Vistas de página en total

05 febrero, 2020

Andrei Manoilo: La Doctrina Trump 2020, propuesta de tríada Trump-Putin-Maduro en Venezuela


El siguiente informe representa únicamente la perspectiva de Andrey Manoilo, profesor de la Universidad Estatal de Moscú y asesor del alto gobierno ruso; y Konstantin Strigunov, analista del think tank Эксперт. Traducción de Vicente Quintero, conocido de Manoilo. La relación de Manoilo y Quintero es estrictamente académica y profesional. La publicación del artículo se realiza a solicitud expresa de Manoilo.

Andrei Manoilo, miembro del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa

A la espera de nuevas elecciones presidenciales de Estados Unidos, la pregunta es la siguiente: ¿se firmarán acuerdos entre Putin y Trump sobre Venezuela?
El 30 de enero de 2020, la agencia de noticias rusa TASS señaló que el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Sergei Lavrov, realizará una visita oficial a Venezuela el 7 de febrero. Allí sostendrá conversaciones oficiales con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. El programa de la visita también incluye negociaciones con el Vicepresidente Ejecutivo y Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela.
El propósito de la visita de Lavrov a Venezuela es claro. Por un lado, esta es una respuesta “espejo” a Mike Pompeo, quien se reunió en enero en Colombia con el proconsul pro-estadounidense, el señor Juan Guaidó, y el 1 de febrero con el presidente de Bielorrusia, el señor Lukashenko. Los rusos buscamos demostrar que, mientras Pompeo está tramando intrigas con Lukashenko y Guaidó, nosotros tampoco nos quedamos atrás. Por otro lado, necesitamos supervisar las negociaciones que Nicolás Maduro podría tener con los Estados Unidos; es conveniente que mejoren las relaciones con Estados Unidos, pero en una tríada Estados Unidos-Rusia-Venezuela. Para Rusia, podría ser alarmante el establecimiento de cualquier canal de negociación entre Donald Trump y Nicolás Maduro.

Para los intereses del partido Единая Россия (United Russia), es vital “darle vida” al gobierno venezolano en este momento. Rusia todavía tiene la oportunidad de maniobrar en el conflicto; es posible reconciliar a Trump con Maduro, con el papel de intermediario de Vladimir Putin. Probablemente, Lavrov discutirá este tema en detalle con Nicolás Maduro. Rusia ha invertido una gran cantidad de dinero en Venezuela, y según algunas fuentes, las inversiones rusas en el país sudamericano ascienden hasta los 20 mil millones de dólares, de los cuales alrededor de 8 mil millones de dólares se han invertido recientemente. A Rusia no le conviene que Venezuela se convierta en una Libia más, en donde además de lo que todos ya saben, los rusos perdieron el dinero invertido. El desenlace tiene que ser favorable a Rusia.
Para que Trump, Putin y Maduro dejen de ser enemigos y se sienten a la mesa de negociaciones, deben hacer una serie compromisos. Y aunque no lo crean, la vida da muchas vueltas.
Comencemos analizando a Donald Trump: ¿qué hay en la cabeza de este señor?
1.     Derrocar a Maduro es, para Donald Trump, una “cuestión de honor”. Donald Trump ya le ha prometido al Congreso, a sus votantes y a todo el pueblo estadounidense que acabaría con el régimen chavista. Y esta promesa no se ha cumplido. Si Trump no destruye a Maduro antes de noviembre de 2020, antes del día de votación para el nuevo presidente de los Estados Unidos, habría fracasado rotundamente su operación Venezuela.
2.     Por ahora, para Donald Trump no hay vuelta atrás en sus relaciones con Maduro. Está en una encrucijada; entre sus intereses personales, la posición del Congreso de los Estados Unidos, los intereses de sus grandes amigos, la estabilidad de la región, etcétera. Pero confiaremos en que tomará la mejor decisión, la cual será la más favorable para los intereses de todos nosotros. Lo mejor de Donald Trump es que piensa como un buen empresario.
3.     A diferencia de otros presidentes de los Estados Unidos, más equilibrados mental y emocionalmente, Trump tuvo en sus manos una herramienta realmente efectiva para derrocar al poder chavista en Venezuela, la cual conocemos en Rusia como el llamado “precedente venezolano”. Lamentablemente, fracasó por culpa de una oposición inepta, fracasada y patética. Se basa en una combinación de los principios de las revoluciones de colores, el poder dual, y los golpes de Estado verticales.
4.     Trump confiaba en que convertir a Maduro en una “moneda de cambio” era más que suficiente. Pero los hechos han demostrado que no fue así: la confiscación de activos y cuentas personales en bancos extranjeros debilitó a Nicolás Maduro, pero este aún está en el poder. Y los traidores están muy bien identificados. Los estadounidenses subestimaron el rol que podían tomar los rusos al exponer el papel de John Bolton en su intento de reclutar altos funcionarios venezolanos para sus planes. Y ahí tenemos un resultado a la vista de todos: John Bolton fue despedido.
5.     La CIA no ha tenido todavía éxito en Venezuela, pero esto no significa que los estadounidenses no podrán encontrar a otra persona del círculo íntimo de Maduro que haga lo que sea por recuperar sus activos en el extranjero. La reciente reunión entre Guaidó y Pompeo, en el marco de la conferencia regional antiterrorista que tuvo lugar en Bogotá el 20 de enero de 2020, sugiere que quizá se haya encontrado un nuevo candidato para vencer a Maduro desde las filas del chavismo.
6.     Mike Pompeo viajó a Bogotá no solo para decirle chistes a Guaido, sino que para darle instrucciones y órdenes a sus agentes. Esto significa que, muy pronto, los estadounidenses repetirán su manual para derrocar a Maduro, pero con otros personajes. Ni siquiera deberíamos descartar que Guaidó, en el momento menos pensado, desaparezca del mapa.
7.     Maduro sabe que no puede confiar en nadie. Cualquiera persona, incluso los chavistas fieles y originarios, en cualquier momento podrían venderlo a los estadounidenses. La tecnología descrita para organizar golpes de Estado, probada por primera vez por los estadounidenses en Venezuela, es muy útil; fracasó por lo inepta que es la oposición venezolana. Pero Trump no tiene suficiente tiempo para preparar nuevos cuadros políticos y académicos. El tiempo se agotó y perdieron el dinero invertido.
8.     El principal objetivo estratégico de Trump no es la victoria de Estados Unidos en Venezuela, sino su victoria personal en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2020. Ambas cosas son importantes, pero un objetivo precede al otro. La victoria electoral en Estados Unidos es la prioridad ante el derrocamiento de Maduro.
9.     Trump entiende que el derrocamiento efectivo del régimen de Maduro puede darle una tremenda ventaja electoral sobre sus rivales, que también se postulan para las elecciones. Los estadounidenses votan por los fuertes y exitosos. Para Trump no es rentable para destruir a Maduro ahora, en estas condiciones. Ya para noviembre se habría olvidado esta victoria. Y es por eso que Trump está preparando bien el escenario para intentar derrocar a Maduro a finales de 2020, 2–3 semanas antes del día de la votación.
10.Maduro comprende esto, y envía señales de Trump sobre su disposición a sentarse nuevamente en la mesa de negociaciones.
¿Qué puede hacer Nicolás Maduro para salvarse? Todavía está muy joven para que una calle de Moscú tenga el honor de llevar su nombre
1.     Para Nicolás Maduro, la estabilidad del régimen venezolano y la capacidad de permanecer en el poder no es una cuestión de prestigio o popularidad regional, sino de supervivencia. Todos recuerdan exactamente cómo terminaron los jefes de Estado que se atrevieron a desafiar a los Estados Unidos: Gadafi, Hussein y Allende son solo algunos ejemplos. Después de su decisivo “no” a Washington, Maduro fue puesto en la “lista negra”. A simple vista, pareciera que a Maduro solo le quedan dos opciones: ceder a los estadounidenses o, tarde o temprano, sufrir la suerte de Allende. Pero el panorama no es tan negativo para Maduro, que puede equilibrar su correlación de fuerzas internacionales entre Cuba, Rusia y Estados Unidos, con la esperanza de que los antagonistas lleguen a acuerdos que permitan su supervivencia.
El equilibrio, sin embargo, ha comenzado a resquebrajarse desde 2019. Las razones son las siguientes: las negociaciones de Oslo, en donde no fueron invitadas delegaciones de países aliados de Venezuela; la revelación de los planes de la CIA en agosto de 2019; etcétera.
2.     Maduro está listo para negociar con los Estados Unidos, por supuesto, bajo garantías personales de seguridad y la devolución de activos extranjeros. Pero Maduro no es tonto, como algunos piensan. A Maduro no se le subestima; ya lleva más de media década en el poder. Y Maduro sabe cuál fue el destino de Gadafi. Los estadounidenses no siempre cumplen su palabra y hay que tener distancia a la hora de negociar con ellos.
3.     Maduro también está listo para negociar con Rusia. Y recordemos que, después del fracaso de las negociaciones en Barbados en agosto de 2019, Maduro inmediatamente viajó a Moscú, el 25 de septiembre de 2019. Los rusos seguirán apoyando a los chavistas con dinero, servicios de inteligencia secreta-militar y asesoramiento. Pero nos desagradó el hecho de no haber sido invitados a las negociaciones en Osló.
4.     El cálculo estratégico de Nicolás Maduro se basa en cada posible retraso en la planificación de su derrocamiento por parte de Estados Unidos. Si Trump no logra derrocar a Maduro, tendrá que replantearse su estrategia en Venezuela, así como los estadounidenses lo han hecho con Cuba durante más de medio siglo. Y en Venezuela hay muchísimas oportunidades para hacer negocios. Donald Trump, como empresario, tendrá que valorar eso, tarde o temprano. Y si todo fracasa, luego llegará el momento para normalizar las relaciones. Maduro sabe que su victoria está en resistir el paso del tiempo, cueste lo que cueste. Las elecciones presidenciales de 2020 son un tema crucial en los Estados Unidos.
5.     La situación de Nicolás Maduro no es sencilla. En particular, porque los otros altos funcionarios del gobierno venezolano podrían intentar tomar el poder por la fuerza, como trataron de hacerlo un grupo de chavistas el año pasado, con Leopoldo López y Juan Guaidó.
¿Y qué hay de Vladimir Putin en Venezuela? Este es el hombre que podría unir a Donald Trump y Nicolás Maduro. Tiempo al tiempo.
1.     Para Rusia, lo cierto es que Venezuela representa lo mismo que Cuba era para la Unión Soviética; un aliado estratégico, cabeza de puente militar y punto de apoyo. Además, para Rusia, la oportunidad de frustrar los planes de Estados Unidos en Venezuela es una oportunidad para “voltear la nariz” de los arrogantes políticos estadounidenses que creen que solo ellos pueden desempeñar el papel del “gendarme necesario mundial”. A los rusos nos molesta que los estadounidenses siguen creyendo que todos los demás países son su “patio trasero”. Incluso Rusia es asumida como patio trasero estadounidense.
2.     Rusia acudió a darle asistencia a Maduro a principios de 2019, cuando la posibilidad de su eliminación física era real. Gracias a los especialistas rusos y los ajustes realizados en la guardia personal del Presidente de Venezuela, es que Nicolás Maduro logró permanecer con vida. A Caracas habían llegado fuerzas especiales secretas de otros países vecinos, preparadas para quitarle la vida a Maduro.
3.     Asimismo, los rusos han frustrado los planes secretos de los Estados Unidos en Venezuela, a través de operaciones de inteligencia y guerras híbridas. Y la información, en todo esto, es muy clave. La información vale tanto, o más, que un arsenal de ametralladoras. Y lo hemos demostrado. Hasta los momentos, Nicolás Maduro sigue siendo el presidente de Venezuela, sin tener todo el poderío de los Estados Unidos. Esta experiencia demuestra que se puede resistir efectivamente a las amenazas estadounidenses, sin sucumbir.
4.     Se revelaron los puntos principales de las negociaciones de un importante chavista con la CIA, así como las condiciones (garantías) exigidas para tomar el control del país durante las elecciones presidenciales anticipadas, a las cuales Maduro convocaría, en función de los acuerdos con los Estados Unidos en las conversaciones en Oslo y Barbados.
5.     El fracaso de esta operación no es culpa mía, sino de los propios oficiales de personal de la CIA y SNB. Ellos mismos lo revelan todo. Y algunos, hasta venden información.
La importancia de Venezuela para Vladimir Putin
Fue, a través de Venezuela, que Rusia comenzó a recuperar su rol en América Latina, una región con cuyos países la Unión Soviética siempre había tenido relaciones amistosas — en el siglo XX, fueron Cuba, México, Argentina, Uruguay y Perú los principales socios —. La ayuda a Venezuela también es importante para los ciudadanos de Rusia, ya que es una oportunidad para que estos sientan orgullo patrio y perciban que el papel de Rusia en el mundo y los procesos mundiales está creciendo. Y esta es la primera vez que Estados Unidos realmente quiere hacer algo — derrocar al régimen de Maduro —, pero no puede, gracias en parte a Rusia; no puede, a pesar de concentrar todas sus fuerzas y esperanzas en esta meta. Este es un precedente que limita la influencia estadounidense en todo el mundo.
Además de la política internacional, Rusia también tiene intereses económicos en Venezuela, en el campo de la producción y refinación de petróleo, así como también en el desarrollo de la industria minera y el comercio. Todo esto será posible tan pronto como Estados Unidos deje de estrangular a Venezuela con sanciones y amenazas de invasión militar directa. Es decir, cuando Putin, Trump y Maduro finalmente se den la mano y olviden sus diferencias.
¿Es posible un Tratado de Amistad entre los señores Donald Trump-Vladimir Putin-Nicolás Maduro?
Sí. Muy posible. Pero para que ello sea viable, debe elaborarse primero una fórmula de compromiso que se adapte a todas las partes contratantes. Y esta fórmula se deriva directamente de la coincidencia de los intereses de Maduro, Trump y Putin. ¿Dónde está este punto de coincidencia? Aquí lo veremos.
Trump quiere convertirse nuevamente en el presidente de los Estados Unidos. Y necesita una victoria en Venezuela. Rusia no puede garantizar la victoria de Donald Trump y estamos categóricamente en contra de esto, debido a que viola los principios éticos que definen la política rusa para el extranjero. Sin embargo, los rusos podemos ayudar a “salvarle la cara” a Donald Trump. Los rusos haríamos que Trump logre quedar como un personaje digno e impoluto, en la víspera de las elecciones. La derrota de Trump en Venezuela podría enterrar su carrera política, debido al impacto que puede tener en las elecciones, sin ignorar tampoco todo lo que está hablándose de Trump en la opinión pública estadounidense. Y solo Vladimir Putin, que en Venezuela ha demostrado su supremacía sobre Donald Trump, es el que puede ayudarlo. Vladimir Putin le salvará la cara a Donald Trump y podría permitir que gane las elecciones nuevamente. Pero esto tiene un costo muy grande y nuestros intereses en Venezuela quedarán intactos.
La mejor opción para Trump será negociar una salida a la crisis de Venezuela con el arbitraje y la mediación de Vladimir Putin. Venezuela seguirá siendo independiente, soberana e indivisible; en todo su territorio se mantendrá la neutralidad entre Rusia y los Estados Unidos (“statu quo”); el poder permanecerá en manos del partido PSUV; se le cederán algunas funciones a algunos sectores de la oposición, para que al menos les quede algo.
Pero el poder no se le puede transferir a una oposición marginal como la que presenta Juan Guaidó y sus “representantes”, sino una oposición real, cuyos líderes tienen peso y autoridad en la sociedad venezolana. En este escenario, la nueva vicepresidenta de Venezuela puede ser María Corina Machado, una líder opositora real y autorizada con sus propios recursos políticos y capacidad contractual. María Corina Machado es mejor que Guaidó, este hecho debería ser obvio para Trump. Juan Guaidó, al lado de Machado, parece un estudiante adolescente. Además, Guaidó es tan similar a Obama, física y psicológicamente, que incluso es extraño que Guaidó aún no haya causado que Trump tenga una reacción alérgica hacia ese ser; hacia esa persona.
1.     Trump debe retirarle cualquier tipo de apoyo político y económico a Juan Guaidó; debe abandonar cualquier intento de cambiar el sistema político de Venezuela por medios armados. Estados Unidos no intervendrá directamente en los asuntos internos de este país soberano. Y las sanciones contra Venezuela deben ser eliminadas.
2.     A cambio, a Donald Trump se le dará la oportunidad de convertirse en una figura verdaderamente histórica: formular su “Doctrina Trump”, que puso fin al conflicto entre Estados Unidos, Rusia y Venezuela. Y es que le advertimos a Donald Trump que, si sucumbe a las presiones del “gordo” Mike Pompeo, el destino será el mismo y se repetirá el escenario de 2019. Lo mejor que puede hacer Estados Unidos es eso: formular la Doctrina Trump y todos quedaremos beneficiados. De la mano de Nicolás Maduro y María Corina Machado, una nueva Venezuela puede resurgir de las cenizas. ( Medium.com )

* Andrey Manoilo es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Moscú