Por Michael Penfold
Los resultados del 21N arrojan varios datos que pondrán a
muchos a reflexionar sobre la crisis de representatividad tan severa que afecta
a toda la élite política del país. Las noticias no son auspiciosas para la
oposición pero son también muy malas para el chavismo.
En el agregado los resultados en números de votos -no de puestos- no fue la más baja que haya obtenido la oposición desde que Maduro llegó al poder pero tampoco es la más alta a su favor. Sin embargo, desde el punto de vista histórico si es la más baja obtenida por el chavismo.
Es innegable que el abstencionismo fue alto: pero afectó más
al chavismo que a la oposición. La dispersión del voto y la fragmentación
partidista fue el factor determinante que facilitó que el chavismo triunfara.
Con acuerdos, la oposición hubiese ganado en más de 14 estados.
Aún con una alta abstención el voto anti-chavista ganó el
voto nacional. Eso ocurrió a pesar que no votaron los venezolanos en el
exterior. Si hubiesen podido votar, la participación hubiese sido mucho más
alta comparada a los últimos comicios regionales y la diferencia aún mayor.
La oposición ganó más de 100 alcaldías. De las cuales 59 son
de la MUD: más que las que obtuvo en 2017 y en 2013. Sin embargo, solo se
obtuvo tres ciudades capitales. La oposición no tuvo liderazgos que lo
movilizara en esos grandes centros urbanos. Ganó más en zonas intermedias.
El chavismo en cambio perdió espacios en las zonas rurales y
ciudades intermedias. Eso se explica por la mayor severidad de la crisis
humanitaria, el colapso de servicios y la pandemia en esas zonas: chavistas
descontentos, que se fueron del PSUV, se convirtieron en opositores.
Por qué razón la oposición logró coordinar mejor a sus
candidatos en las zonas rurales y en las ciudades intermedias que en los
estados y las ciudades capitales? Todo apunta a que en las primeras se
escogieron líderes con arraigo y las otras se fue por el reparto partidista.
Quienes dicen que todo fue pérdida para la oposición mejor es
que argumenten mejor sus respuestas -todo indica que de haberse coordinado y
dejado a los mejores candidatos correr, el triunfo hubiese sido rotundo. Se
favoreció el sectarismo y el reparto.
Quienes dicen que el régimen de Maduro ganó cómodamente
ocultan algo indudable: esta es su peor elección, solo que fue exitoso
fragmentando el mundo opositor. El chavismo con esa votación, en una elección
presidencial (podemos discutir si libre o no) perdería y por mucho.