De acuerdo con una encuesta de la consultora De las Heras, el
30% de los mexicanos considera a Pancho Villa como el máximo héroe
revolucionario. ¿Sabías que este personaje era abstemio? Te contamos más sobre
los protagonistas de este pasaje de la historia de México.
Para los mexicanos nos resultan familiares los nombres
de Pancho Villa, Francisco I. Madero y Emiliano Zapata, los
revolucionarios que bajo consignas como 'Tierra y libertad' y 'Sufragio
efectivo, no reelección' se levantaron en armas contra Porfirio Díaz, quien para 1910, cuando inició la
revolución, llevaba más de 30 años en el poder.
De la historia oficial sabemos que mientras Madero luchaba
por la democracia, Zapata buscaba ganar derechos agrarios para los campesinos,
pero, ¿qué hay detrás de estos célebres personajes?
Francisco I. Madero, el burgués espiritista
Francisco Ignacio Madero González nació en 1873 en Parras,
Coahuila, en el seno de una familia acaudalada y de agricultores.
Fue su estatus social lo que le dio la oportunidad de
realizar sus estudios en Estados Unidos y Francia, siendo este último país en
donde comenzó su interés por el espiritismo, creencia de que los espíritus de
personas fallecidas pueden comunicarse con los vivos a través de médiums. De acuerdo
con datos del Instituto Nacional de Antropología e
Historia, el coahuilense comenzó a interesarse por estas prácticas debido a una
tragedia familiar, la muerte de su hermano Raúl.
Pero Madero no solo fue médium, también realizó varios
escritos sobre esta práctica la cual adoptó como doctrina y fue a partir
del espiritismo que llegó a la conclusión de que él era el
indicado para sacar a México de la debacle política y económica en el que
estaba.
Madero practicó la homeopatía, una práctica cuya base
filosófica es que un cuerpo enfermo tiene la capacidad de curarse por sí solo
mediante remedios naturales. Antes de ser un símbolo revolucionario, Francisco
I. Madero fue también una especie de curandero y atendió a las clases más
desfavorecidas.
Emiliano Zapata, el 'fan' de la comida francesa
Si bien la imagen y figura de Zapata ha representado por
décadas la lucha por la tierra, la justicia, la libertad y la dignidad de los
campesinos, así como a las clases oprimidas, lo cierto es que el llamado caudillo
del sur, no era pobre.
Este personaje era propietario de varias parcelas en donde
sembraba varios alimentos. La comida favorita de Zapata era la francesa y su bebida predilecta el
coñac.
Según datos de la UNAM recopilados por el historiador
Alejandro Rosas, Zapata fumaba puros, pero no de origen mexicano, pues mandaba
a traer habanos desde Cuba.
Era un férreo creyente del Padre Jesús, una figura mística
que se venera en Tlaltizapán, Morelos.
Pancho Villa, el amante de las malteadas de fresa
Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, a quien la
historia nos ha retratado como un hombre macho y fiestero, amaba comer cuatro
cosas: carne asada, carne seca, dulces y beber malteadas de fresa. Por cierto,
era abstemio.
Conocido como el centauro del norte, a Villa no
le encantaba la idea de andar a caballo, pero sí le gustaban las motos.
Fue este caudillo quien derrotó a Victoriano Huerta y a su
pistola más preciada la llamó "la chirinolera", de acuerdo con datos
del INAH.
Fuente: Sputnik / Rusia