Reseña del libro
escrito por Carlos Javier Morales
El Opus Dei es una de las instituciones más conocidas de la Iglesia Católica. Creada en 1928 por un español, José María Escrivá de Balaguer, hoy elevado a los altares, supuso la introducción de una novedosa idea, la de la santificación de sus miembros desde su puesto de trabajo y sin pérdida de su condición laical. En consecuencia, ha huido siempre de la consideración de orden religiosa, ya que considera que todos ellos son seglares -con independencia de un parvo porcentaje que tiene condición presbiteral-, por lo que a lo largo de su existencia ha atravesado diferente situaciones jurídicas: Pía unión, Instituto secular y finalmente Prelatura personal, situación esta última creada por Juan Pablo II, pero modificada por Francisco I en el sentido de desposeer a su titular de la condición episcopal. Todo ello lo explica muy bien desde dentro, pues el autor confiesa su pertenencia a la Obra, Carlos Javier Morales en “Breve historia del Opus Dei” (Alianza editorial/ El Libro de Bolsillo).
La originalidad del planteamiento inicial de Escrivá no
siempre fue comprendida o interpretada adecuadamente en el propio seno
eclesial. A destacar algunos reiterados desencuentros con los jesuitas. También
hubo problemas en las esferas vaticanas. Así en 1951-1952 cuando “varias
personas de la curia presionaban para que el fundador fuera apartado de la obra
y las secciones de hombres y mujeres permanecieran como dos instituciones
independientes” o durante el pontificado de Pablo VI, cuando los cardenales
Benelli y Villot quisieron que el Opus apartara a sus miembros del gobierno de
Franco (los había que eran ministros) y participara en la creación departidos
políticos cristianos, a lo que el fundador se opuso arguyendo la completa
libertad de los miembros en lo que no afectara al aspecto religioso. Y, en fin,
no faltaron críticas a la conversión del Opus en Prelatura personal (se opuso
inicialmente la Congregación de Obispos y el mismo presidente de la Conferencia
Episcopal Español) y contra la beatificación de Escrivá. En torno a 1983 se
suscitó además una fuerte campaña crítica con amplia resonancia periodística en
Alemania y otros países.
Resulta interesante conocer que, tal como explica
Morales, el Opus ha utilizado técnicas inéditas, no siempre bien aceptadas,
como la segregación jurídica y económica de la Obra de la mayoría de sus
creaciones, configuradas como “obras corporativas “ (en las que el Opus nombra
sus directores pero se desentiende de su gestión técnica y económica) y “obras
comunes” (empresas privadas promovidas por miembros de la Obra con otros ajenos
y afectas a la Obra que en sus inicios también contaron con directores
designados por el Opus) También resulta curioso que casi todas los bienes
vinculados a acciones de la Obra no sean de su propiedad, sino que pertenezcan
a personas jurídicas formalmente ajenas.
Todo ello no ha sido óbice para que el Opus Dei no solo
consolidase su continuidad tras el fallecimiento de su fundador, sino que se
haya entendido a una cincuentena larga de países y que, entre numerarios,
oblatos, numerarias auxiliares -las mujeres, que no tienen voto en la elección
de su presidente-, supernumerarios, esté muy cerca de alcanzar los cien mil
miembros.
Texto tomado de Catalunyapress / España.