Entre Todos D.
“Las palmas de Palmira no se inclinan” fue la última frase
que dijo el famoso arqueólogo sirio Khaled Al-Assaad antes de que los
terroristas del Estado Islámico lo decapitaran el 28 del mes de agosto en 2015
cuando esta organización radical invadió la ciudad de Palmira en Siria.
Como consecuencia de ese acto bárbaro, Italia declaró duelo
oficial en todo el país el mismo día en
que fue asesinado al-Assaad, e incluso el museo de la ciudad italiana de Arona
tomó el nombre de “Museo del Arqueólogo Khaled Al-Assaad”, en honor a esta gran
figura que dio su vida para proteger a Palmira.
Asimismo, activistas pintaron su imagen junto a las columnas de Palmira en varias calles de Milán.
Igualmente, veteranos rusos obsequiaron a Siria un busto de
bronce del arqueólogo mártir Khaled al-Assaad.
Khaled al-Assaad trabajó durante cuatro décadas en proyectos
arqueológicos internacionales y realizó varias excavaciones. Luchó
incansablemente para conseguir el reconocimiento del valor histórico de
Palmira, también a nivel administrativo y financiero. En pocos años, y gracias
a su contribución, Palmira pasó a
ser el epicentro del panorama cultural sirio, mientras el mundo
tomaba conciencia de aquella joya oculta entre las arenas del desierto. En 1980
Palmira pasó a formar parte del Patrimonio mundial de la Unesco, y se
transformó en un lugar importante del turismo en Oriente Próximo. Hasta el año
2015.
Con información de SANA / Siria.