Por Orlando Arciniegas*
*Resulta lógico que, al curiosear en la vida de ilustres
personajes, queramos saber acerca de su educación, de sus maestros, lecturas y
de las ideas que los influenciaron. Partiendo de gente a los que _natura_ dio
talento, se* *intenta averiguar cuánto agregó Salamanca. En el caso de Alejo
Zuloaga, sus dotes intelectuales se hacen evidentes en una vocación temprana
por la educación, siempre orientada, según dijera su biógrafo --el escritor e
historiador Luigi Frassato-- en un "afán de civilizar, en busca del
individuo y de la sociedad". Como un maestro, pues.
*Se cuenta que los orígenes de Zuloga --Alejo Zuloaga
Egusquiza-- son* *predominantemente vascos. Uno entiende que se trata de un
linaje* *endogámico que hace parte de los "trece 'patricios' o 'mantuanos'
que fundaron, junto con sus 286 esclavos, el pueblo de San Joaquín en la década
final de siglo XVIII". Un pueblo de tierras fértiles donde prosperaron
ciertos cultivos: añil, caña de azúcar, algodón. El poblado, dice Frassato,
debía tener para 1853 --el año de nacimiento de Zuloaga-- unos 1200 habitantes,
pero para la educación de la niñez solo contaba con una escuela primaria de
funcionamiento irregular. En la vida de Zuloaga, empero, ni San Joaquín ni la
agricultura entrarían en su destino.
*Lo cierto es que la familia Zuloaga-Esgusquiza se traslada a
Valencia, cuando los dos hijos de la pareja, Alejo y Ricardo, son apenas
unos críos. No se cuenta con una fecha precisa, ni tampoco están claros los
motivos que hayan sido causa de la mudanza familiar. El autor citado nos señala
el año 1859 como la posible fecha de su llegada a la pequeña ciudad de
entonces. Hacendados de tradición, se deciden a cambiar su forma de vida
animados tal vez por el deseo de dar a los hijos nuevas y mayores oportunidades.
Como en efecto ocurrió.
*De Alejo se sabe que recibe su instrucción primaria en
Valencia, en el Colegio de Nuestra Señora del Carmen, regentado por los
clérigos José Antonio Uzcátegui y José Antonio Ponte, quienes apreciaron en el
niño talento para el estudio. De este plantel dice ya en sus años adultos que
lo recuerda como uno de los "más fecundos en notables resultados que ha
tenido Carabobo". Sus estudios de secundaria los haría en el Colegio
Nacional de Carabobo, que, en los años entre 1863 y 1869 estuvo dirigido por
los mismos sacerdotes Uzcátegui y Ponte. ¡Buena compañía! Su bachillerato en
Filosofía lo completó con un "brillantísimo examen que mereció grandes
elogios de los directores y catedráticos", dice la frase lapidaria del biógrafo
de marras.
*A esto le sigue su iniciación en el Seminario Arquidiocesano
de Caracas, que abandona entre 1869 y 1870 por problemas de salud. Estos
estudios, sin embargo, le dejaron un gusto por las ciencias teológicas y
eclesiásticas, y mucho tal vez para su condición de católico militante y
practicante. No seria inoportuno referir aquí lo que su biógrafo supo gracias
al doctor Fabián de Jesús Díaz, quien le aseguró --"por datos
obtenidos de un sacerdote"-- que le constaba que el doctor Zuloaga...
había hecho de forma personal y privada el voto de castidad". De Zuloaga
se conoce que fue soltero toda su vida. Pero este detalle, el del voto de
castidad, ayuda a explicar algo que le echábamos en falta a su acucioso
biógrafo: que un hombre de grata prestancia, de buena figura, con ojos azules,
según el retrato del pintor Braulio Salazar, no se hubiera emparentado con
alguna agraciada valenciana. Quizá durante sus caminatas por el centro de la
ciudad y tras las ventanas de persianas deben haberse sentido correr unos
cuantos suspiros femeninos.
*A partir de 1870, de regreso de Caracas, Zuloaga quiso
seguir estudios superiores y se inscribió para ello en el Colegio Nacional de
Carabobo, donde al parecer comenzó a estudiar Medicina que luego interrumpió.
Eran tiempos en los que dicho Colegio pasaba por un mal momento a causa
de la falta de los fondos suficientes --que debían aportar los gobiernos
estadal y nacional-- para el pago de los docentes de todas las asignaturas.
Esto hizo que Zuloaga, con solo diecisiete años, acompañado de otros
bachilleres emprendieran la tarea de impedir el cierre del Colegio. Al final,
el empeño resultó exitoso, permitiéndole a Zuloaga iniciarse en la docencia,
descubrir su profunda vocación para la enseñanza, al tiempo que lograban, él y
sus compañeros, convertidos en estudiantes y docentes, completar sus estudios
superiores.
*Había escogido un camino del que ya no se apartaría durante
algo así como cincuenta años de su existencia. Ser un educador integral y a
tiempo completo --como lo dice su biógrafo Frassato--, estudiando siempre para
poder enseñar a los demás. A lo que agregaba su sensibilidad por ayudar y
compartir con los otros. Algo en lo él fue su mejor ejemplo. Pues incluso se
mantendría estudiando durante los años en que llevaba adelante lo que muchos
consideran su mayor emprendimiento, la fundación y puesta en marcha del
_Colegio Cajigal_, a sus 21 años, en honor del sabio Juan Manuel Cajigal
(1803-1856) --el fundador de la Academia de Matemáticas--, donde las cosas
no se quedaron en el uso de su nombre, sino que se elevaron a niveles de
excelencia hasta en el mismo campo de las matemáticas.
*Una experiencia que se prolonga entre 1874 y 1889, y que sus
biógrafos consideran "su más brillante momento como pedagogo y educador",
con el que hubiera bastado para considerarlo como lo que fue: un insigne
maestro. El Colegio Cajigal cerraría sus puertas, de modo temporal, cuando su
mentor pase a ser el rector, en 1883, del llamado --dado su grado de
excelencia-- Colegio Federal de Primera Categoría de Carabobo; el mismo que
después, en noviembre de 1892, sería erigido en universidad con el nombre de
Universidad de Valencia, de la que don Alejo Zuloaga fue designado como su muy
ilustre primer rector.
*Antes se dijo que el maestro Zuloaga nunca dejó de estudiar,
algo digno de encomiar. No solo lo atinente a la preparación de sus clases de
las que hizo un verdadero magisterio, sino sumando otros estudios formales.
Cabe recordar que en noviembre de 1872, mientras llevaba el peso de establecer
el referido Colegio Cajigal, culminó sus estudios superiores en la Universidad
de Caracas --de la que también fue rector--, recibiendo, primero, su
licenciatura en Derecho Canónico y, a fines del mismo mes, la borla doctoral,
habiendo sido su padrino de grado el entonces arzobispo de Caracas, monseñor
José Antonio Ponte, quien, para su satisfacción, era el mismo educador que
Zuloaga había tenido en sus estudios de primaria y secundaria. Un gran honor.
*Asimismo lo haría durante los primeros años de su ejercicio
rectoral en la Universidad de Valencia: entonces el 7 de junio de 1895
recibiría su título de doctor en Ciencias Políticas, que lo habilitaba como
abogado y procurador, para lo cual, el rector Zuloaga hubo de obtener el 29 de
septiembre de 1894 el correspondiente título de bachiller en Ciencias
Políticas. Una muestra, además, de ciudadanía ejemplar.
*Historiador, profesor jubilado de la Universidad de
Carabobo.