Por Luis Fuenmayor Toro* / OPINIÓN
Votaré por el MAS y llamo a votar por su
tarjeta. Valoro positivamente al MAS, por su actuación transparente, su
consecuencia política y su gran desprendimiento
He tratado de seleccionar por quiénes votar de acuerdo al
momento que vivimos, a las opciones reales y coincidencias políticas.
No milito en partidos. He tratado de seleccionar por quiénes votar a la Asamblea Nacional (AN) lo más objetiva y racionalmente posible, de acuerdo al momento que vivimos, a las opciones reales de los participantes y a las coincidencias políticas a lo largo del tiempo con los seleccionados, intentando deslastrarme de simpatías y antipatías personales y políticas, siempre presentes y no fáciles de dejar de lado.
Mi selección, como toda escogencia,
está influida por la experiencia inmediata y mediata en la materia, la cual ha
sido muy abundante y aleccionadora desde hace muchos años. En 2009, en las
elecciones para la AN, participamos como Movimiento “De Frente con Venezuela”,
en alianza con Patria Para Todos, y enfrentamos la polarización política ya
existente entre el PSUV y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Luego del triunfo del gobierno,
magnificado por el sistema electoral mayoritario creado inconstitucionalmente
por la LOPRE, la alianza no persistió pese a haber obtenido una buena votación.
Con el MAS, Opina, Bandera Roja y
otros grupos pequeños, creamos una alianza que enfrentó en 2015 de nuevo al
gobierno y a la MUD»
La mayoría del PPT corrió a echarse
en los brazos de la MUD, mientras el resto minoritario de sus dirigentes
huyeron en sentido contrario y regresaron al Polo Patriótico, de dónde habían
salido por el desprecio y desatención de Chávez hacia sus propuestas.
Con este corto relato dejo claro
que nunca he estado con la oposición que juega al inmediatismo violento desde
hace dos décadas. Nos acercamos luego al Movimiento al Socialismo (MAS), que
venía de abandonar a la mencionada alianza opositora, por tener fuertes
contradicciones con sus políticas. Con el MAS, Opina, Bandera Roja y otros
grupos pequeños, creamos una alianza que enfrentó en 2015 de nuevo al gobierno
y a la MUD.
Fuimos derrotados por la
polarización, pese a que teníamos un programa legislativo que ya quisieran
otros tener. Líderes como Claudio Fermín, Henri Falcón, Timoteo Zambrano,
Eduardo Fernández, Enrique Ochoa Antich, Rafael Simón Jiménez, Simón García,
apoyaron entonces las propuestas de la MUD o por lo menos votaron por su
tarjeta.
En la pasada la elección presidencial, participamos en
el intento de constituir lo que se llamó la Concertación por el Cambio”
Tiempo después pasaron a
enfrentarla, unos antes que otros, debido a los errores y locuras cometidos por
esta desde enero de 2016. En 2018, participamos de la alianza que presentó la
candidatura presidencial de Henri Falcón, que agrupó al MAS, Avanzada Progresista,
Copei, Bandera Roja y los grupos que luego constituirían Soluciones y
Cambiemos, además de otros partidos, algunos regionales, y personalidades como
Eduardo Fernández, Enrique Ochoa Antich y Leonardo Carvajal.
Con la mayoría de ellos, pasada la elección
presidencial, participamos en el intento de constituir lo que se llamó la
“Concertación por el Cambio”, alianza orgánica para la definición de políticas
y la participación en los venideros procesos electorales. Luego de un inicio
promisorio, la alianza dejó de funcionar por distintas razones que en este
momento no detallaré.
Con el MAS, Avanzada Progresista,
Soluciones, Cambiemos y Bandera Roja, continuamos las gestiones para entablar
un diálogo con el gobierno, ante los fracasos habidos en este sentido con el
extremismo opositor. El éxito habido permitió el funcionamiento de la Mesa de
Diálogo Nacional, la designación del nuevo CNE y el inicio del proceso de
elección de la nueva AN. Parte del llamado chavecismo disidente, representado
por Gustavo Márquez, acompañó con seriedad este esfuerzo.
Debo reconocer la sensatez del esfuerzo realizado por
la Unidad Político Popular 89 de Reinaldo Quijada, Alternativa 1 y el liderazgo
serio de Unión y Progreso
Trabajamos para que los partidos
actuantes se mantuvieran juntos y así avanzar una misma propuesta electoral y
lograr acuerdos con otros participantes. En esto coincidimos siempre con al
MAS, adalid durante años del diálogo, la unidad y la salida pacífica y
democrática, quien sirvió como anfitrión de las reuniones.
A pesar del fracaso de estos
intentos, los hechos ocurridos me hacen valorar positivamente al MAS, por su
actuación transparente, su consecuencia política y su gran desprendimiento.
Votaré entonces por el MAS y llamo
a votar por su tarjeta. Sin desmerecer en absoluto el intenso y eficiente
trabajo de Soluciones y Redes, en la organización del movimiento popular
nacional; ni las movilizaciones de calle de Avanzada Progresista, con un grupo
de dirigentes calificados a la cabeza; ni tampoco a la presencia permanente de
Cambiemos, su liderazgo joven y sus posiciones mesuradas.
Más allá de quienes han sido
compañeros inmediatos de lucha, debo reconocer la sensatez del esfuerzo
realizado por la Unidad Político Popular 89 de Reinaldo Quijada, Alternativa 1
y el liderazgo serio de Unión y Progreso.
@LFuenmayorToro
*EL AUTOR es médico-cirujano, Ph. D., profesor titular y
exrector de la UCV, investigador en neuroquímica, neurofisiología, educación
universitaria, ciencia y tecnología. Luchador político
Tomado de La Razón / Caracas.