de bolívares en la economía a fin de
que hubiese menos dinero disponible para comprar dólares.
El poco aumento de la masa de bolívares depende principalmente de un férreo control sobre el gasto del gobierno, pero desde abril la inyección de bonos y transferencias que ayudan a la campaña electoral de Nicolás Maduro comenzó a elevarse.
Entre el 26 de abril y el 31 de
mayo la liquidez monetaria aumentó 16,3% y el alza de la cantidad de bolívares
se tradujo en una mayor demanda de dólares.
Pedro Palma, miembro de la Academia
de Ciencias Económicas, considera que “es lógico prever que parte del aumento
de la liquidez monetaria se haya canalizado hacia el mercado cambiario”.
Por ejemplo, los bonos que pagó el
gobierno rápidamente fueron utilizados para comprar alimentos y el dinero
culminó en la caja de comercios y empresas que lo utilizaron para adquirir
dólares porque necesitan reponer inventarios y protegerse en una moneda
estable.
BCV
Dame más
Como la oferta de dólares no fue
suficiente para satisfacer la demanda al precio que el Banco Central fijó al
dólar, parte de los compradores acudió al mercado paralelo.
La consecuencia es que el precio del
dólar paralelo aumentó y si bien no se trata de la principal referencia, esta
tasa tiene consecuencias porque marca los precios de reposición.
“La disponibilidad de divisas en la
banca está limitada por múltiples factores y el tipo de cambio que afecta la
expectativa de costos esperados de reposición es el tipo de cambio libre”,
explica Pedro Palma.
Para evitar que continuara la
escalada del dólar paralelo el Banco Central aumentó la oferta de divisas a
través de las mesas de cambio de los bancos, a fin de satisfacer una mayor
parte de la demanda.
Gracias a la mayor oferta la brecha
entre la tasa del dólar paralelo y el del mercado que funciona a través de la
banca, que hace dos semanas llegó a ser de 12%, se redujo a 9% al cierre de
esta semana, pero sigue estando muy por encima del 4,3% de marzo.
Al cierre de la primera semana de
junio la cotización del dólar en el mercado paralelo culmina en 39,7 bolívares
y en el mercado que funciona a través de los bancos se mantiene, como a
comienzos de año, en 36,5 bolívares por dólar.
Dinámica electoral
Las perspectivas apuntan a que
durante los dos meses que restan de campaña electoral el gasto del gobierno
seguirá en aumento a fin de tratar de mejorar la posición de Nicolás Maduro,
que en la mayoría de las encuestas se ubica por debajo de Edmundo González, el
principal candidato de la oposición.
La consultora Síntesis Financiera
proyecta que la administración de Nicolás Maduro aumentará el gasto de manera
significativa: 17% en junio y 20% en julio, una magnitud que no podría ser
cubierta con la recaudación de impuestos por lo que no descarta que el Banco
Central financie al gobierno.
“Es probable que el fisco recurra
de nuevo al financiamiento monetario en este bimestre, lo cual alimentará la
expansión monetaria y el riesgo inflacionario”, dice el reporte de Síntesis
Financiera.
Pedro Palma indica que “lo lógico a
esperar es que el gasto siga aumentando en la campaña y que la mayor liquidez
monetaria en parte se canalice hacia el dólar".
Añade que "si el gobierno
quiere mantener el tipo de cambio tendrá que alimentar la oferta de dólares
para evitar que la brecha entre el dólar publicado por Banco Central y el dólar
libre se amplíe”.
La oferta
Para lograr que el dólar detuviera
el ascenso en el mercado paralelo el Banco Central duplicó su oferta desde 70
millones hasta 140 millones, pero se trató de un esfuerzo inusual y existen
dudas sobre la capacidad para responder a una mayor demanda de dólares durante
las próximas semanas.
El tanque de dólares del gobierno
tiene limitaciones. Las reservas del Banco Central están en montos ínfimos y el
retorno de las sanciones de Estados Unidos podría impactar el precio a cobrar
por los barriles de petróleo exportados.
Al considerar que no hubo mayores
avances en las condiciones electorales, Washington no renovó la licencia que le permitió al
gobierno de Maduro vender petróleo a precios de mercado, sin recurrir a
intermediarios que exigen un descuento para colocarlo en Asia.
Las compañías interesadas en
realizar operaciones con Petróleos de Venezuela (Pdvsa), la empresa petrolera
del Estado, pueden recibir licencias individuales. Un grupo de ellas introdujo
la solicitud durante el lapso de transición que otorgó Washington y que venció
el pasado 31 de mayo.
“Es posible que se vea afectado el
flujo de divisas que va a manos de Pdvsa si es que un número importante de
contratistas y proveedores no logró una licencia especial en los 45 días de
transición”, advierte Síntesis Financiera.
Agrega que “tampoco es una buena
noticia que cerca del 60% de las exportaciones de petróleo retorne ahora a vías
opacas y costosas de comercialización con elevados descuentos”.
Para después
Si bien el escenario no luce del
todo despejado, no es descartable que el gobierno haga un esfuerzo y recurra a
ahorros en dólares para aumentar la oferta de divisas en lo que resta de
campaña y así postergar el ajuste del tipo de cambio para después de las elecciones.
“La prioridad para el gobierno es
la elección presidencial y todo va a estar dirigido a beneficiar sus resultados
el 28 de julio”, dice Pedro Palma.
La estabilidad del dólar es la
causa principal de que la inflación haya disminuido hasta cifras terrenales. De
acuerdo con el Banco Central de Venezuela, en los primeros cinco meses de este
año la inflación acumula un salto de 7,8%, la variación más baja para este
período desde 2012.
BCV
El desajuste
Un aspecto relevante es que la
combinación de un tipo de cambio anclado con una inflación que, aunque ha
perdido impulso todavía es elevada, tiene consecuencias: mientras el precio del
dólar no varía todo lo demás se encarece y el dólar se vuelve barato.
El resultado es que se estimulan
las importaciones y para las empresas venezolanas es muy difícil competir con
los precios de los productos importados en medio de las fallas de servicios
básicos, reducción del mercado por el empobrecimiento de la población y poco
acceso al crédito.
Además un dólar barato se traduce
en una presión constante de demanda que va minando el ancla del tipo de cambio
porque la oferta de divisas es limitada y llega el momento en que no hay más
opción que permitir que el bolívar se deprecie.
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Tomado de Gerentesis /
Caracas.