"Los tres fundadores de la empresa somos ciclistas, y
vivimos en un entorno ideal para practicar este deporte. Dos hacemos ciclismo
de montaña, y otro prefiere de carretera. Pero todos hemos tenido
sustos, y conocemos a gente que ha tenido accidentes graves yendo en bici. Así
que empatizamos mucho con el problema. Y por eso nos preguntamos si habría
alguna posibilidad de proteger más a los ciclistas más allá del
casco. Empezamos a tantear la idea y en 2019 fundamos la compañía",
rememora Marc Millet, CEO de Evix Safety.
El relato de Millet cuadra bastante con el sentir de la mayoría de la comunidad ciclista, que es consciente de los riesgos que tiene practicar este deporte. Una sensación que los datos avalan, porque solo en Europa, en los últimos 10 años, han fallecido 30.000 ciclistas, y se han contabilizado más de 300.000 lesionados graves sobre la bicicleta, según European Transport Safey Council. Aunque hay que trabajar para que muchos de estos incidentes no se produzcan, siempre habrá un número inevitable. Y para esos casos, mejor estar preparado. Con esa idea en la cabeza, la gente de Evix se propuso manos a la obra para desarrollar un nuevo producto.
El concepto en sencillo: se trata de un sistema
compuesto por un airbag cervical que protege el cuello y va escondido dentro
del casco. Se activa cuando un algoritmo, desarrollado también por Evix con
la ayuda de un modelo de machine learning de inteligencia
artificial, detecta que se va a producir un accidente. Los sensores
analizan todo lo que está pasando, y en el momento preciso liberan el airbag,
que se abre en menos de 100 milisegundos. En conjunto todo el sistema pesa 180
gramos.
"Ahora mismo el algoritmo está entrenado para
detectar los accidentes que tengan que ver con atropellos por parte de
vehículos y caídas de los propios ciclistas. Pero estamos trabajando
en ampliar el abanico, porque hay infinitas variedades de accidentes",
resume Millet. "Para los usuarios no cambia nada, es un casco normal que
se abrocha y lleva incorporada nuestra tecnología. Ese fue uno de nuestros
objetivos, porque sabíamos que las soluciones tenían que ser cómodas, y no
podían afectar a los movimientos de los ciclistas. De lo contrario no iban a
querer usarlo y sería imposible comercializarlo", añade.
Evix protege contra la hipertensión cervical, reduciendo
el movimiento del cuello hasta un 35%. Pero también ayuda a controlar
los movimientos laterales del cuello, que pueden generar muchos problemas. En
concreto, el airbag minimiza el movimiento del cuello por debajo del ángulo
lesivo tanto para hombres, 42 grados, como para mujeres, 50.
"Estamos aún en la fase de integración, así que no
tenemos muchas respuestas definitivas. Pero en principio nuestro
sistema se integrará en cascos de alta gama, y encarecerá el producto entre 1,5
y dos veces su precio. Es decir, que si un caso costaba 150 euros, con
nuestra tecnología incorporada pasará a costar entre 240 y 300", detalla
Millet, que explica que sus previsiones son que el año que viene, o como mucho
a principios del siguiente, puedan empezar a comercializar su producto. La idea
es que esté disponible en tiendas de todo el mundo. "Las recepción entre
las marcas ha sido muy positiva", desliza el CEO de la compañía. Por lo
pronto, los clientes interesados ya pueden apuntarse a una lista de espera
disponible en la web de la empresa.
Para crear el airbag el equipo de Evix trabajó codo a
codo con profesionales sanitarios. "No sé si puedo decir nombres,
pero quien lidera la parte médica de este proyecto es un doctor clínico de
Barcelona, y hemos trabajado con distintas universidades, centros de investigación
y hospitales de España. Han sido pruebas independientes, en las que nosotros
les hemos dado nuestra tecnología y ellos la han puesto a prueba", comenta
Millet.
Según explica, el reto de desarrollar un producto así
ha sido doble. Por un lado, tecnológico, porque tienen que pasar muchas
cosas en muy poco tiempo: detectar el accidente, hinchar el airbag y proteger
al ciclista. Por eso es extremadamente importante "ser muy precisos".
Y por otro hay que paquetizar toda esta tecnología para que no afecte al casco
y el resultado final sea convencional.
De momento Evix se ha querido centrar en el ciclismo, como
hemos visto, por el vínculo de sus creadores con este deporte. Pero en el
futuro consideran que su tecnología será extrapolable a todos los
sectores donde se utilicen casco. Empezando por el resto de deportes, como
el patinaje, el motociclismo, el esquí o la hípica. El objetivo es, en
definitiva, crear una "tecnología estándar".
En paralelo la empresa está desarrollando una
aplicación móvil que recopilará gran cantidad de datos de los
ciclistas: desde la ruta a su velocidad, pasando por el lugar y la causa de los
accidentes, si es que se producen. Si hay cualquier inconveniente, también
permitirá enviar mensajes mensaje SOS de emergencia.
En 2021 Evix recibió una subvención de casi 320.000 euros por
parte del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) a través del
Programa Neotec. Y ahora se acaba de anunciar que la compañía es una de
las finalistas de los Premios Fundación Mapfre a la Innovación Social, que
se otorgarán en Madrid el próximo 23 de mayo. Son, de hecho, el único proyecto
español entre los 12 finalistas. "Para nosotros es un orgullo, estamos muy
contentos. Y va a darnos un impulso", zanja Millet.
Texto tomado de El Independiente / España.