Por DANIEL BAJARLÍA
EN SU NUEVO ÁLBUM
SOLISTA, LAS LETRAS YA NO IMPORTAN, EL RAPERO CARGA CONTRA SUS
COLEGAS DE LA MÚSICA URBANA POR EL CONTENIDO SUPERFICIAL DE SUS CANCIONES Y
VUELVE A DEMOSTRAR POR QUÉ EL LENGUAJE ES UNA HERRAMIENTA PODEROSA PARA CAMBIAR
AL MUNDO.
Las letras ya no importan. René
Pérez Joglar, más conocido como Residente, trae esta reflexión en su segundo
álbum solista. Pero,
¿cómo puede decir eso un artista que hace rap, un estilo en el que las palabras
tienen más peso que la música? ¿Cómo puede ser él quien haga esta afirmación
cuando su sello distintivo está en su prosa? Como dijo en una reciente
entrevista a El País: “El género urbano pelea por pendejadas [...].
Por eso, no quiero pertenecer a esa escena”. El beef es para sus colegas.
El portorriqueño nunca se queda callado. Siempre tiene algo
para decir sobre los temas que le interesan, ya sea la industria musical, el
reggaetón, los gobernantes latinoamericanos o el conflicto en Medio
Oriente. Su lengua es
terriblemente filosa, en especial cuando se pone a rimar, como lo ha
experimentado el colombiano J Balvin, principal destinatario de los ocho
minutos de diatribas que contienen su colaboración con Bizarrap, “BZRP Music
Sessions #49”. Al autor de “Mi gente” lo calificó de “bobolón, que le canta a
Spongebob y a Pokemón” y le dijo sin vueltas: “Una cosa es ser artista otra cosa es ser famoso”.
ACADEMIA Y BARRIO
Residente nació
en el seno de una familia altamente artística y politizada, por lo que
su ideología tiene un origen bien identificado. Su madre fue parte de la compañía Teatro del Sesenta, dirigida por
el dramaturgo argentino Carlos Ferrari, célebre por la obra Puerto Rico
¡Fuá!, una sátira sobre la isla y su dependencia de los Estados Unidos.
Además, militó en la Juventud Independentista Universitaria, agrupación que
pertenecía al Partido Independentista Puertorriqueño, que bregaba por la
soberanía del país.
Su padre presidió ese movimiento
estudiantil, lo
representó en Cuba y Nicaragua, y como abogado se dedicó a defender a los
trabajadores. Además, había estudiado música y había tenido una banda llamada
Latin Tiempo en la que tocaba el trombón.
René también demostró interés por la música desde pequeño y
aprendió a tocar varios instrumentos, pero optó por estudiar artes plásticas y
bellas artes. Para un artista encasillado dentro de la llamada música
urbana, tiene una formación
académica poco usual. Cuando empezó a escribir poesía y a construir sus
primeros versos, formó Calle 13
con su hermanastro Eduardo Cabra (que adoptó el nombre de
Visitante). Más tarde, se incorporó su media hermana Ileana “iLe” Cabra Joglar.
Calle 13 sorprendió desde el
principio. El
reggaetón ya había pegado en todo el mundo gracias a Daddy Yankee y su hit
“Gasolina”, que proliferó el típico beat bailable del género en todos lados y
les abrió la puerta a un montón de artistas de Puerto Rico. Ellos, sin embargo, golpearon con “Querido
FBI”, una canción donde expresaron su repudio hacia el asesinato de
Filiberto Ojeda Ríos, líder de Los Macheteros, una organización clandestina de
corte independentista, por parte del buró de seguridad estadounidense. Subieron
la grabación a su sitio web, se viralizó y abrió el debate: fue la primera vez que esta música, destinada
a la diversión, incursionó en la crítica social.
En absoluto se trataba de un grupo
solemne. También
podían hacer perrear, pero con otros recursos que les daban una amplitud
musical mucho mayor que la de sus colegas. Además, las letras de Residente tenían un picor muy particular –más cercanas a
Molotov que a pioneros del reggaetón como Don Omar o Tego Calderón–, con
referencias que subían el estándar de las letras de la música urbana, aunque
también hablaran de sexo, mujeres y fiesta. La prueba está en “Atrévete-te-te”,
que con menciones a la banda Coldplay, la película Kill Bill y
al videojuego Street Fighter, los catapultó al éxito en todo el
continente americano.
HASTA LA RAÍZ
Como militante de la independencia de Puerto Rico de los
Estados Unidos, Residente siente
sus raíces latinas a flor de piel y la fama que obtuvo en toda la
región no hizo más que reforzarlas. Con el correr de sus discos, Calle 13
fue fusionando más ritmos
autóctonos, desde candombe uruguayo hasta cumbia, y fue tejiendo
alianzas con artistas de todos lados, como los cubanos Orishas y Silvio
Rodríguez, el panameño Rubén Blades, los mexicanos Café Tacvba, la canadiense
Nelly Furtado y los argentinos Vicentico y Pablo Lescano, entre muchos otros.
Por si fuera poco, en 2009 estrenaron Sin mapa,
un documental donde el grupo recorrió América latina mostrando cómo su cultura
y su historia forjaron su propia identidad. Al año siguiente grabaron “Latinoamérica”, donde con el mismo espíritu
buscaron describir la realidad de los diferentes países que la integran acompañados
por Gustavo Santaolalla, la brasileña María Rita, la colombiana Totó la
Momposina y la peruana Susana Baca. Un triunfo de Residente en ese período fue haber cantado con Mercedes
Sosa en su último proyecto, Cantora, al lado de eminencias,
como Gustavo Cerati, Charly García, Luis Alberto Spinetta y Caetano Veloso.
Tras haber ganado 24 Latin Grammy –un hito para la música
urbana–, Residente y Visitante decidieron hacer un parate para dedicarse a sus
propios proyectos. René sacó en
2017 su primer álbum en solitario, el homónimo Residente,
inspirado en una prueba de ADN que reveló que su genética tenía orígenes más
allá de América, como Rusia, China, África, Francia, el Cáucaso y los Balcanes.
Viajó a diferentes partes del mundo y grabó con diferentes músicos locales,
muchos de ellos desconocidos.
Este trabajo fue una forma de expandir su universo musical y
el carácter cosmopolita de su militancia social. Sin embargo, nunca dejó de preocuparse por Puerto Rico.
En 2019 apoyó activamente las protestas que llevaron a la renuncia del
gobernador Ricardo Rosselló en las que también participaron Ricky Martin y Bad
Bunny, con quien grabó dos canciones alusivas, “Afilando los cuchillos” y
“Bellacoso”.
EL FUTURO, YA
Las letras ya no importan, álbum que Residente
presentará en la Argentina el 27 y el 28 de septiembre en el Movistar Arena, va
en la misma dirección crítica y contestataria, pero también se permite por primera vez abrirse y
expresar sus sentimientos más íntimos. En “René” cuenta su historia y confiesa
que sufrió depresión. “El estrés me tiene enfermo, hace diez años que no
duermo”, admite, para luego expresar: “El concierto está lleno, pero yo estoy
vacío”. “Me estaba sintiendo muy mal, llegué a pensar que era un estorbo y me
asusté, me sentía tan vulnerable como para no querer estar donde estaba”, le
dijo al diario español El Mundo poco después de la salida del
sencillo, en 2020.
El siguiente adelanto se publicó en 2022 y fue “This is Not
America”, una crítica a los Estados Unidos por haberse apropiado del nombre del
continente para construir su identidad. “América no es solo U.S.A., papá. Esto es desde Tierra del Fuego hasta
Canadá”, canta junto al dúo franco-cubano Ibeyi sobre una base
electrónica creada a partir de las ondas cerebrales del cantante y de gusanos,
extraídas de un estudio realizado con las Universidades de Yale y Nueva York.
El ex Calle 13 resalta el valor de
la palabra a lo largo de todo el álbum. A su entender, el lenguaje es intrínseco a su
activismo, un arma poderosa que puede tumbar a cualquier enemigo y transformar
la vida de todo un pueblo. Como dijo en un video que subió a sus redes sociales
en 2011 en apoyo a una serie de protestas estudiantiles en Uruguay: “La educación es nuestra nueva revolución, no
es el fusil. Aquí se dispara con palabras, se asesina con conocimiento, nuestra
guerrilla son los libros”.
La frase, que fue citada por el exgobernador de Puerto Rico,
Alejandro García Padilla (antecesor a Rosselló), se complementa a la perfección con lo que dice en la nueva “El malestar
en la cultura”: “La cultura evoluciona de tener pocas neuronas a un
cerebro que razona”.
Su misión como rapero es la de
transmitir un mensaje y
por eso arremete contra los artistas urbanos que solo hablan de trivialidades y
viven, como describe en “Quiero ser baladista” (que tiene la participación
estelar de Ricky Martin), “sin asumir posturas de ningún tema” porque no
quieren problemas. Para reforzar esa idea, la canción “Las letras ya no
importan” es simplemente un conteo de números y ni siquiera los canta él.
Residente, que siempre ha abrazado y militado por diversas causas, ahora tiene una nueva cruzada: que la lengua
no pierda fuerza porque es el principal bastión para cualquier revolución.
Fuente: Página 12/ Argentina.