Por RAFAEL
BLANCO *
Al comentar la propuesta de Eduardo Fernández en nombre
de Unión Progreso sobre la reinstitucionalización democrática del país,
es inevitable referirnos a la Institución Municipal, base de la estructura
social del estado venezolano desde la época colonial y parte integral de
nuestra Constitución Nacional, hoy amenazada por un conjunto de regulaciones
como la Ley Constitucional CLAP que propenden a la estructuración de formas de
control social, que no pueden lograrse desde los municipios.
El Rector Enrique Márquez convocó la renovación de los Consejos Comunales promovidos por el fallecido Presidente Chávez, y entonces el Vicepresidente del PSUV ordenó raudo y veloz desde los medios de comunicación social, la elección de los Jefes de Calle, advirtiendo que sólo calificaban para dichos cargos los militantes del PSUV, tal afirmación genero tal ruido que se vio obligado a aclarar posteriormente que se refería era a la elección de los jefes de calle de su partido y no a los funcionarios señalados en la Ley Constitucional CLAP. Por todo ese barullo intuimos que el interés del gobierno y su partido era hacer prevalecer la confusión como manera subliminal de mantener el control vecinal de cara a los nuevos Consejos Comunales y de paso, dar oportunidad vía confusión para colocar en algún momento futuro personeros electos para el PSUV, como los auténticos Jefes de Calle señalados en la Ley CLAP.
En fin, aguas abajo el gobierno hace de las suyas con la
vista puesta en las presidenciales del 2.024, mientras la oposición se
entretiene en su nuevo Mantra de las Primarias, dejando solos y abandonados
frente al gobierno y sus líderes a nuestros valientes dirigentes
vecinales.
Si pensáramos cuantos municipios se han constituido en los
últimos 22 años, imagino que ninguno y lógico que así sea porque en sus
discursos Chávez promovía era a los Consejos Comunales como la base esencial
para luego formar Comunas Socialistas, que en la práctica no ocurrió así porque
ante la jerarquía otorgada por Ley a esos Consejos Comunales, el liderazgo
vecinal migró a tales entes abandonando las Asociaciones de Vecinos,
desplazándose y copando de hecho a tales entidades, obligando a Maduro y
al PSUV , a la creación de la Ley CLAP, cuyo objetivo político inmediato es un
sistema de dominación poblacional en base a sus necesidades más elementales y
el desplazamiento de los Consejos Comunales como entes de representación
básica.
Esa entre muchas otras razones nos obligan desde Unión
Progreso a relievar y respaldar el rol que concierne al Municipio como la única
institución autónoma, electiva sin maniobras, generadora no solamente de
inversiones empresariales de gran calado para su área, sino además facilitadora
de emprendimientos para el crecimiento individual de sus vecinos.
Hoy cuando los salarios, los bonos, la pírrica bolsa de
comida, las precarias condiciones asistenciales de salud pública, las quebradas
desbordadas, la falta de agua, de gas, los constantes apagones, las calles
rotas dentro de las barriadas y los diversos problemas de seguridad, nos
asfixian, entendemos que no es con un Jefe de Calle, con un Miliciano o con una
UBCH, como vamos a salir del hoyo profundo donde estamos hundidos. Necesaria es
la organización vecinal y su mejor expresión es la organización municipal para
mejorar las condiciones generales de vida.
Todo lo narrado nos obliga también a respaldar a los
habitantes de la Parroquia Miguel Peña del municipio Valencia, del estado
Carabobo en su empeño para que se les reconozca su derecho a ser municipio y
ser ellos mismos los garantes de su autosustentabilidad y desarrollo
local.
*Tw: @rnegroblanco
Ig: @rafaelnegroblanco