El profesor y
divulgador acerca los conceptos filosóficos a los más pequeños a través del
libro ilustrado El mundo según Lea.
Carlos fue, como cada mañana, a dar clase cuando una niña de
Infantil le preguntó de qué era profesor. "¿Filosofía? ¿Y qué es la
filosofía?", se sorprendió ella. "Es hacer preguntas sobre las
cosas", respondió él. "Pues a mí me dicen que hago muchas preguntas,
que mejor me calle", contestó la niña. En ese instante, el profesor y
divulgador de Filosofía Carlos Javier González Serrano supo
cuál sería su próximo proyecto. El mundo según Lea (Beascoa) son cinco
cuentos basados en las enseñanzas de Sócrates, Aristóteles, Thoreau,
Rousseau y Arendt para reflexionar en familia sobre el mundo que nos
rodea, estimulando la curiosidad de los más pequeños e invitándoles a no dejar
de hacer preguntas. Las ilustraciones son de Candela Ferrández.
"Los niños se preguntan el porqué de las cosas en cuanto empiezan a hablar. Lo fundamental no es enseñarles Filosofía desde pequeños, porque son conceptos complejos y no están preparados intelectualmente. Lo interesante es introducir la actitud filosófica, alimentar su asombro y curiosidad, que tengan una mirada escrutadora para que no se queden en la superficie de las cosas", explica el autor a Libertad Digital. "Como adultos tenemos que evitar respuestas del tipo porque sí o porque lo digo yo. Ahí pueden cuestionarse hasta la autoridad".
Corremos el riesgo de que mucho estudiantado salga de la ESO*
sin saber quién es María Zambrano u Ortega y Gasset
De esta manera, será más fácil que lleguen a adultos
"con un criterio propio frente a la hiperestimulación a
la que estamos sometidos, desarrollen un sentimiento de autonomía frente al
ruido y, sobre todo, tengan independencia de juicio". Gracias a esto
último, explica González Serrano, "si el otro tiene una opinión distinta,
empezaré a dialogar con él". "Esto funciona muy bien con niños. No
porque estemos en desacuerdo tenemos que tener una actitud conflictiva o
agresiva, que es a lo que nos acostumbran los programas del corazón o la
política", expone.
En un mundo en el que el móvil "nos da la respuesta a
todo", hay que fomentar que niños y adolescentes se pregunten "por
qué estoy utilizando las tecnologías en lugar de usar el pensamiento".
"Estoy siendo instrumentado por el instrumento. Quedan adolescentes con necesidad
de tener argumentos intelectuales para afrontar una realidad que les
tiene arrinconados", explica.
Precisamente, son interesantes libros como El mundo
según Lea en un tiempo en el que las Humanidades tienen cada vez menos
peso en los planes de estudio. "En 2018, los gobiernos
progresistas se comprometieron a mantener la Ética en la ESO, pero con
la LOMLOE, en Bachillerato es obligatoria Filosofía y en segundo Historia de la
Filosofía, pero en la ESO solo hay una asignatura absolutamente mínima que se
llama Valores Ético y Cívicos que tiene 35 horas anuales, una
carga lectiva irrisoria".
Se ha puesto a disposición de las comunidades autónomas
ofertar Ética como optativa en 4 de ESO. "Ya no tenemos una asignatura
propiamente de Filosofía. Ha perdido su importancia a nivel institucional, sin
embargo, cuando más nos quitan, más clubes y charlas de filosófica surgen. La ciudadanía
requiere ese servicio. Si la ley lo quita, corremos el riesgo de que
mucho estudiantado salga de la ESO sin saber quién es María Zambrano u Ortega y
Gasset. Ya no te hablo de Sócrates, Platón y toda la filosofía clásica
europea de donde viene nuestra cultura occidental. La Filosofía fomenta la
independencia de juicio, si la quitan será porque nos quieren sin criterio
propio", reivindica.
El mundo según Lea está recomendado para niños desde los 3 hasta los 12
años. A lo largo de cinco capítulos, su protagonista se va preguntando ¿Quiénes
somos? ¿Cómo deberíamos entender a los demás? ¿Qué es lo que nos ayuda a ser
felices? o ¿cuándo es necesario empezar a hacernos estas preguntas? Al final de
cada cuento, incluye una breve pincelada sobre el filósofo que introduce el
tema tratado. "Todos los conceptos están muy de actualidad. Sócrates está
asociado al autoconocimiento porque estamos constantemente expuestos a las
redes sociales, al imperio del qué pensaran de mí, a la validación externa.
¿Dónde queda el conocimiento de mí mismo?", explica el autor. Lea se pone
frente del espejo, ve sus pecas y se pregunta si las tendrá siempre. "Eso
nos lleva al paso del tiempo y a la muerte. Los niños se preguntan por asuntos
que los adultos creemos que no tienen en la cabeza. Hay que darles una
respuesta, eso es lo importante, aunque sea en forma de metáfora. Esto está
asociado a Arendt, gran pensadora del siglo XX".
La naturaleza es otro de los conceptos que explora:
"Sobre todo, el elemento de admirarse ante la naturaleza. No echar la foto
de Instagram en una montaña e irse, sino admirar la inmensidad". De la
mano de Aristóteles reflexiona sobre la amistad y el valor de las relaciones
humanas. Por último, en relación a las nuevas tecnologías reivindica la
escritura a mano. "Nos podemos equivocar, tachar, registrar nuestros
errores. Es importante y lo estamos olvidando".
Tomado de Libertad Digital / España.
* Educación Secundaria Obligatoria