El movimiento
indígena juega un rol decisivo en las movilizaciones en Ecuador. Su principal
organización es la Conaie que encabeza las protestas y es una de las piezas
determinantes en lo que pueda suceder. ¿Pero, qué es la Conaie? Sputnik
conversó en Quito con uno de sus dirigentes.
"El
principal actor ahorita es el movimiento indígena, que está paralizando el
interior del país, así como también acá en la capital", afirma Ricardo
Ulcuango Farinango, quien fue vicepresidente de la Confederación de
Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), y ex presidente de la
Confederación de la Nacionalidad Quichua del Ecuador.
El movimiento
indígena tiene su principal expresión en la Conaie, que integra naciones
indígenas de las tres regiones del país: la andina, costera y amazónica.
"Hemos sostenido que somos el 45% de la población ecuatoriana, y de esa
totalidad la Conaie agrupa el 70% de las comunidades", explica.
La Conaie se
ha tornado, explica Ulcuango, en "un actor político sin ser un partido
político". Sucedió desde los años 90, desde cuándo se ha vuelto
central en la dinámica ecuatoriana, tanto en su capacidad de movilización para
destituir presidentes, como en 1997, 2000 y 2005, como para poner agendas
reivindicativas y políticas.
"Se han
logrado introducir los principios que venía planteando el movimiento indígena a
través del proyecto político del Estado plurinacional —aprobado en la
Constitución del año 2008— y también permanentemente se ha estado confrontando
con la derecha ecuatoriana y el modelo económico neoliberal".
Por el
recorrido de la Conaie era entonces predecible pensar que tomaría un rol
central en la confrontación contra un modelo neoliberal como el que ha venido
impulsando el Gobierno de Lenín Moreno desde que asumió la presidencia en el
año 2017. La actual situación de movilización es la muestra de eso: la actual
pelea por derogar los decretos económicos aprobados por el presidente tiene a
la Conaie al frente de las acciones.
La gota que
rebalsó el vaso
El dirigente
indígena, que también fue embajador en Bolivia durante el gobierno de Rafael
Correa, sitúa en el ajuste
decretado por Moreno la semana pasada el punto que
rebalsó el vaso:
"Lo que
derrama el vaso entre la Conaie y el Gobierno es porque se elimina
absolutamente todo el subsidio al combustible, que es lo único que mantenía
todavía a favor del pueblo, con esa medida económica afecta a toda la población
pobre del país, por lo tanto, el movimiento indígena ha reaccionado en contra
de esta política, el modelo, el sistema".
La relación
de la Conaie con Moreno, quien había sido vicepresidente bajo Rafael Correa,
encontró entonces su punto de quiebre en ese anuncio. Con anterioridad Ulcuango
Farinango explica que el Gobierno había establecido unos diálogos que fueron
utilizados "para seguir entreteniendo, dar algún espacio, reivindicaciones
muy puntales mientras iba incrementando medidas económicas en contra del
pueblo".
La ruptura
con el gobierno unificó al movimiento y le permitió recobrar una capacidad de
movilización que Moreno había subestimado. La Conaie comenzó con acciones en
diferentes puntos del país, como bloqueos de carreteras, hasta confluir en una
movilización que llegó hasta
Quito el 9 de octubre desafiando el estado de
excepción y el posterior toque de queda.
Represión y
deslegitimación
"El
Gobierno ha intentado desprestigiar a los principales líderes, segundo ha
intentado fraccionar al movimiento indígena, tercero están intentando llevar al
cansancio de la lucha", analiza. Esa táctica hasta el momento no ha tenido
resultado y la Conaie se ha mantenido unida, sosteniendo el mismo punto: solo
dialogarán con Moreno si da marcha atrás con las reformas aplicadas.
Estos días
han oscilado en los discursos desde el Gobierno: ha reprimido con mucha fuerza,
"hay más de 1000 detenidos, más de 500 personas heridas, y 7
fallecidos", ha hecho llamados al diálogo sin proponer tocar los puntos de
las reformas económicas, y ha apostado por el desgaste y por "tratar de
fragmentar y polarizar entre la sociedad blanco/mestiza con los
indígenas", analiza.
Sin embargo,
la gente trabajadora de Quito "ha respaldado a la marcha indígena, la ha
recibido tanto del sur como del norte", porque responde a una legitimidad,
y a una causa común, opina.
"Saben
que el movimiento indígena no solamente lucha por sus reivindicaciones, que son
legítimas y por las que hay que seguir luchando, en este momento la lucha es
contra el paquetazo, por lo tanto, la gente pobre de la ciudad, los
estudiantes, los trabajadores, las organizaciones de las mujeres, apoyan,
reciben y ven con expectativa y esperanza las acciones del movimiento
indígena".
Pasado más de
nueve días de protestas, bloqueos y movilizaciones, la Conaie es uno de los
principales actores que pueden determinar el curso de la crisis. Por el momento
no hay acuerdo, y el dirigente indígena duda que el Gobierno logre
debilitarlos: "la represión genera una reacción cada vez más fuerte de las
comunidades, de la sociedad".