Entre Todos D.
El ambiente era combativo, había unas 150 personas, una buena
asistencia para los malos tiempos que pasan los partidos; se encontraban
presentes figuras adecas muy conocidas y hubo también notables ausencias. Allí
estaba el ingeniero Celio Celli, de nuevo al mando del viejo partido de Rómulo Betancourt;
hace unas pocas semanas nadie lo hubiera creído. “Le bastó 2 meses para
derrotar a los que por más de 20 años
condujeron a nuestra organización”, se le oyó decir a un curtido líder adeco
del interior del estado.
Al evento concurrieron figuras de otras toldas políticas: Melvis
Humbría, en representación del MAS, Santiago Rodríguez, ex candidato a la
Alcaldía de Valencia por Unión y Progreso; Iván López Caudeiron, Ely S. Montañés,
Kenny Rumbos de Avanzada Progresista, Gabriel Escandón de Futuro, el grupo de
Henry Falcón, María Teresa Zambrano de Cambiemos, Armando Amengual y Luis
Eduardo Gallo. También estuvo el exdiputado Gustavo Hernández Salazar de Alternativa
1 / Centrados. “A este nunca lo habíamos visto por aquí”, dijo un viejo adeco
de Bejuma al verlo llegar.
A Celio Celli lo acompañaba en su juramentación, y la del
nuevo CES , el Secretario General Nacional de AD, Bernabé Gutiérrez, en plan de
candidato presidencial, y otros integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del
partido blanco, entre ellos, una muy joven secretaria juvenil.
Celli, en un emotivo discurso, contó cómo se hizo adeco. “Los mejores años de mi vida se los dediqué a AD y ahora le dedicaré también los últimos”, afirmó en medio de los aplausos fervorosos de sus partidarios.
Los presentes alabaron el discurso del “nuevo” secretario
regional de AD. Cómo "didáctico y motivador”, lo catalogó uno de los asistentes.
Luego, y para concluir al el acto, habló Bernabé Gutiérrez,
quien afirmó que preparan una maquinaria “de carne y hueso,
porque en el 2024 volveremos a Miraflores”.
Gutiérrez, con un estilo que claramente imita a Carlos Andrés
Pérez, reconoció los errores de A.D, reivindicó la ruta electoral para salir de Maduro y abogó por ampliar la llamada Alianza Democrática, bloque que conforma la parte de AD que él dirige
con otras fuerzas políticas.
Aunque ninguno de los oradores lo nombró, Oscar Celli, el
último gran caudillo adeco de Carabobo, fallecido hace algunos años, de alguna
forma estaba allí, es su gente la que retorna por la puerta grande.
La victoria de Celio Celli es la demostración de que en política
no hay muertos y que la constancia y la calidad siempre se imponen.
¿Que estará pensando en este momento el viejo Salas Römer,
allá en su largo y cómodo exilio norteamericano, de todo esto?