Ya lo dijo Louise Bourgeois
(París, 1911 – Nueva York, 2010): Art is a guaranty os sanity (El
arte es una garantía de cordura). La artista y escultora francesa, conocida por
sus esculturas de arañas en el museo TATE de Londres o el Guggenheim de Bilbao,
que le valieron el apodo de ‘Mujer Araña’, consideró la creación
de arte como el proceso catártico que le sirvió para sanarse de una
vida turbulenta marcada por la temprana muerte de su madre. Infinitamente
creativa e inspirada por sus traumas personales, Bourgeois fue una mujer de
extremos, y abordó muchos de sus miedos y ansiedades durante una carrera que
abarcó casi ochenta años. «En un momento me sentí acosada por la ansiedad. Pero
me deshice del miedo estudiante el cielo, determinando cuándo saldría la luna y
dónde aparecería el sol por la mañana. El arte es una garantía de cordura, mi
forma de psicoanálisis», afirmó.
Hoy su lema se convierte también en el de varios de los principales hospitales de Bélgica, donde algunos psiquiatras han comenzado a recetar visitar las instituciones museísticas de la ciudad y empaparse de «mucho arte», a aquellos pacientes que sufren depresión, estrés o ansiedad. «La idea es considerar que el arte es parte del proceso de curación. Como dijo Le Clézio, Premio Nobel de Literatura, un día podríamos darnos cuenta de que no hay arte, sólo medicina. Creo que el arte es realmente bueno para nuestra salud física y mental», explica Delphine Houba, concejala de Cultura y Turismo de Bruselas, en declaraciones a los medios.
Así, durante los próximos tres meses,
cinco museos participarán en este proyecto piloto como el Museo de
Historia, el Museo de la Moda y el Encaje o el Museo
Real de Bellas Artes de Bélgica, que considera que «el arte no es una
medicina. Es mucho más complejo que esto». «No se trata simplemente de ir a un
museo a mirar unos cuadros y pensar que después te sentirás mejor. Pero creo
que el arte puede ser bueno para el bienestar personal, sobre todo si se crea
el contexto adecuado, lo que significa que el paciente debe sentirse bienvenido
en el museo», afirma Isabel Vermote, responsable del programa Art &
Care.
Pese a ser pionera en el contexto
europeo, la iniciativa toma como precedente una práctica lanzada en Quebec, en
Canadá, en la que, desde 2018, los médicos emiten recetas que permiten a los
pacientes visitar el Museo de Bellas Artes de Montreal de forma gratuita. «Una
visita al museo es como ejercitarte físicamente cuando no puedes hacerlo. Los
estudios han demostrado que las hormonas por el ejercicio son similares a las
que liberamos cuando vamos a un museo”, explicó a Radio-Canadá Hélène
Boyer, vicepresidenta del organismo que concentra a los médicos canadienses de
habla francesa. «Cuando miramos una obra de arte, fijamos nuestra atención en
dicha obra y olvidamos los sufrimientos y la ansiedad».
El arte como instrumento curativo
se ha utilizado en diferentes culturas, siendo a mediados del siglo XX cuando
se empezó a instaurar en Estados Unidos, Canadá, o América Latina, la terapia a
través del arte como profesión. En España se está empezando a instaurar y cada
vez está más presente tanto en instituciones públicas y privadas, como en
consultas. Sin ir más lejos, la Unidad Pedagógica del Hospital Clínico de
València, incorporó durante el primer trimestre de 2022, un taller de
arteterapia junto con el Instituto para la Investigación y el Desarrollo de los
procesos de Creación y Arteterapia (Idecart), que consiguió financiación de la
Conselleria de educación. «Entre los objetivos generales de este proyecto se
encuentran ayudar a hacer más familiar y acogedor el ámbito sanitario a los
menores ingresados potenciando un espacio de seguridad y confianza, promover
una actitud más proactiva partiendo de la creación como forma para mitigar o 2
disminuir el sufrimiento por la enfermedad, y sobre todo, fomentar el arte como
método de aprendizaje y descubrimiento del mundo», señala Andrea Stimoli,
arteterapeuta.
Por su parte, desde la Clínica Dra. Teresa Aparicio de
Madrid apuntan a El Independiente, que para las personas que
padecen de ansiedad y estrés, «tras una evaluación psiquiátrica» pueden ser
efectiva la cultura y el arte como «mecanismo distractor». «No es nada
descabellado. Disfrutar de un cuadro permite al paciente centrar el foco del
malestar en el disfrute siempre y cuando lo que se está tratando no es una
ansiedad invalidante, que es aquella que no te permite salir de casa y te hace
evitar todo tipo de situaciones».
Algo que comparte la Organización
Mundial de la Salud que, tras las cuarentenas obligadas por la pandemia de
coronavirus, realizó un estudio que examinaba los beneficios para la
salud (mediante la participación activa o pasiva) en cinco amplias categorías
de artes: artes escénicas (música, danza, canto, teatro,
cine); artes visuales (artesanía, diseño, pintura,
fotografía); literatura (escritura, lectura, asistencia a
festivales literarios); cultura (visitas a museos, galerías,
conciertos, teatro); y artes en línea (animaciones, artes
digitales, etc.). El estudio concluyó que las artes pueden desempeñar un «papel
importante» en la promoción de la salud y el tratamiento de enfermedades.
«Los ejemplos citados en este
innovador informe de la OMS muestran las maneras en que las artes pueden
abordar problemas de salud insidiosos o complejos como la diabetes, la obesidad
y la mala salud mental. Consideran la salud y el bienestar en un contexto
social y comunitario más amplio, y ofrecen soluciones que hasta ahora la
práctica médica común no ha podido abordar con eficacia».
Imagen: EFE – Nota tomada de El Independiente / España.