La propuesta de nueva Constitución chilena fue rechazada en las urnas. El
resultado fue contundente: 61.88% el Rechazo y 38.12% el Apruebo, con
una participación récord de casi 13 millones de electores, 4.5
millones más que en diciembre de 2021. La distancia entre las opciones fue
superior a todo lo que habían pronosticado las encuestas que daban por perdedor
el texto, pero no con un margen tan amplio. Chile quedó sorprendido en la noche
del domingo: tanto quienes perdieron, como quienes ganaron, por la amplitud de
la distancia.
Los primeros festejos comenzaron pasada una hora del cierre de las mesas. En cada uno de los Comandos del Rechazo tomaron la palabra sus dirigentes: el Comando de Chile Vamos compuesto por los partidos tradicionales de derecha, el Comando de la Centro-Izquierda por el Rechazo, o el Comando Amarillos por Chile. “Lo que ha votado Chile es seguir adelante, darse una nueva oportunidad, Chile necesita algo mejor que lo que propuso el texto de la Convención Constitucional (…) estamos plenamente comprometidos, sin ninguna duda, para dotar a Chile de una nueva Constitución”, afirmó, por ejemplo, el vocero del Comando de Centro-Izquierda.
Todos los dirigentes del Rechazo reafirmaron la
voluntad de ir hacia un nuevo texto. “Nuestro compromiso es con una buena y
nueva Constitución, el proceso constituyente no ha terminado”, afirmó, por
ejemplo, el vocero de Chile Vamos, donde se encuentra, por ejemplo, el
tradicional partido Unión Demócrata Independiente (UDI).
Se trata de un elemento central: la
campaña por el Rechazo abandonó desde temprano el discurso de defensa del texto
de 1980 o de su reforma. El 25 de octubre de 2020 la mayoría de la
sociedad votó contundentemente por una nueva Constitución, evidenciando la
derrota del legado principal de la dictadura. La derecha, en consecuencia, tomó
la propuesta de ir hacia una nueva Constitución. Los dirigentes de
Centro-Izquierda por el Rechazo, por su parte, construyeron un discurso que
buscó interpelar a quienes se movilizaron históricamente contra el
pinochetismo: “votamos No en el 88, Apruebo en el 2020, pero que esta vez
dijimos no podemos aprobar este texto, tenemos que arreglarlo”, expresó uno de
sus voceros.
Tal vez allí esté una de las primeras explicaciones
de la victoria del Rechazo: la capacidad de haber expandido la campaña
más allá de la derecha, no haber centrado el discurso en la defensa de
aquello impugnado en las calles de 2019 y las urnas de 2020 y 2021, para
así convencer a un electorado heterogéneo y amplio.
“La mayoría de la ciudadanía se ha manifestado,
y a pesar del vivo anhelo por tener una nueva Constitución, ha rechazado la
propuesta de la Convención Constitucional. Aceptamos con humildad este
resultado y su contenido, como país merecemos tener una nueva Constitución que
contenga el sentir mayoritario del pueblo de Chile”. Así inició el discurso del
Comando de Campaña desde un escenario con varios de los principales referentes
de los partidos de Gobierno.
Como suele suceder con las derrotas, comenzaron
a multiplicarse señalamientos cruzados sobre responsabilidades. Algunas
voces centraron el peso en las falencias de un Gobierno que cuenta con
alrededor de un 38% de aprobación, mientras que otras pusieron el centro de la
crítica en el mismo texto y la dinámica de la Convención. La propuesta de la
nueva Constitución ya había tenido una deslegitimación anterior, con la idea de
“aprobar para reformar”, es decir, aceptando que la misma tenía falencias en
varios aspectos que debían ser corregidos.
Podrían pensarse otros elementos de la derrota: la
dificultad, por ejemplo, de haber construido una estrategia eficaz de
comunicación de la nueva Constitución, no solamente durante las
semanas de campaña, sino a lo largo de sus sesiones durante un año. Son varios
quienes afirman que el órgano electo no logró transmitir hacia afuera el
proceso interno. Esa debilidad se enfrentó a la complejidad para
explicar un texto complejo de 388 artículos, enfrentado, a su vez, a lo que
fue denominado como una campaña de miedo y de avalancha de fake news por parte
del Rechazo.
Lo que sigue
“No se puede disociar al Gobierno de esta
derrota, no se lo puede disociar de la opción que defendió con mucha fuerza,
haciendo campaña por esa opción, este tiene que ser un llamado a la reflexión”,
afirmó el presidente de la UDI, Javier Macaya. La asociación entre
Gobierno y plebiscito fue uno de los tópicos permanentes y complejos
de la campaña, por lo que, la derrota del Apruebo busca ser asociado a una
derrota del Gobierno de Boric que lleva cinco meses en el cargo.
El presidente tomó la palabra poco antes de las
22 horas locales. “Esta decisión de los chilenos y chilenas exige a nuestras
instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, con más
diálogo, con más respeto y cariño hasta arribar a una propuesta que nos
interprete a todos, que dé confianza, que nos una como país. Allí el
maximalismo, la violencia y la intolerancia con quien piensa distinto deben
quedar definitivamente a un lado”, señaló.
El Gobierno planteó desde julio que, en caso de
ganar el Rechazo, la propuesta sería volver a convocar elecciones para formar
una nueva Convención que redacte un nuevo texto. Boric se comprometió en la
alocución a trabajar “en conjunto con el Congreso y la sociedad civil un nuevo
itinerario constituyente que nos entregue un texto que recogiendo los
aprendizajes del proceso logres interpretar a una amplia mayoría ciudadana”.
Para eso este lunes se reunirá con los presidentes de ambas cámaras y luego con
diferentes sectores sociales. Uno de los objetivos será construir los acuerdos
para el nuevo mecanismo y cronograma de elección de otra Convención,
pero ahora con el Gobierno y las calles marcados por una derrota, y la derecha
que buscará pasar a la ofensiva a partir de su primera gran victoria política
desde 2019.
Tomado de Página12 / Argentina.