- Una
variedad de garrapatas que portan la bacteria que causa la enfermedad
mortal de la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas (FMMR) tienen más del
doble de probabilidades de cambiar su preferencia de alimentación de los
perros a los humanos.
"Nuestro trabajo indica que cuando hace calor,
deberíamos estar mucho más atentos a las infecciones de FMMR en humanos
--destaca Laura Backus, quien dirigió el estudio en la Facultad de Medicina
Veterinaria Davis de la Universidad de California (UC -Davis)--. Descubrimos
que cuando las temperaturas subieron de unos 23 a 38 grados, las
garrapatas marrones de los perros que portan la enfermedad tenían 2,5
veces más probabilidades de preferir a los humanos a los perros".
Los casos de FMMR y enfermedades relacionadas, conocidas colectivamente como rickettsiosis por fiebre maculosa, han aumentado drásticamente en los últimos 20 años. La enfermedad se puede tratar con antibióticos si se detecta en la primera semana de infección, pero una vez que la infección se afianza, la tasa de mortalidad de las víctimas puede superar el 20%.
Las complicaciones pueden incluir vasos sanguíneos dañados,
inflamación del corazón, pulmones o cerebro e insuficiencia renal. Durante los
últimos 10 años, las autoridades de salud pública se han alarmado
particularmente por una serie de brotes mortales de FMMR entre las
comunidades indígenas de Arizona y el norte de México.
Backus recuerda que ha habido indicios de trabajos anteriores
de que las garrapatas marrones del perro, que se encuentran en todo el
territorio continental de Estados Unidos, pueden ser más agresivas con los
humanos en climas cálidos. Y los científicos advierten de que el cambio climático
está expandiendo en gran medida las áreas del país que experimentan varios días
cuando las temperaturas superan los 38 grados. Backus y sus colegas de la
UC-Davis querían obtener información más definitiva sobre cómo el aumento de
las temperaturas podría elevar el riesgo de infecciones por RMSF.
Para su experimento, construyeron dos grandes cajas de madera
que medían aproximadamente medio metro por un metro, que luego se conectaron
entre sí mediante un tubo de plástico transparente. Llevaron a cabo una serie
de pruebas que involucraron poner a un humano en una caja, un perro en la otra
y garrapatas en el tubo de plástico transparente entre ellos. Luego, los
investigadores observaron, en intervalos de 20 minutos, si las garrapatas, que
buscan huéspedes para alimentarse en función del olfato, prefieren
perros o humanos, primero a temperaturas de alrededor de 23,3 grados y
luego a 37,8 grados.
Backus señala que a la temperatura más alta, un tipo de
garrapata de perro marrón, conocida como garrapata de linaje tropical, fue
especialmente decisiva para cambiar sus preferencias de perros a humanos.
Actualmente, las garrapatas marrones de linaje tropical se encuentran en las
regiones del sur de los Estados Unidos, en lugares como Arizona, Florida, el
sur de California y el sur de Georgia. Sin embargo, Backus advierte de que se
espera que su área de distribución se mueva hacia el norte a medida que el cambio
climático hace que aumenten las temperaturas promedio.
Las garrapatas marrones del perro que pertenecen a otro linaje,
el linaje templado, se encuentran en los 48 estados y también pueden ser
portadoras de FMMR. Backus apunta que si bien las garrapatas mostraron solo un
ligero aumento en la preferencia por los humanos sobre los perros en la prueba
de temperatura más alta, presentaron una disminución pronunciada en su
preferencia por los perros.
"Creemos que esta menor preferencia por los perros,
combinada con un ligero aumento en la preferencia por los humanos, sugiere que
las altas temperaturas también pueden elevar los riesgos de FMMR en áreas donde
las garrapatas templadas son más comunes", añade Backus.
A su juicio, es importante identificar las condiciones que
pueden aumentar los riesgos de infección, y poner a los funcionarios de salud
en mayor alerta, porque los síntomas en la fase inicial crucial de la FMMR,
cuando es relativamente fácil de tratar, pueden confundirse con varios
dolencias más comunes como dolor de cabeza, fiebre y dolores musculares.
"Los hallazgos del uso de este sencillo pero efectivo
experimento de laboratorio para medir cómo el aumento de las temperaturas
podría conducir a más infecciones humanas con un patógeno muy peligroso
transmitido por garrapatas se suma a la creciente evidencia de la conexión cada
vez mayor entre el cambio climático y su impacto en la salud", advierte el
presidente de ASTMH, Joel Breman.
"El cambio climático se está moviendo tan rápido que es
fundamental mantenerse al día con las muchas formas en que puede alterar e
intensificar el riesgo de una amplia gama de enfermedades infecciosas para que
estemos mejor preparados para diagnosticarlas, tratarlas y prevenirlas",
añade.