Durante la Primera Guerra Mundial,
1,5 millones de armenios fueron asesinados en el entonces Imperio Otomano. El
presidente de EE.UU., Joe Biden, tendría previsto reconocer el genocidio
armenio pese a quejas de Turquía.
Como parte de la llamada
"solución al problema armenio", las tropas otomanas condujeron a
cientos de miles de armenios en interminables marchas del hambre hacia el
desierto sirio en 1915 y 1916, y miles de armenios de todas partes del país
fueron acorralados y ejecutados.
Mientras que muchos historiadores
califican hoy
en día las marchas de la muerte y las masacres como "genocidio",
el Gobierno turco solo ha admitido hasta ahora que hubo expulsiones masivas y
enfrentamientos violentos.
Consecuencias de la desintegración del imperio
A finales del siglo XIX, la zona de
asentamiento tradicional de los armenios se dividió entre los imperios otomano,
persa y ruso. Con unos dos millones de personas, los armenios constituían la
segunda minoría más importante del Imperio Otomano, después de los griegos. La
incipiente desintegración del Imperio Otomano multiétnico y el creciente
nacionalismo de los distintos grupos de población llegaron a su punto álgido en
el periodo previo a la Primera Guerra Mundial.
Las protestas de los campesinos y
comerciantes armenios contra la elevada carga impositiva dieron pronto lugar a
los primeros levantamientos, que fueron brutalmente reprimidos por las tropas
otomanas. Entre 1890 y el estallido de la Primera Guerra Mundial, se produjeron
repetidas masacres de armenios, perpetradas por turcos y kurdos. Durante el
mismo periodo, se produjeron numerosos atentados de terroristas armenios,
incluso contra el sultán en el poder.
Durante la guerra, el Imperio
Otomano luchó contra Rusia; muchos armenios, en cambio, participaron en grupos
de combatientes que querían ayudar a las tropas del zar ruso a invadir. Los
batallones de voluntarios armenios que lucharon en el lado ruso esperaban
conseguir el eventual apoyo del zar a los esfuerzos independentistas armenios.
Los dirigentes otomanos culparon a los armenios de la derrota militar en el
conflicto con Rusia. A principios de 1915, los soldados armenios del ejército
otomano fueron desarmados; tropas enteras fueron destacadas para construir
carreteras y posteriormente fusiladas.
¿Éxodo planificado?
En un clima de racismo antiarmenio
cada vez más violento, miles de intelectuales fueron detenidos y deportados en
redadas contra la élite armenia de Estambul el 24 de abril de 1915; el objetivo
declarado del ministro del Interior de la época era expulsar a todos los
armenios de la capital. Luego, en mayo, el ejército otomano comenzó a expulsar
en masa a los armenios del este del país, alegando que podrían apoyar a los
invasores rusos.
Tras la caída del Imperio Otomano
en 1919, el gran visir Ferid Bajá habló oficialmente de "crimen"
contra los armenios, y el entonces ministro de Asuntos Exteriores Cemal Bajá
cifró en 800.000 el número de víctimas de las deportaciones. El fundador de la
República Turca, Kemal Ataturk, calificó el genocidio armenio como "atrocidad
del pasado" el 24 de abril de 1920. Los gobiernos turcos posteriores se
negaron y siguen negándose a hablar de genocidio.
La disculpa desde Berlín
La Convención de la ONU sobre el
Castigo del Genocidio, que entró en vigor en enero de 1951, define el genocidio
como "los actos cometidos con la intención de destruir, total o
parcialmente, a un grupo nacional, étnico o religioso". La mayoría de
historiadores considera que esta intención está documentada por fuentes
históricas. En la actualidad, varios Estados han reconocido oficialmente el
genocidio armenio, entre ellos la República Federal de Alemania.
En una declaración de junio de
2005, el Parlamento alemán pidió explícitamente disculpas al pueblo armenio por
la actitud del Reich alemán, que en aquel momento no había hecho nada para
evitar la aniquilación de la minoría armenia. En 2016, el Bundestag alemán
aprobó una resolución sobre "el recuerdo y la conmemoración del genocidio
de armenios y otras minorías cristianas en 1915 y 1916", pero la canciller
Merkel, así como el entonces ministro de Asuntos Exteriores y ahora presidente
federal Frank-Walter Steinmeier, se mantuvieron al margen del debate y la
votación.
(ct/jov) / Tomado de D.W – Alemania.