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07 octubre, 2022

Carlos Andrés Pérez, “El Presidente”

Por Juan Arturo Hernández Breznik* / Opinión

                                                         Especial para Entre Todos D

.Este 27 de octubre de 2022, se cumple el primer centenario del natalicio del más controversial líder político de la segunda mitad del siglo XX venezolano. Nacido en Rubio, estado Táchira; se incorporó en Acción Democrática desde su fundación en 1941, siendo el dirigente juvenil a quien mayor confianza le tuvo Rómulo Betancourt. A partir de 1949 fue ferozmente perseguido por la dictadura que se instauró en el país, que lo llevó varias veces a la cárcel y al exilio. Luego de 1958, con el retorno de la democracia, durante el primer quinquenio ocupó el cargo de Ministro de Relaciones Interiores, fue una etapa muy convulsionada, donde hubo que enfrentar un intento de magnicidio, dos golpes de Estado, y dos divisiones de su propio partido, que los llevó a perder la mayoría en el congreso. En esta época, Carlos Andrés Pérez fue bautizado como “el ministro policía”, por su valentía, cuando con pistola en mano acompañaba a los cuerpos de seguridad a repeler a los grupos subversivos y los alzamientos guerrilleros. Para el período 1964-69 fue electo para ocupar una curul en el Congreso Nacional, y le confiaron la jefatura de la renovada fracción parlamentaria de Acción Democrática. En 1968, luego de la tercera, y más importante división sufrida por el partido que el ayudó a construir, pierden las elecciones y les corresponde ser ahora oposición; Carlos Andrés Pérez, un hombre enérgico y de extraordinario carisma, con menos de 50 años de edad, es nombrado Secretario General, para que dirija la reconstrucción de Acción Democrática; desde ahí, recorre el país, llevando un mensaje renovado y fresco a las bases que se habían distanciado de la organización, quienes por su velocidad y simpatía, comienzan a llamarlo “el hombre que camina”. Todo esto lo catapulta para ser candidato presidencial con la consigna “democracia con energía” en alusión directa al apagado carácter que tenían el presidente en funciones y el candidato del partido de gobierno para ese momento. En las elecciones del 9 de diciembre de 1973, se convierte en el cuarto presidente electo de la etapa democrática.

Toma posesión el 12 de marzo de 1974, y su gobierno coincide con la segunda mayor bonanza petrolera de la historia de Venezuela (la más alta hasta ahora, fue la administrada por Chávez); con la cual se triplica el presupuesto previsto para ese año; y en 1977, el país tuvo el Producto Interno Bruto “per càpita” más alto de la historia, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y el Banco Central de Venezuela. En este período nacionalizó el petróleo y el hierro, y creó Petróleos de Venezuela (PDVSA), para proporcionar al Estado, una herramienta para la administración de los recursos petroleros. Todo esto le permitió hacer una gran inversión del gasto público en el sistema educativo y social, teniendo como bandera el Programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, con el cual miles de venezolanos se capacitaron en los centros universitarios más prestigiosos del mundo; también se ocupó en forma diligente del tema ambiental, decretó la creación de 10 parques nacionales, hecho que lo llevó a obtener el premio Heart Care, de reconocimiento mundial, siendo el primer Jefe de Estado latinoamericano en lograrlo. En materia de obras públicas, es el quinquenio con el más amplio desarrollo de infraestructura de calidad y alcance colectivo que ha tenido Venezuela. Los naguanagûenses debemos agradecerle la construcción del Grupo Escolar José Félix Sosa, el ambulatorio Dr. Luís Guada Lacau, la remodelación, ampliación, modernización y equipamiento del Hospital Universitario Dr. Ángel Larralde, mejor conocido como Hospital Carabobo, al cual convirtió en la bandera del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en el centro del país. La construcción del edificio de FACES y la dotación de una flota de autobuses para la Universidad de Carabobo, que fueron inmortalizados como “las iguanas”. La construcción de la variante, tramo distribuidor bàrbula hasta el hoy, distribuidor San Diego; y gran parte de la avenida intercomunal Julio Centeno. El programa de equipamiento de barrios, con el cual se dotó de agua potable, electrificación y cloacas a mi natal barrio oeste, entre otros. La siembra de pinos caribes en el cerro El Café. En el estado Carabobo además se construyó el hospital de Bejuma y el ambulatorio de la Isabelica. Los liceos Manuel Felipe de Tovar y José Gregorio Ponce Bello en Valencia; José Antonio Maitìn y Manuel Gual en Puerto Cabello. Se comenzó la construcción de la represa de Canoabo; construyó la Central Termoeléctrica Planta Centro; así como las urbanizaciones para la clase trabajadora Ricardo Urriera en Valencia, y Augusto Malavè Villalba en Guacara, entre otras. Todas estas obras “tipo” fueron repetidas en todo el territorio nacional, lo que le permitió terminar su mandato con una popularidad que rondaba el 50%.

Como la Constitución Nacional de 1961, vigente para la época, no permitía la reelección inmediata del Presidente de la República, tuvo que esperar dos períodos para poder volver a aspirar. Durante esa década participó en muchos eventos a nivel mundial, y ejerció la vicepresidencia de la internacional socialista. A nivel nacional, recorría el país y dejaba verse derrochando simpatía en eventos de carácter público como corridas de toros, conciertos y juegos de béisbol, con el slogan “el gocho pa’l 88”. Llegado el momento, presentó de nuevo su candidatura presidencial, y en diciembre de 1988 alcanzó cómodamente de nuevo la Presidencia de la República de Venezuela. Como en la ópera salsa de Rubén Blades y Willie Colón “Maestra Vida”, donde la primera parte es energía, alegría y abundancia; y la segunda es el ocaso; veremos que su segundo gobierno no se pareció en nada al primero.

El 2 de febrero de 1989 asumió la presidencia de una Venezuela totalmente distinta a la que había entregado 10 años atrás; una pesada deuda externa heredada del gobierno de Luís Herrera Campins, y un enorme hueco fiscal producido por los dos gobiernos que lo precedieron, que exacerbaron el gasto público y aumentaron el tamaño del Estado a pesar de la constante caída de los precios del petróleo; lo obligaron a dictar un paquete de medidas económicas, que aunado al quiebre moral que habían asumido los ciudadanos con respecto al sistema democrático, ocasionado por los desórdenes que en su vida privada había tenido el ahora expresidente Jaime Lusinchi, generaron una serie de protestas sociales que desembocaron en el hecho histórico conocido como “El Caracazo”. La merma de su popularidad quedó plasmada en diciembre de ese año, cuando se celebraron las primeras elecciones de gobernadores y alcaldes, y su partido disminuyó considerablemente su votación. Aun así continuó su gobierno, tratando de darle un giro al sistema político y económico imperante; esto hizo que sus viejos enemigos se organizaran en un grupo de llamados “notables”; y que algunos líderes de las nuevas generaciones de las Fuerzas Armadas comenzaran a fraguar intentos de golpes de Estado. CAP siguió trabajando, en este segundo mandato otorgó las primeras concesiones para la explotación de la telefonía celular en el país; privatizó la CANTV, empresa que a partir de ahí mejoró sustancialmente el servicio; dejó concluida la primera etapa de la línea 3 del Metro de Caracas; terminó la autopista Naguanagua – San Diego – Guacara en el estado Carabobo, mejor conocida como la variante; culminó los túneles que conforman la carretera Mérida – El Vigía, entre otros. Sin embargo, aunque la economía daba muestras de recuperación, su popularidad no. Las conspiraciones continuaban; en el año 1992 hubo dos intentos de golpes de Estado, uno de ellos liderado por quien luego alcanzara la Presidencia de la República, Hugo Chávez Frías; y la apertura de un juicio por malversación de fondos, la denuncia fue colocada ante la Fiscalía General por el entonces periodista José Vicente Rangel Vale, que después ocupó diferentes cargos en el gobierno de Chávez y nunca vio un caso de corrupción. Ante los rumores de un supuesto plan para abandonar el país, un día respondió: “no soy cobarde, ni correlòn”. El 20 de mayo de 1993, se convirtió en el hasta ahora, único Presidente de Venezuela en haber sido destituido por una decisión judicial. En su discurso al momento de entregar la presidencia dijo: “quiera Dios que quienes generaron este conflicto absurdo, no tengan motivos para arrepentirse”.

Estuvo un tiempo en prisión, para luego volver a la arena electoral, en 1998 aspiró y ganó la senaduría por su natal estado Táchira, durante la campaña en una entrevista en el programa Primer Plano dijo la frase con la que se reivindicó ante la historia: “si gana Chávez, tendremos un gobierno de delincuentes que acabará con el país”. Ante la disolución del congreso y la promulgación de una nueva Constitución en 1999, se retiró de la vida pública y falleció en Miami, el 25 de diciembre de 2010.

Hoy, cuando Venezuela lleva casi 24 años gobernada por esta revolución destructiva; que despilfarró la más grande bonanza petrolera que hemos tenido; que rompió el hilo constitucional luego de la derrota electoral de 2015, hecho que generó una crisis política sin precedentes; y que provocó el desplazamiento de varios millones de venezolanos que deambulan por distintas partes del mundo, intentando salvaguardar sus vidas y buscando un futuro mejor para sus hijos; recordamos a Carlos Andrés Pérez, El Presidente.

*Abogado.