Por Jenny Sánchez
Petit
En la noche del primer día de 2023, Arcadio Padrón decidió
irse a dirigir a otros escenarios.
Ya hacía varios meses que estaba luchando con la vida, este
hombre que amó, por encima de casi todas
las cosas, el teatro. Fue su enamorado y su hacedor.
Arcadio fue un hombre de cultura, un ávido y consecuentemente
lector, otra de sus pasiones. Se esforzó por llevar a todos los rincones del
estado el teatro.
A través de la Agrupación Cultural Huellas diseño un plan de formación teatral para quienes, como él, querían expresarse a través de la actuación. Su idea no solamente era que se formarán grupos en todos los municipios del estado, sino que en festivales, cada uno de ellos conociera lo que los otros hacían.
El eje occidental fue testigo de ello. Varias ediciones se
llevaron a cabo, jóvenes de la zona se adentraron en el mundo de la actuación
porque fue una oportunidad que no desperdiciaron.
Como educador consideraba necesario la formación de los
teatreros, por eso creo la revista Máscaras, esfuerzo editorial que no duró
mucho en el tiempo, por falta de respaldo, pero allí están los ejemplares para
que quienes desean, puedan consultarlas.
Fue subdirector de la escuela de teatro Ramón Zapata,
secretario de Cultura durante la gestación de Acosta Carles, participó en
diversas obras teatrales, en películas, fue un buen amigo, un excelente
cocinero, un hombre fiel a sus convicciones políticas, estuvo siempre a la
izquierda. Muchas cosas podrían decirse de él.
Hoy, quienes le conocimos y quisimos, le recordaremos por los
agradables momentos vividos, por su buen humor y sus salidas lapidarias e
inteligentes.
Hasta siempre, Arcadio Padrón.