Por M.I.N
Madrid (ECS) - Del 1 al 8 del próximo mes de julio, el Parlamento Andino
hará una sesión plenaria en Marruecos, que incluye una visita improcedente e
ilegal a la parte del Sáhara Occidental que este país ocupa por la fuerza
militar.
La República árabe Saharaui Democrática, (RASD) es un país miembro de pleno derecho de la Unión Africana y reconocido por el Reino de Marruecos, cuando este se integró el año 2017 en el organismo africano. Reconocimiento que se concretó al firmar y aceptar la carta constitucional de la Unión Africana, (UA) cuyo primer punto hace alusión al respeto escrupuloso de las fronteras heredadas de la época colonial y en la composición de sus miembros figura la RASD como miembro fundador, en las normas y leyes internacionales si un estado se adhiere a un tratado significa que acepta, acata y cumple dicho tratado, en consecuencia, Marruecos al estampar su firma en la carta de constitución de la Unión Africana, reconoce implícita y automáticamente a la RASD.
Hoy el mundo intenta imponer la legalidad internacional y el
respeto a las leyes y normas internacionales, para garantizar la protección y
el respeto de las fronteras reconocidas por los estamentos internacionales. Es
también prioritario para la comunidad internacional, en estos complicados momentos
que vive la humanidad, la no agresión entre los países y el acatamiento del
orden internacional vigente. Por ello, organismos democráticos como el
Parlamento Andino deben velar por el cumplimiento del derecho internacional y
los marcos de convivencia entre los pueblos y no contribuir a crear focos de
tensión y perpetuar las violaciones y las injusticias.
La resolución A/RES/34/37 de la Asamblea General de la ONU,
El tribunal Internacional de la Haya y el Tribunal Superior de Justicia de la
Unión Europea, dejaron claro que Marruecos es una fuerza ocupante, que no
ostenta ningún título de soberanía sobre el territorio del Sahara Occidental y
que Marruecos y el Sahara Occidental son dos territorios distintos y separados
sobre los que pesa diferente jurisprudencia.
Si nos atenemos a todas estas resoluciones y sentencias de
los organismos internacionales competentes en materia de derecho y legalidad internacional
la visita que tiene programada el parlamento andino al territorio Ocupado del
Sáhara Occidental, viola todas las leyes y normas internacionales. Además este
viaje del Parlamento Andino a Marruecos no responde a ningún criterio objetivo
que justifique su motivación. Un ente democrático que emana de la voluntad de
los pueblos andinos estrechando vínculos con una autocracia feudal como la
marroquí, que representa justo lo contrario del espíritu y los objetivos del
parlamento andino. Marruecos no tiene prácticamente ningún tipo de relaciones
comerciales con los países andinos, a pesar de la propaganda y la venta de humo
llevada a cabo por el Majzen marroquí durante los últimos de 30 años, aún no se
ha concretado ningún tipo de intercambio comercial fructífero y estable, han
sido más de 30 años de tratados y convenios ficticios. El único fin de esta visita
es la propaganda y el intento del régimen feudal marroquí de legalizar su
ocupación militar.
Las tácticas del Majzén marroquí tendentes a confundir,
mezclar y enredar todo lo que hace constituyen el pilar de su actuación,
esta invitación al Parlamento Andino no es una excepción, es parte de esa
estrategia de huida hacia delante y la política de los hechos consumados.
Si además tenemos en cuenta que la parte del Sahara
Occidental Ocupada es de los pocos lugares del mundo vetados a las visitas de
observadores, periodistas, activistas de los derechos humanos y políticos
independientes, menos justificación le encontramos a esta visita del Parlamento
Andino. Para entender la situación habría que remontarse al año anterior a la
pandemia, en el que fueron expulsados del Sáhara Occidental, por el régimen
feudal marroquí y devueltos en el mismo avión en el que llegaron 143 observadores
independientes.
Con esta vista el parlamento Andino no puede ser cómplice y
encubridor de las sistemáticas y graves violaciones de los derechos humanos que
se cometen todos los días en el Sáhara Occidental, por parte de las autoridades
de ocupación marroquí. Tampoco puede contribuir a apuntalar una ocupación de un
territorio por la fuerza militar. Lo único que conseguirá el muy honorable
Parlamento Andino con esta visita, es mancillar y manchar su nombre asociándolo
con una autocracia que no respeta los más elementales y básicos derechos de las
personas.
Los informes de las más prestigiosas organizaciones de
defensa de los derechos humanos (Amnistía internacional, human Right watch,
Fundación Kenedy etc) atestiguan las sistemáticas y graves violaciones de los
derechos humanos, no solo en el Sáhara Occidental ocupado sino también en el
propio Marruecos y deben servir para persuadir al Parlamento Andino de
acompañar al agresor en vez del agredido.
El parlamento andino, difunde como ideario en sus documentos
oficiales, los siguientes objetivos: Sustentar en la subregión andina el pleno
imperio de la paz, la libertad, la justicia social, la democracia y el derecho
a la libre autodeterminación de los pueblos. Velar por el respeto de los
derechos humanos y la calidad de vida de la población andina, en el marco de
los objetivos e instrumentos de la integración subregional y de la comunidad
internacional en esta materia.
No obstante, en la práctica con acciones como esta visita a
una dictadura y a un territorio ocupado ilegalmente por esa dictadura, el
parlamento Andino hace justo lo contrario de lo que predica. ¿Dónde quedan la
libertad, la justicia social, la democracia y el derecho a la libre
determinación de los pueblos? Y ¿Dónde quedan los derechos humanos y la calidad
de vida de los pueblos?
El pueblo saharaui considera la visita del Parlamento Andino
al Sahara Occidental ocupado como una agresión y un atropello a sus legítimos e
inalienables derechos reconocidos por todos los estamentos internacionales. Así
como, una violación de los principios, sentencias y resoluciones de los
organismos internacionales. El regalo de un viaje no debe llevar a los
parlamentarios andinos a ser partícipes y manchar el buen nombre de la
institución que representan, implicándola en actos que transgreden la legalidad,
la ética y la moral que debe presidir la convivencia, la armonía y la buena
vecindad entre los pueblos.
Fuente: El Confidencial
Saharaui / España / RASD.