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13 abril, 2024

Residente afila su mensaje: "Aquí se dispara con palabras"

Por DANIEL BAJARLÍA

EN SU NUEVO ÁLBUM SOLISTA, LAS LETRAS YA NO IMPORTAN, EL RAPERO CARGA CONTRA SUS COLEGAS DE LA MÚSICA URBANA POR EL CONTENIDO SUPERFICIAL DE SUS CANCIONES Y VUELVE A DEMOSTRAR POR QUÉ EL LENGUAJE ES UNA HERRAMIENTA PODEROSA PARA CAMBIAR AL MUNDO.

Las letras ya no importan. René Pérez Joglar, más conocido como Residente, trae esta reflexión en su segundo álbum solista. Pero, ¿cómo puede decir eso un artista que hace rap, un estilo en el que las palabras tienen más peso que la música? ¿Cómo puede ser él quien haga esta afirmación cuando su sello distintivo está en su prosa? Como dijo en una reciente entrevista a El País: “El género urbano pelea por pendejadas [...]. Por eso, no quiero pertenecer a esa escena”. El beef es para sus colegas.

El portorriqueño nunca se queda callado. Siempre tiene algo para decir sobre los temas que le interesan, ya sea la industria musical, el reggaetón, los gobernantes latinoamericanos o el conflicto en Medio Oriente. Su lengua es terriblemente filosa, en especial cuando se pone a rimar, como lo ha experimentado el colombiano J Balvin, principal destinatario de los ocho minutos de diatribas que contienen su colaboración con Bizarrap, “BZRP Music Sessions #49”. Al autor de “Mi gente” lo calificó de “bobolón, que le canta a Spongebob y a Pokemón” y le dijo sin vueltas: “Una cosa es ser artista otra cosa es ser famoso”.

ACADEMIA Y BARRIO

Residente nació en el seno de una familia altamente artística y politizada, por lo que su ideología tiene un origen bien identificado. Su madre fue parte de la compañía Teatro del Sesenta, dirigida por el dramaturgo argentino Carlos Ferrari, célebre por la obra Puerto Rico ¡Fuá!, una sátira sobre la isla y su dependencia de los Estados Unidos. Además, militó en la Juventud Independentista Universitaria, agrupación que pertenecía al Partido Independentista Puertorriqueño, que bregaba por la soberanía del país.

Su padre presidió ese movimiento estudiantil, lo representó en Cuba y Nicaragua, y como abogado se dedicó a defender a los trabajadores. Además, había estudiado música y había tenido una banda llamada Latin Tiempo en la que tocaba el trombón.

René también demostró interés por la música desde pequeño y aprendió a tocar varios instrumentos, pero optó por estudiar artes plásticas y bellas artes. Para un artista encasillado dentro de la llamada música urbana, tiene una formación académica poco usual. Cuando empezó a escribir poesía y a construir sus primeros versos, formó Calle 13 con su hermanastro Eduardo Cabra (que adoptó el nombre de Visitante). Más tarde, se incorporó su media hermana Ileana “iLe” Cabra Joglar.

Calle 13 sorprendió desde el principio. El reggaetón ya había pegado en todo el mundo gracias a Daddy Yankee y su hit “Gasolina”, que proliferó el típico beat bailable del género en todos lados y les abrió la puerta a un montón de artistas de Puerto Rico. Ellos, sin embargo, golpearon con “Querido FBI”, una canción donde expresaron su repudio hacia el asesinato de Filiberto Ojeda Ríos, líder de Los Macheteros, una organización clandestina de corte independentista, por parte del buró de seguridad estadounidense. Subieron la grabación a su sitio web, se viralizó y abrió el debate: fue la primera vez que esta música, destinada a la diversión, incursionó en la crítica social.

En absoluto se trataba de un grupo solemne. También podían hacer perrear, pero con otros recursos que les daban una amplitud musical mucho mayor que la de sus colegas. Además, las letras de Residente tenían un picor muy particular –más cercanas a Molotov que a pioneros del reggaetón como Don Omar o Tego Calderón–, con referencias que subían el estándar de las letras de la música urbana, aunque también hablaran de sexo, mujeres y fiesta. La prueba está en “Atrévete-te-te”, que con menciones a la banda Coldplay, la película Kill Bill y al videojuego Street Fighter, los catapultó al éxito en todo el continente americano.

HASTA LA RAÍZ

Como militante de la independencia de Puerto Rico de los Estados Unidos, Residente siente sus raíces latinas a flor de piel y la fama que obtuvo en toda la región no hizo más que reforzarlas. Con el correr de sus discos, Calle 13 fue fusionando más ritmos autóctonos, desde candombe uruguayo hasta cumbia, y fue tejiendo alianzas con artistas de todos lados, como los cubanos Orishas y Silvio Rodríguez, el panameño Rubén Blades, los mexicanos Café Tacvba, la canadiense Nelly Furtado y los argentinos Vicentico y Pablo Lescano, entre muchos otros.

Por si fuera poco, en 2009 estrenaron Sin mapa, un documental donde el grupo recorrió América latina mostrando cómo su cultura y su historia forjaron su propia identidad. Al año siguiente grabaron “Latinoamérica”, donde con el mismo espíritu buscaron describir la realidad de los diferentes países que la integran acompañados por Gustavo Santaolalla, la brasileña María Rita, la colombiana Totó la Momposina y la peruana Susana Baca. Un triunfo de Residente en ese período fue haber cantado con Mercedes Sosa en su último proyecto, Cantora, al lado de eminencias, como Gustavo Cerati, Charly García, Luis Alberto Spinetta y Caetano Veloso.

Tras haber ganado 24 Latin Grammy –un hito para la música urbana–, Residente y Visitante decidieron hacer un parate para dedicarse a sus propios proyectos. René sacó en 2017 su primer álbum en solitario, el homónimo Residente, inspirado en una prueba de ADN que reveló que su genética tenía orígenes más allá de América, como Rusia, China, África, Francia, el Cáucaso y los Balcanes. Viajó a diferentes partes del mundo y grabó con diferentes músicos locales, muchos de ellos desconocidos.

Este trabajo fue una forma de expandir su universo musical y el carácter cosmopolita de su militancia social. Sin embargo, nunca dejó de preocuparse por Puerto Rico. En 2019 apoyó activamente las protestas que llevaron a la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló en las que también participaron Ricky Martin y Bad Bunny, con quien grabó dos canciones alusivas, “Afilando los cuchillos” y “Bellacoso”.

EL FUTURO, YA

Las letras ya no importan, álbum que Residente presentará en la Argentina el 27 y el 28 de septiembre en el Movistar Arena, va en la misma dirección crítica y contestataria, pero también se permite por primera vez abrirse y expresar sus sentimientos más íntimos. En “René” cuenta su historia y confiesa que sufrió depresión. “El estrés me tiene enfermo, hace diez años que no duermo”, admite, para luego expresar: “El concierto está lleno, pero yo estoy vacío”. “Me estaba sintiendo muy mal, llegué a pensar que era un estorbo y me asusté, me sentía tan vulnerable como para no querer estar donde estaba”, le dijo al diario español El Mundo poco después de la salida del sencillo, en 2020.

El siguiente adelanto se publicó en 2022 y fue “This is Not America”, una crítica a los Estados Unidos por haberse apropiado del nombre del continente para construir su identidad. “América no es solo U.S.A., papá. Esto es desde Tierra del Fuego hasta Canadá”, canta junto al dúo franco-cubano Ibeyi sobre una base electrónica creada a partir de las ondas cerebrales del cantante y de gusanos, extraídas de un estudio realizado con las Universidades de Yale y Nueva York.

El ex Calle 13 resalta el valor de la palabra a lo largo de todo el álbum. A su entender, el lenguaje es intrínseco a su activismo, un arma poderosa que puede tumbar a cualquier enemigo y transformar la vida de todo un pueblo. Como dijo en un video que subió a sus redes sociales en 2011 en apoyo a una serie de protestas estudiantiles en Uruguay: “La educación es nuestra nueva revolución, no es el fusil. Aquí se dispara con palabras, se asesina con conocimiento, nuestra guerrilla son los libros”.

La frase, que fue citada por el exgobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla (antecesor a Rosselló), se complementa a la perfección con lo que dice en la nueva “El malestar en la cultura”: “La cultura evoluciona de tener pocas neuronas a un cerebro que razona”.

Su misión como rapero es la de transmitir un mensaje y por eso arremete contra los artistas urbanos que solo hablan de trivialidades y viven, como describe en “Quiero ser baladista” (que tiene la participación estelar de Ricky Martin), “sin asumir posturas de ningún tema” porque no quieren problemas. Para reforzar esa idea, la canción “Las letras ya no importan” es simplemente un conteo de números y ni siquiera los canta él. Residente, que siempre ha abrazado y militado por diversas causas, ahora tiene una nueva cruzada: que la lengua no pierda fuerza porque es el principal bastión para cualquier revolución.

Fuente: Página 12/ Argentina.