Sergio Pintado
Las fuerzas británicas desalojaron por la fuerza a las
autoridades y los pobladores argentinos de las Islas Malvinas el 3 de enero de
1833. Hasta ese momento, las islas eran gestionadas con éxito por Argentina,
que heredó la posesión de España y se asentó con autoridades y emprendimientos
económicos.
Las Islas Malvinas formaron parte del territorio en manos de la Corona española desde la
Conquista de América. El territorio formó parte del Virreinato del Río
de la Plata, pero los españoles recién tuvieron una presencia activa en las
islas entre 1767 y 1810, lapso durante el cual ya debieron mantener al margen a
los británicos, que intentaron hacerse por la fuerza del archipiélago
del Atlántico Sur.
De hecho, los españoles habían logrado asegurar su soberanía en las Malvinas tras vencer a los británicos, que de forma clandestina desembarcaron en la isla en 1765 para fundar un establecimiento denominado Port Egmont. Los españoles respondieron en 1770 y, tras un enfrentamiento armado con los británicos, lograron recuperar las islas, que por su ubicación estaban dentro de los dominios americanos de España desde la conquista de América.
Según consta en archivos históricos publicados por Argentina en 2022, el Reino
Unido reconoció entonces la soberanía española sobre las islas, a
cambio de no perder el asentamiento en Port Egmont, aunque sería abandonado
definitivamente por los británicos en 1774.
Desde 1767, España dispuso gobernadores permanentes en las
islas. Según destaca Argentina, la administración española fue "efectiva,
exclusiva, ininterrumpida, pacífica, pública y de buena fe" e implicó el
paso por las islas de 20 gobernadores y comandantes políticos que gobernaron de
forma sucesiva.
El proceso independentista que culminó con la formación
de las Provincias Unidas del Río de la Plata —actual Argentina—
hizo que el incipiente país sudamericano heredara el territorio que pertenecía
al Virreinato del Río de la Plata. Así, la
bandera argentina ondeó por primera vez en las islas el 6 de noviembre de 1820,
con la llegada del coronel David Jewett, el primer comisionado
rioplatense en las islas.
Las islas comenzaron a poblarse desde entonces, especialmente
con la llegada de Luis Vernet, quien sería el primer comandante político
argentino en las islas y responsable del primer desarrollo de la ganadería en
el lugar.
Buenos Aires buscaría reforzar su presencia a partir de 1831, cuando
la fragata estadounidense USS Lexington atacó Puerto Soledad, en medio de los
recelos de Estados Unidos, que buscaba obtener permisos
de pesca en la zona del Atlántico Sur.
Todo cambió dos años después, cuando la corbeta
británica HMS Clio arribó a las islas bajo las órdenes
del comandante James Onslow y un arsenal de 18 cañones.
Según los documentos que recopila Argentina, el interés británico por las islas
se había reavivado tras la incursión estadounidense de 1831 y el desarrollo que
Puerto Soledad mostraba bajo la soberanía argentina.
Así fue que Londres decidió enviar al HMS Clio,
un buque de guerra. Si bien en su misión el Reino Unido ya habilitaba a la
embarcación a usar la fuerza si fuera necesario, el plan original se limitaba
a tomar posesión de Puerto Egmont, el punto que los españoles
habían reservado a los británicos y que estos habían abandonado en 1774.
Onslow llegó a Puerto Egmont el 23 de diciembre de 1832.
Excediéndose de las órdenes que había recibido, el británico decidió avanzar
sobre Puerto Soledad y exigir por la fuerza la expulsión de toda la población
argentina existente al 3 de enero de 1833. A esa altura, los británicos habían
sumado otra corbeta, la Tyne, con 28 cañones más.
Los británicos se aprovecharon, además, de una sublevación
interna que se había producido por aquellos días en las islas, producto de la
tensión entre los pobladores y el comandante Francisco Mestivier. Quien llegó a
solucionar la situación, el coronel José María Pinedo, fue quien recibió la
amenaza de Onslow para abandonar las islas. Si bien accedió a dejar el
territorio producto de la superioridad militar británica, se negó a arriar
la bandera argentina.
Las primeras protestas internacionales de Argentina no
tardaron. Dos semanas después del incidente, el ministro de Relaciones
Exteriores de la provincia de Buenos Aires, Manuel Vicente Maza, pidió
explicaciones al encargado de negocios británico, Philip Gore.
Desde entonces, el Reino Unido optó por, sistemáticamente,
desoír los reclamos argentinos. Gore no respondió a Maza, por lo que el
Gobierno argentino decidió presentar una nota formal de protesta. Nuevamente,
sin respuesta, Maza instruyó a los diplomáticos argentinos a plantear la
situación de forma oficial en Londres.
Ya desde entonces, Argentina notificó de lo sucedido al resto
de los países americanos, varios de los cuales apoyaron el reclamo argentino ya
desde ese mismo momento. Pocos días después, la ocupación ilegal de las
Malvinas ya era conocida por la población a través de los medios de
prensa.
Para Argentina, en esa época lo hecho por el Reino Unido
constituyó "una flagrante violación del derecho internacional de la
época", según repasa hoy el Gobierno argentino, debido a que el Reino
Unido "debía respetar la integridad territorial de un Estado con el que
mantenía relaciones pacíficas".
"A 190 años de la invasión británica a Malvinas,
recordamos y homenajeamos a los compatriotas pioneros de la soberanía
argentina, hombres y mujeres que fueron desalojados tras la imposición del
régimen colonial el 3 de enero de 1833", recordó Guillermo Carmona,
secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur en la Cancillería Argentina.
Tomado de Sputnik /
Rusia.