Desde hace casi 40 años, Ismael
Mundaray ha desarrollado un trabajo único sobre las culturas y paisajes de su
Venezuela natal. Del 22 de septiembre al 05 noviembre 2022, la exposición
Mémoires d’un fleuve (Memorias de un rio) presentará parte de su proyecto
Amazonia, iniciado por el artista en 2018. En esta ocasión, un catálogo será
publicado presentando esta nueva temática con un escrito realizado por Bélgica
Rodríguez, in- vestigadora y crítico de artes visuales, especialista en arte
latinoamericano y antigua Presidenta de la Asociación Internacional de Críticos
de Arte (AICA).
El artista, Ismael Mundaray, nacido en 1952 en Caripito, Venezuela, se formó en la Escuela de Artes visuales Cristóbal Rojas en Caracas y trabajó como profesor durante los años 1980-90 en la Escuela Regional de Artes Plásticas en Martinica.
Durante los años 1980, Ismael
Mundaray comienza a estudiar y a emplear técnicas gráficas, de allí, se orienta
hacia la pintura, medio al centro de su obra. Mundaray, constantemente
preocupado por la actualidad venezolana, aborda temas variados respecto a su
país, desde el cacao, pasando por el sincretismo religioso y la leyenda de los
pueblos, hasta las cosmogonías y la vida doméstica de diferentes comunidades
indígenas venezolanas. Su obra está anclada en lenguajes pictóricos
contemporáneos, en el seno de la cual defiende una posición creativa fuera de
los cánones tradicionales efectuando un trabajo que lo coloca entre los
artistas importantes en Venezuela.
Con motivo de la primera
presentación del proyecto Amazonia, Bélgica Rodríguez describe y descifra esta
nueva orientación del artista: Ismael Mundaray, un diálogo interior con la
Amazonia; Memorias de caminos imaginarios: «Cada serie de pintura de Ismael
Mundaray es un proyecto. Como él mismo confiesa nada es casual, todo tiene un
origen, de allí la consecuente trayectoria vital que comienza desde el niño
sensible que se conmueve ante la majestuosidad de un paisaje natural, observado
más con el espíritu que como una manifestación cotidiana de la naturaleza. El
Paisaje es el tema de esta nueva serie de la pintura de Mundaray. Al observar
estas pinturas es casi imposible no relacionarlas con una narrativa poética
visual que remite a “alfabetos sumergidos”, a aguas que muestran destellos
iridiscentes, a revelaciones de territorios habitados por duendes invisibles
pero que se muestran a través de nebulosos temblores de color-luz.»
Este color-luz, evocado por Bélgica
Rodríguez, es particularmente importante en el trabajo de paisaje de Ismael
Mundaray, acercándose a los grandes maestros del arte abstracto y del arte
cinético como ella nos lo indica: «La estructura compositiva de estas pinturas
es característica del paisaje naturalista. Las franjas paralelas horizontales,
en este caso no bien demarcadas, insinúan la corriente subliminal entre la
línea de horizonte y las sutiles atmósferas cromáticas que parecen evaporarse
ante los ojos del espectador. Un aspecto importante es la incidencia de la luz
sobre la superficie de la pintura que afecta el comportamiento visual del
color. La visión del paisaje que presenta Mundaray es nueva y fresca, se acerca
mucho a los logros ópticos de las cromosaturaciones de Carlos Cruz Diez. Ellos
son paisajes anti-realistas y anti-dramá- ticos, tienen más que ver con el
carácter espacial en la mezcla de colores de diferentes matices y dimensiones
que generan atmósferas coloreadas fuera del soporte.»
En la galería, en 2001, Ismael
Mundaray realizó la exposición intitulada Traversée (Travesía) agrupando obras
que abordaban el universo de las culturas indígenas ve- nezolanas y de su
ambiente. Esta exposición inauguró su gran proyecto Del Orinoco al Sena. Así,
la presentación de la exposición Memorias de un rio es la continuación de este
gran proyecto.
En esta nueva exposición, el
espectador tendrá la oportunidad de descubrir varias series del proyecto
Amazonia. A través de sus títulos, describen las transformaciones del rio al
igual que los recuerdos del artista: Río Crecido, Árbol de vida, Marea Baja, En
el Río, Tierra Madre, Tierra Madre Tepuy.
Si a primera vista esta exposición
puede parecer muy personal, con recuerdos propios del artista, el aspecto «
Sublime » de los paisajes y las atmósferas misteriosas plasmadas en las obras
conducen al espectador a una especie de introspección. Estos paisajes, propios
de una región, se convierten finalmente en imágenes universales. Gracias a este
color-luz, a su impregnación persistente, cada espectador puede apropiarse
estos paisajes y rememorar así los recuerdos personales de su propia tierra
natal.
ESPACE MEYER ZAFRA 4 rue Malher,
Paris 4
Abierto de Martes a Sábado de 11h a
19h