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16 mayo, 2024

Andrea Tavares: El costo político de parar la candidatura de Edmundo González es bastante elevado

Contrapunto.com 

Texto: Vanessa Davies

La izquierda se relaciona con Edmundo González porque sabe que viene a restablecer el modelo democrático, subraya la dirigente política. A su juicio, el gobierno no ve la necesidad de una transición porque ha perdido la conexión con los sectores sociales, pero evalúa sus escenarios para ver si le conviene más que haya elección presidencial o suspenderla con cualquier excusa

Una mujer que quiera hacer política se arriesga a todo y para ganar muy poco. Si asciende, es porque se acostó con alguien. Si brilla, es porque un hombre la apuntala. Si se equivoca, «mujer tenía que ser». Las destruyen en redes sociales, las atacan por su militancia. Dura es la vida de las políticas, y Venezuela no es la excepción. Andrea Tavares ha caminado entre fuegos y ha logrado no quemarse, o quemarse poco.

¿Es un momento de transición? «Yo creo que sí, porque creo que la sociedad ha entendido que este modelo político, este modelo económico, este modelo social es inviable, y la gente está presionando para lograr realmente evolucionar. Eso se puede plantear como un inicio de la transición, pero abajo», responde Tavares, secretaria general de La Causa R.

La situación arriba, a su juicio, es otra. «Hay una cúpula que está atrincherada y que, aunque saben que su modelo tocó fondo, por razones relacionadas con juicios de crímenes de lesa humanidad, o por el control de algunos emporios financieros, se niegan a entregar o a entender que es el momento de esa transición», analiza en conversación con contrapunto.com.

Países y líderes que fueron aliados del gobierno venezolano, con proyectos políticos similares, «entendieron que la alternabilidad y la garantía de la institucionalidad del Estado beneficia a toda la sociedad, incluyéndolos a ellos». Habla sobre Cristina Fernández en Argentina y Gabriel Boric en Chile: «Estos modelos entienden la importancia de la institucionalidad democrática, la importancia de la alternabilidad y la política como instrumento de debate de las ideas para generar cambios, pero en Venezuela no pasa esto».

Tavares se pregunta qué más deben hacer los venezolanos que quieren un cambio político si hay presos políticos, la gente se ha marchado, los dirigentes han negociado. «¿Qué puede convencer al liderazgo político de que debe entregar el poder? Quizá sentir impunidad, y ahí es donde está la piedra de tranca. Yo creo que Maduro dirá ‘a dónde me voy si yo entrego el poder’. Entiendo que parte de la negociación de ellos es llegar a un pacto, que les levanten esa solicitud de captura y que les permitan cierta supervivencia en algún sitio, poder hacer política sin tener la espada de Damocles». No solo por las solicitudes internacionales, sino por los presuntos hechos de corrupción «que han sido realmente impactantes».

En las transiciones, recuerda, hay espacios de perdón, de acuerdos, pero también «unas líneas rojas» y delitos ante los cuales no cabe el borrón y cuenta nueva «porque la justicia también tiene que prevalecer». En un proceso de transición «todas esas cosas hay que conversarlas, hay que dialogar, y en este momento pareciera que no hubiese puentes. Sí, pareciera que no hubiese puentes. Hay un interlocutor del lado opositor, reconocido además por la comunidad internacional», que es la Plataforma Unitaria con Gerardo Blyde a la cabeza. «Pero está el otro espacio que es bilateral con, por ejemplo, el gobierno de Estados Unidos».

Como dirigente de un partido progresista Tavares ve ciertas urgencias. «Nosotros estamos abajo con la gente y vemos esa necesidad de transición, pero el gobierno no la ve quizá porque ha perdido esa conexión con los sectores sociales. Ellos asumen que tienen que avanzar en un proceso de legitimación. Yo creo que es lo que más le interesa a Maduro: legitimarse, que la comunidad internacional lo reconozca como presidente y se levante las sanciones y se devuelvan los activos. Es el escenario Erdogan, tal vez».

Considera que la candidatura del gobernador de Zulia, Manuel Rosales, «servía mucho para sus fines, porque ellos sabían que Rosales tenía mucho rechazo las bases sociales y era más difícil lograr remontar una victoria; sin embargo, creo que la primaria los marcó mucho. Yo creo que el régimen a veces también se equivoca, a veces no son tan infalibles. Sí, sí es difícil engañarlos, sí es difícil enfrentarse al poder y evidentemente estas son unas elecciones en condiciones extremas, pero a veces, como dicen, al buen cazador, se le va la liebre».

Una liebre escapada, según su análisis, fue la primaria. «Como eran unas primarias autogestionadas, con pocos recursos, creo que pensaron que venían a votar así, graneadito y sobre todo porque aquí no solamente el régimen, sino que hubo sectores opositores que siempre vieron a María Corina como aquella líder que tenía un techo de 4% y de ahí no pasaba. Entonces pagaron el descuido, la primaria fue creciendo, y esa necesidad de la gente de renovar el liderazgo político también».

Otra liebre fue la candidatura de Edmundo González, a quien Tavares describe como un demócrata. «Hay cosas que a veces yo creo que son del destino, también. Edmundo es el arquitecto de la Mesa de la Unidad Democrática, Edmundo fue uno de los autores fundamentales para crear la Mesa de la Unidad Democrática», señala.

-¿Pueden parar la candidatura?

-La única forma de parar la candidatura es eliminar la tarjeta, que tiene, además, un juicio abierto. Ahora, el costo político de eso es bastante elevado, tanto para los fines de la legitimación en el reconocimiento internacional, e incluso para el propio ego de Nicolás Maduro y para poder decir «yo derroté». El costo político podría ser elevado en la balanza de Maduro.

Incluso, si el gobierno repite el 28 de julio, «hay una cantidad de condiciones objetivas políticas que quizás no le permitan llegar a enero a ir a recibir la banda presidencial otra vez». La situación interna y la presión externa van a jugar.

«María Corina logró algo que no se había podido lograr antes y que hacía mucho tiempo, yo creo que, desde Chávez, no lograba un liderazgo, que esa conexión orgánica con la gente. Es una conexión que va entre lo emocional y el carisma, pero de una manera muy centrada. No la percibo con el perfil típico del Mesías, del mesianismo. Es más: María Corina nos ha sorprendido a todos, a mucha gente, muy gratamente después de ganar la primaria», refiere.

Tavares hace un recuento de todo lo que ha asumido Machado: Ir al TSJ a introducir un recurso, no dejarse amilanar por la inhabilitación. «Se convirtió en una pieza fundamental para convertir una candidatura que era provisional en una candidatura y en una opción real para la oposición. Realmente María Corina ha venido comportándose más como estadista, está haciendo política, está operando políticamente y esa visión de estadista la conjuga con el de líder popular que es capaz de conectarse abajo con la gente», alega. «Ella habla de que esto es una lucha espiritual, y yo creo que ella lo siente realmente en el fondo» aunque no se presenta como la salvadora.

El gobierno, prosigue, «hasta ahora no ha encontrado, o está en la búsqueda, de una fórmula que permita sacarse del medio la tarjeta de la unidad y al candidato Edmundo González; incluso, la propia María Corina recorriendo el país sin que eso tenga un costo político muy alto, porque en definitiva ellos saben que pueden quedarse en el poder, pero si no hay el reconocimiento internacional ya el tema de poder conseguir recursos para permanecer en el poder también es un elemento, pues ya no tienen plata y ¿dónde la van a conseguir si no les levantan las sanciones?».

Otro mecanismo para cerrar el paso electoral, observa Tavares, es un conflicto con Guyana, tema que el gobierno venezolano no ha abandonado. O que intenten involucrar a Machado en alguna trama. «Creo que están trabajando, creo que están viendo sus escenarios para ver qué les conviene más: si dejar que la elección pase, buscar una excusa para suspenderla, quitar la tarjeta».

-Si no hubiese elecciones el 28, ¿cuál sería el escenario para la vida nacional?

-Si se suspenden por Guyana, por tarjeta o por cualquier pretexto, para la gente será de mucha indignación. La gente está tan esperanzada, porque esta es su posibilidad de recuperar una vida normal, una calidad de vida, una normalidad ciudadana, que frente a una suspensión de elecciones creo que hay dos opciones: o entran en una especie de estado cataléptico o saldrán a exigir fecha de elección, pacíficamente. La comunidad internacional tendrá que jugar duro. Si la comunidad internacional se hace la vista gorda y permite que esto pase, por mucho que la gente quiera protestar, quiera salir, ya el régimen tiene hasta los métodos y las prácticas para controlar.

Sin embargo, «con la gente adentro diciendo ‘queremos elecciones’, si no las hace ahorita las va a tener que hacer en algún momento. Suspender las elecciones sería correr la arruga, y entonces a lo mejor lo que más le conviene es hacerlas de una vez como las tiene previstas porque si María Corina sigue recorriendo el país, la cosa se le sigue enredando».

-¿Cómo se entiende la izquierda con un candidato como González?

-Yo creo que la izquierda democrática entiende que el modelo democrático es necesario. La izquierda democrática hoy no ve la democracia como un producto de la democracia liberal burguesa, sino como una conquista de la gente, porque al fin y al cabo todas estas instituciones de la democracia liberal burguesa fueron luchas históricas de la gente por igualdad, por espacio. ¿O es que acaso lo que pasó en la Comuna de París no fue parte de esa lucha, no? Al final se fueron abriendo espacio para que estuvieran representados todos los sectores, y el modelo de democracia perfeccionado en el siglo XX logró esa institucionalidad y esa posibilidad de igualar a la gente. Yo creo que la izquierda hoy reivindica la democracia como un instrumento de la gente, y se relaciona con Edmundo porque Edmundo viene a restablecer ese modelo democrático. Y en ese modelo democrático se respetan las visiones, se respetan las opiniones y a quienes se adversa también. Las distintas visiones ideológicas tendrán la posibilidad de expresar sus ideas en un modelo democrático, y someterlas al debate y el escrutinio público como cualquier otro modelo sin que haya la hegemonía de un modelo sobre el otro. Yo creo que a la izquierda democrática entiende eso; la izquierda democrática ya no cae en esas trampas de la vieja izquierda dogmática de encajonar las cosas. Cuando niegas la dialéctica obviamente te estancas en un modelo, estás en el fascismo, ya no estás en la dialéctica; entonces yo creo que estamos más cercanos al fascismo que otra cosa, y obviamente la izquierda va a luchar donde esté contra el fascismo y contra esos modelos totalitarios que violan derechos humanos.

-El gobierno dice que está luchando contra el fascismo.

-Tú sabes que cuando yo estaba en la escuela, el típico bullying, yo iba a buscar a mi hermano, «mira, que se están metiendo conmigo, me dijeron este sobrenombre, y este y este», y mi hermano me enseñó esta frase: «botellita de jerez, todo lo que digas de mí eres tú al revés». Es decir, todo lo que lo que ellos son y lo que hacen, generan una matriz comunicacional -porque en eso sí son unos maestros y tienen la plata y las herramientas- para adjudicárselo a los demás. Cuando tú tienes claros los conceptos y sabes lo que significa el fascismo, cómo se comporta el fascismo y el pensamiento único, ves que ellos lo hacen. Pero ellos se saben por tanto poder que pueden hacer cualquier ley, cualquier cosa para perseguir.

Ante los comentarios del diputado Diosdado Cabello sobre la salud de Edmundo González, Tavares replica que seguramente tiene «algunas cosas de salud dentro de la normalidad, y no es el primero ni será la última persona que tenga una edad determinada para ejercer la Presidencia de la República». Aclara, igualmente, que «él no tiene el plan de eternizarse en el poder ni de una reelección indefinida, pero ha expresado que está en condiciones de asumir la candidatura, sabe cuál es el papel que está jugando en este momento, en esta coyuntura política. Yo lo noto que está muy bien; con las limitaciones que tiene una persona de su edad, pero está activo. Tiene movilidad. Tiene una experiencia increíble en estos temas diplomáticos, que son vitales para un proceso de transición. Yo creo que sin darnos cuenta el destino nos llevó a tener el mejor hombre para la transición que nosotros hubiésemos buscado».

La Causa R le ha planteado a Edmundo González una agenda social, apunta. «La recuperación del valor del trabajo es uno de los temas cruciales. También, el respeto a los trabajadores públicos, que siempre tienen esa incertidumbre cuando hay cambios de patrono. El respeto a la estabilidad laboral de los empleados públicos y la necesidad de recuperar el valor del salario son temas cruciales. Hay un tema que nosotros hemos planteado en la agenda con él, y es la defensa del medio ambiente, que quizá es un tema que la gente no ve prioritario, pero nosotros creemos que es fundamental».

No falta en las acciones «la liberación de los presos políticos, el regreso del exilio» y cómo «generar las garantías para la inversión para lograr despegar la economía. Y le pusimos a la orden el programa nuestro», que incluye la creación de un fondo de pensiones con las regalías del petróleo.

-Hay un sector de la izquierda que está llamando a votar nulo porque dice que ni González Urrutia ni Maduro los representa. ¿Qué les plantearía?

-Votar nulo implica que tú tienes que quedarte en la máquina 3 minutos hasta que se cierra; lo veo muy difícil, porque la gente además va a tener una presión de los miembros de mesa para que no se quede tanto tiempo allí. Además, si tengo que escoger entre tener a Nicolás Maduro allí y tener un presidente que va a iniciar un proceso de transición hacia un modelo democrático, creo que es una respuesta muy obvia, ¿no? Porque es posible que quienes tengan una visión de izquierda consideren que Edmundo no representa sus aspiraciones, pero con un gobierno de Edmundo ellos puedan expresar sus aplicaciones y pueden tener una representación parlamentaria. Si quieres realmente tener incidencia en la política de acuerdo a con tu visión ideológica como mínimo necesitas un modelo democrático que te permita llegar allí, que te permite opinar, que te permita expresarte, que te permita decir «eso no es por aquí, es por aquí». Eso es válido. Hoy no se puede expresar ni ellos ni nadie.

La Causa R tiene un preso político, acusado de un presunto intento de magnicidio por hablar sobre la muerte política del mandatario Nicolás Maduro. No obstante, en la boca de Andrea Tavares relumbra la palabra diálogo.

-¿Es necesario un proceso de pacificación?

-Yo creo que aquí hay muchos sectores del chavismo y del madurismo que están tratando de buscar puentes para conversar, y no se están rindiendo en el sentido de decir que ahora son de otro lado, sino que entienden que hay que recuperar la democracia y la institucionalidad. Con todos esos sectores hay que conversar, hay que hablar, hay que estar, porque en la transición coexisten lo malo que no terminó de morir y lo bueno que no ha terminado de nacer. Claro, eso no incluye a ciertos factores que tienen una responsabilidad más directa. No soy una experta en transiciones, pero cuando la gente empieza a hablar de Chile y Sudáfrica yo le digo «no no no no, no, no, ninguna transición se parece a otra ninguna». Es que son tan distintas, y las cosas ocurren en unos contextos tan diferentes, que predecir cómo va a ser la transición nuestra es casi un trabajo de adivinación. Entonces yo diría que no tenemos cómo saber si hay algunos factores que pueden terminar en una negociación recibiendo una tregua, recibiendo un perdón, a lo mejor una condena mucho más suave de la que en términos normales cumplirían.