Por
Manuel Fariñas* / Opinión.
El año 2024 nos convoca a
vivir tiempos de incertidumbre y revolución política ante diferencias entre
parcialidades que se enfrentan democráticamente a partir de oponerse la tesis
de quien maneja el poder y la antítesis de quienes aspiran desplazarlos.
Como de costumbre, en el
medio queda la ciudadanía (el pueblo). La polarización siempre se hace evidente.
Hace 214 años eran otros los protagonistas, pero en esencia era una lucha por
el poder. Otrora ese mes de abril, corrían los años de 1810 y el imperio
español detentaba el poder en estas tierras renombrada Capitanía General de
Venezuela.
La autoridad en esa época la ejercía el Capitán General Juan Vicente Emparan, quien sostenía la tesis de que el gobierno tenía que ser ejercido por su persona autorizado por la monarquía española, lejos, muy lejos de estas tierras y sus contrarios caracterizados como criollos sosteniendo la antítesis de la libertad (la independencia). En esa oportunidad, triunfó la antítesis, pues el Capitán General consultó al pueblo si quería que él, continuara en el poder y el soberano le dijo que no. Entonces, la máxima autoridad, les respondió “pues si ustedes no quieren que los mande, yo tampoco quiero mando” y así se dio el primer grito de la Independencia de Venezuela.
Han transcurrido 214 años y
en estos tiempos también mes de abril, renace una lucha de poderes antagónicos que
cuasi designio de la historia presenta circunstancias determinantes. Quienes
están en el gobierno sostienen como tesis quedarse en el poder 6 años más
después de 25 años de gestión y, quienes piensan distinto, defienden la
antítesis, que se vayan del gobierno.
Esta vez, quizás igual que
antes, es mucho lo que está en juego, entre tesis y antítesis (la
polarización), se encuentra el pueblo luchando por su libertad (la
independencia).
En este contexto, desde una
perspectiva razonada por las circunstancias, los que defienden la tesis, muestran
“un plomo en el ala”: los guarismos económicos no les son favorables. (1) La
inflación cerró el año 2022 al menos en 305% (https://elpais.com/america/2024-01-09/), (2)
el sueldo mínimo fijado en el 2022 equivalía a 30 dólares mensuales (130 Bs.),
aún hoy día no lo han aumentado y su equivalente no es superior a 4 dólares mensuales;
(3) la canasta básica actualmente en abril de 2024 (https://correodelcaroni.com/laboral-economia/), se
ubica en 554,26 dólares. Ese
sueldo mínimo, no alcanza ni para sobrevivir.
Por otro lado, los que
defienden la antítesis, presumen a su favor un voto castigo que en algunas
encuestas estiman alrededor del 80% del padrón electoral. Lo que supone que de
ganar las elecciones, se implantaría un nuevo modelo contraparte del modelo vigente.
Entonces, se podría predecir un caos inmediato y ¿otra vez el pueblo tendría
que soportar la carga?, Ello semejaría otra dependencia.
Qué hacer ante esta
dramática perspectiva, desde “Alternativa 1” como nuevo modelo de partido con
una organización de dirección colectiva, promovemos, rescatar el acuerdo
nacional prescrito en la Carta Magna y, avanzar hacia una república de
ciudadanos (donde la ciudadanía pueda ejercer sus derechos).
En este contexto, opinamos
que el ganador de las elecciones del 28 de julio, debería llamar a la
conformación de un gobierno transitorio (tres a cuatro años), de una gran
unidad nacional que, ejecute un programa mínimo de políticas públicas para
atender las necesidades más urgentes y emergentes del pueblo.
Hay que anteponer al país
por encima de todo y, por eso hay que indemnizar las carestías que se han
tornado inaplazables. Tales como: (a) Enfrentar la corrupción, (b) Mejorar los
sueldos y salarios de los trabajadores atendiendo al desarrollo de una economía
productiva nacional, (c) Enfrentar los problemas de la delincuencia y acorde
con un ejemplar sistema judicial, (d) Reglamentar el verdadero papel que deben
desempeñar los militares en el país, (e) Reestructurar el buen funcionamiento
de los servicios públicos, (f) Reivindicar un buen sistema de salud medico
asistencial, (g) Retomar la educación y la formación para el buen vivir.
Finalmente, como política de
“Alternativa 1”, debemos reconquistar a través de un acuerdo nacional, nuestro derecho
político establecido en la Carta Magna: la representación proporcional en la
Asamblea Nacional y en todos los organismos colegiados de representación popular.
*Profesor
universitario. Coordinador general de Alternativa 1 en Caracas.