Un tratamiento con mil años de antigüedad para infecciones
oculares podría ser la clave para acabar con las superbacterias resistentes a
antibióticos, según expertos de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido.
Los científicos recrearon un remedio anglosajón del siglo X que contiene
cebolla, ajo, vino y una parte de estómago de vaca.
Cuando vieron que el remedio acababa casi por completo con el estafilococo dorado resistente a la meticilina (SARM), se quedaron "asombrados", informa BBC Mundo.
El remedio está incluido en el Bald's Leechbook, un antiguo
manuscrito anglosajón con instrucciones sobre tratamientos y bálsamos que se
conserva en la Biblioteca Británica. Se trata de uno de los primeros ejemplos
de lo que puede llamarse un "libro medicinal", explicó Tom Feilden,
editor científico del programa ‘Today’ de la BBC.
La experta en cultura anglosajona Christina Lee, de la
Universidad de Nottingham, tradujo la receta de un "bálsamo para los
ojos" hecho con ajo, cebolla o puerros, vino y bilis de vaca.
"Elegimos esta receta porque contiene ingredientes, como el ajo, que está
siendo investigado por científicos en la actualidad por su potencial
efectividad en el tratamiento antibiótico", explicó Lee, que fue la que
tuvo la idea de probar el remedio científicamente.
"Algunas palabras eran ambiguas y tuvimos que pensar
bien a qué ingredientes se referían", relató Freya Harrison, investigadora
de la Escuela de Ciencias de la Vida de la misma universidad. "La
reconstruimos lo más fielmente que pudimos", afirmó Harrison.
“Pasmados”
La receta describe una forma muy específica de obtener la
solución, que incluye la utilización de una vasija de metal para infusionar la
mezcla, que hay que dejar reposar durante nueve días.
Los investigadores probaron todos los ingredientes frescos de
forma individual, así como el remedio en su conjunto y una solución de control
sin los vegetales.
El remedió logró terminar con hasta un 90% de las bacterias.
Harrison dijo que el equipo esperaba que el bálsamo mostrara "cierta
actividad antibiótica".
"Pero nos quedamos pasmados al ver la efectividad de la
combinación de ingredientes", afirmó. La mezcla se probó en cultivos de
laboratorio de estafilococo dorado, tanto en heridas sintéticas producidas por
los científicos como en heridas reales infectadas en ratones. Al combinar todos
los ingredientes, solo una célula bacteriana de cada mil logró sobrevivir.
Los científicos luego diluyeron la mezcla para probarla en
menores cantidades, dado que es difícil saber qué porcentaje del remedio
alcanzaría a las bacterias en una infección real en una persona.
Concluyeron que, aun cuando el remedio está tan diluido que
es incapaz de matar al estafilococo dorado, una bacteria que produce
infecciones en la piel y en la sangre, este logra interferir en la comunicación
celular bacteriana.
Se trata de una "conclusión clave", según los
científicos, ya que las células tienen que comunicarse para activar los genes
que les permiten dañar los tejidos infectados.
Los microbiólogos creen que bloquear este comportamiento sería
una forma alternativa de tratar infecciones.
Un viñedo antiguo
Para confirmar los resultados los científicos llevaron a cabo
otro experimento. Las infecciones artificiales que crearon estaban formadas por
conjuntos densos de células unidas en una cubierta pegadiza, denominada
científicamente biofilm, que dificulta la acción de los antibióticos en la
infección.
"Pero al contrario que muchos antibióticos modernos,
este remedio puede romper estas defensas", dijo Harrison.
La doctora Kendra Rumbaugh llevó a cabo el experimento en
heridas infectadas en ratones en la Universidad Tech de Texas, en Estados
Unidos.
"Sabemos que las heridas provocadas por este tipo de
bacterias son muy difíciles de tratar en humanos y en ratones. No hemos probado
ningún antibiótico o terapia experimental que sea completamente efectivo",
explicó Rumbaugh.
"Pero este remedio antiguo lo hizo tan bien, o mejor,
que los antibióticos convencionales que utilizamos", añadió.
Las conclusiones del equipo se presentarán en la próxima
Conferencia Anual de la Sociedad de Microbiología General, en Birmingham.
"Parece que los médicos anglosajones pusieron en
práctica algo bastante cercano a los métodos científicos modernos, con su
énfasis en la observación y en la experimentación", dice Tom Feilden de la
BBC.
Receta del bálsamo para los ojos de Bald
Se mezcla una cantidad similar de ajo con cebolla o puerro,
cortados finamente y aplastados con un mortero durante dos minutos. Los
científicos utilizaron vino inglés de un viñedo de Glastonbury que ya existía
en el siglo IX para intentar replicar la receta de la forma más fiel.
Posteriormente se disuelven sales bovinas en agua destilada y la mezcla se
mantiene fría durante nueve días a una temperatura de cuatro grados.
Fuente: telecinco.es