Daniel Lozano
CARACAS.- El regreso de la delegación noruega a Caracas pasó
sin pena ni gloria, fiel reflejo de la situación que vive Venezuela. Los
diplomáticos noruegos no solo constataron que el régimen bolivariano sigue con
su hoja de ruta directamente hacia las elecciones parlamentarias de diciembre, mientras sus
jerarcas se reponen del coronavirus. Quien peor lo pasó fue Luis Parra, el
fraudulento presidente de la Asamblea Nacional (AN) impuesto por el chavismo,
que ya abandonó la terapia intensiva tras sufrir una neumonía grave.
La "toma de contacto" de los noruegos se
circunscribió a una conferencia digital con los jefes del G-4, los cuatro
grandes de la oposición. Un año después del fracaso proceso negociador entre
ambos bandos en Oslo y Barbados bajo mediación noruega, la situación es incluso
peor. Tres de los cuatro partidos del G-4 fueron tomados por asalto del
gobierno, que programó unas elecciones parlamentarias para ganarlas por la
fuerza pese a su impopularidad.
"No existe en este momento ningún proceso de negociación
y le reiteramos a la delegación noruega que solo elecciones libres y justas son
la solución a la crisis y no procesos fraudulentos con un Consejo Nacional
Electoral (CNE) ilegítimo", disparó por adelantado el Centro de
Comunicación Nacional de la presidencia encargada de Juan
Guaidó .
Nada queda del plan de elecciones presidenciales que estuvo
sobre la mesa en 2019 y cuya convocatoria parecía posible hasta que Maduro dio
un puñetazo y derribó el tablero para evitarlas. El chavismo decretó el fin del
proceso e impuso un monólogo con partidos colaboracionistas, de donde salió la
actual convocatoria amañada.
Los diplomáticos noruegos, expertos en reconciliaciones y que
facilitaron procesos de paz en varios continentes, también se encontraron con
representantes del gobierno bolivariano, pero no con Maduro. Si en algún
momento durante su estancia en el país petrolero previeron regresar a una mesa
de diálogo con las dos partes, ahora no parece posible.
"Hemos estado en contacto con la delegación de Noruega
desde su viaje a Venezuela. La idea es presionar al régimen a una transición
pacífica", dijo Elliot Abrams, enviado especial de Washington para
Venezuela, tras insistir en que no hay ningún proceso reabierto.
La visita previa del exgobernador estadounidense Bill
Richardson a mitad de mes desnudó el estado de parálisis política que sufre
Venezuela. El político viajó a Caracas con la intención de negociar la libertad
de sus compatriotas presos en las mazmorras de Maduro:
Richardson se entrevistó con el canciller Jorge Arreaza y con
el jefe negociador del chavismo, Jorge Rodríguez con la promesa de por medio de
encontrarse con Maduro. Dos días a la espera que desesperaron al exgobernador,
hasta que por fin Maduro lo llamó a Palacio. El resultado del encuentro ya
forma parte de los anales de las relaciones entre ambos países: Maduro se enojó
y abandonó la reunión dejando a Richardson con la palabra en la boca. Y muy
enojado, tanto que reclamó a sus interlocutores previos por la salida de tono
del líder chavista.
Sin avances dentro, pero con una coyuntura internacional más
favorable. Representantes de la Unión Europa (UE) conversaron con Estados
Unidos y Rusia, cuyas posturas se flexibilizaron. Los rusos necesitan legalidad
para proseguir sus negocios económicos y Washington reiteró su disposición a
una transición pactada pero sin Maduro.
"Este no es momento para promover conflictos políticos
ni sociales ni buscar culpables, sino para desarrollar acuerdos básicos que
busquen garantizar la atención de la población en riesgo, el equipamiento de
salud y soluciones de emergencia para las limitaciones de
infraestructura", señaló Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
El avance de la pandemia ya presiona de forma intensa la pésima
estructura hospitalaria tras 21 años de revolución. En el hospital
Pérez Carreño, uno de los más importantes de Caracas, solo quedan 44 camas y un
solo ventilador, denunció el excandidato presidencial Henrique Capriles.
Cuarenta médicos, 17 enfermeras y 11 trabajadores de este hospital estarían
contagiados, internados, confinados y al borde de la renuncia.
Fuente: Yahoo.es