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02 julio, 2022

*DE DÓNDE VIENE LA FRASE RODILLA EN TIERRA

Por Orlando Hill Gallardo*

La Historia

En la Batalla de Carabobo, el día 24 de junio  de 1821, cuando el Batallón Bravos de Apure trata de entrar a la sabana en la vanguardia, el General realista Miguel De La Torre los bloquea con los Batallones  Burgos, Infante y Hostalrich. 2.400 militares profesionales, ordenados en cuadros que sabían disparar sincronizadamente, hicieron retroceder 2 veces a los llaneros causando muchos muertos.

Pero Bolívar tenía un plan

Detrás de los Bravos de Apure había colocado a la Legión Británica, a quien les ordenó entrar en batalla.

Ellos penetraron al campo en perfecto orden con los fusiles al hombro, sonido de clarines y tambores y su abanderado, el teniente Charles Ashdown de 24 años, con el tricolor de 8 estrellas en la mano.

Los llaneros miraron aquello con sorpresa, pues nunca habían visto a los ingleses pelear y eso de ir a la guerra como en un desfile les impresionó. Uno que otro inglés caía muerto, pero la marcha seguía incólume.

Solo cuando llegaron a 80 yardas del enemigo, el comandante patriota de la Legión, Ildeston Ferriar ordenó: KNEEL DOWN! (RODILLA EN TIERRA!). Ahí Ashdown clavó el asta del tricolor en el suelo y el corneta de 19 años, John Hill, comenzó a tocar el *rodilla en tierra* para que lo escucharan los 800 ingleses. Estos organizados rápidamente pusieron rodilla en tierra en  la primera fila, de pie la segunda fila y la tercera fila se movió dos pasos a la derecha, todos apuntaron las armas, e Ildeston Ferriar ordenó *FIRE..!*  Los fusiles Baker de la primera fila abrieron fuego, a los 5 segundos los de la segunda y luego los de la tercera, para comenzar nuevamente con la primera, enviando andanada tras andanada contra los  españoles convirtiéndose, como dice el historiador Tosta, en una *máquina de vomitar fuego* que hizo una pared de defensa que impedía a los tres Batallones realistas avanzar.

En esa tormenta de fuego que duró 15 minutos, murieron 156 soldados ingleses y 17 oficiales, incluyendo al mismo Ferriar.

Pero el corneta Hill, un niño, siguió tocando el rodilla en tierra a pesar de recibir dos tiros, hasta que los españoles retrocedieron. 

Los llaneros estaban maravillados, entonces Bolívar, de acuerdo a su plan magistral, ordenó a los Bravos de Apure la carga cuerpo a cuerpo contra los realistas. Un tipo de orden que El Libertador solo dio a los venezolanos, lanzarse sobre un ejército erizado de fusiles poniéndoles el pecho hasta llegar a sus filas.

Así pasó en Boyacá y en Pantano de Vargas. Los ingleses miraron ahora a los criollos pasar corriendo, para arrojarse a la metralla enemiga con sus lanzas en la mano. Muchos llaneros cayeron, pero una vez encima de los españoles, salieron a relucir los machetes, entonces fueron los ingleses, narra el británico Minchin, que estaba ahí, *los sorprendidos y admirados*, al ver la capacidad de los llaneros liderados por el centauro de América, José Antonio Páez, para batirse bravamente con varios hombres a la vez y darles muerte.

Historiadores ingleses como Sinclair dicen  que “los venezolanos mataron a 3.000 hombres en 20 minutos". Los oficiales del batallón elite realista: el Barbastro, veterano de la guerra con Napoleón, ordenaron a sus hombres tirar las armas y postrarse en señal de rendición.

Entonces Bolívar le ordenó a Páez parar la matanza. Eran las 12:30 del día 24 de junio de 1821 y una ligera lluvia caía sobre el campo donde nacimos como país.

Fue una hazaña tan grande que unos muchachos sudamericanos de 23 años promedio (Páez tenía 29) derrotaran a la fuerza imperial, que el New York Gazette publicó en primera plana 10 días después "Aniquilado el Ejército Expedicionario de Tierra Firme por los Venezolanos" y 16 días después el Journal de Paris publicó, para escándalo de toda Europa: "Destruido el Ejército Español en América por los Venezolanos" 

Wilson, O'Leary, MacGregor, John Hill, Charles Ashdown, son tan venezolanos y más que muchos de los nacidos aquí.

Aquí llegaron a pelear al lado de Bolívar, a quien amaban y muchos de ellos se quedaron en Venezuela para siempre. Hace  ya 200 años que somos libres.

A lo que se le rinde tributo en el campo de esa tierra sagrada, con la guardia permanente, no es a los próceres, sino al Soldado Desconocido, ese venezolano, que nadie supo su nombre*, nacido aquí o no, pero ese día entregó su vida por la libertad."  

*Descendiente directo del Suboficial John Hill.