Una de las imágenes del documental. /
elescritordeunpais.com
- “La Guinea independiente quiso ser una continuación de los tiempos de Franco", afirma el escritor guineano Juan Tomás Ávila.
Miguel Muñoz / Cuarto Poder
En 1968, Guinea Ecuatorial se independizó
de España tras décadas de colonización. Durante algunos años, el territorio era
considerado como una provincia española más. Junto al Sahara Occidental,
era la colonia española en África. 51 años después, este país africano es uno
de los países más aislados del continente. Uno de sus idiomas oficiales sigue
siendo el castellano. Pero la opacidad del país, gobernado por Teodoro Obiang
desde hace 40 años, es la tónica habitual. Sus índices sobre el respeto a los
derechos humanos y las libertades civiles son de los más bajos del mundo. Un
documental, titulado El escritor de un país sin librerías,
intenta romper el silencio informativo. El proyecto se estrena hoy en
Valladolid, dentro de la programación de la Semana Internacional de Cine de
Valladolid (Seminci). Las entradas están agotadas.
“Entramos en Guinea acompañados del
escritor más traducido del país, Juan Tomás Ávila Laurel, que en
2011 tuvo que refugiarse en España por denunciar la dictadura de Teodoro
Obiang, la más longeva del mundo. A través de sus libros nos adentramos en
un rincón de África donde se encuentran algunas de las víctimas más invisibles
del franquismo y que, aún ahora, sufre las consecuencias de dos siglos de
dominación colonial”. Es la sinopsis de una cinta que ha tenido muchas
dificultades para ver la luz.
Su director, Marc Serena,
explica a cuartopoder.es las motivaciones que llevaron a emprender este
proyecto. “Es uno de los países de los que menos información tenemos, no hay
casi periodistas que hayan entrado o que estén trabajando desde allí. Hay poca
percepción de lo que históricamente pasó con España”, afirma. Ni siquiera el 50
aniversario de la independencia trajo grandes actos en nuestro país. “Ha habido
pequeñas iniciativas, pero la mayoría de la gente de España sigue sin ser
consciente de que hace 50 años se independizó un país que se llama Guinea
Ecuatorial, que habla español, que hay un dictador que es el que más tiempo
lleva en el mundo, con formación militar española, hecha en Zaragoza y que
tiene un estilo franquista ya que este país aplica leyes
vigentes en la España del 1968”, añade.
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En este sentido, Serena afirma que “el
país tiene un funcionamiento franquista, no hay democracia, derecho a la
información, juicios justos... Diríamos que no hay ley”. El Código
Penal en vigor es una revisión de Código Penal español de 1963, por lo que
un juez podría condenar, por ejemplo, por “escándalo público”. Así lo recoge,
de hecho, la web del
Ministerio de Exteriores.
Aunque el director comenta que es un
documental de significado abierto, resume sus conclusiones. “Yo nunca he vivido
el franquismo pero estando en Guinea me ha dado la sensación de
vivirlo, de experimentar un país bajo un régimen franquista. Porque las
características que he leído en los libros de historia, las he visto”.
Serena destaca el aislamiento del país, con redes sociales censuradas y
acceso a internet prácticamente limitado. Y el papel eclesiástico: “Las
iglesias están llenas, la iglesia es un brazo más del régimen”. Por no hablar
del régimen personalista de Obiang, la falta de libertad de expresión y el uso
de torturas.
Es importante también, apunta el director
del documental, echar la vista atrás. “Hablamos mucho del apartheid en
Sudáfrica, la lucha de Mandela es conocida. Pero no se sabe que España
aplicó en Guinea Ecuatorial una segregación racial equiparable”,
señala. Considera que hay un desconocimiento grande sobre el tema y sobre las
colonizaciones españoles. De hecho recuerda las palabras de
Pablo Casado diciendo que España no colonizó, sólo hacía una España más grande.
La comparación con otros países con
situaciones parecidas como Portugal, Francia o Inglaterra nos
deja en mal lugar. Allí, explica Serena, hay muchas reflexiones sobre esto, hay
estudios poscoloniales, cine poscolonial o literatura. Portugal por ejemplo
tiene un canal público llamado RTPA África en el que pone mucho acento en
países donde se habla portugués. “Aquí parece que nos hayan puesto algo en los
ojos, tipo Matrix, y que ciertos capítulos no han pasado”, afirma.
“Cuando salga el documental, no sé qué va
a pasar. No nos lo han puesto fácil”, reflexiona el creador. Según su
punto de vista, la imagen que tiene la sociedad española en su retina es la
película más taquillera en España en 2015, Palmeras en la nieve.
“Habla de la Guinea española y está escrita por una persona que nunca ha estado
allí, no ha sido rodada allí, con actores que no son guineanos, etc. Y con unos
millones de euros en producción brutales. Nosotros ni hemos gastado lo que se
gastaron ellos en el cátering”, afirma. Pese a los impedimentos “en todas
direcciones”, la película se estrenará en cines, pocos, el próximo 13
de diciembre.
Escritor exiliado
El documental está “guiado” por la figura
de Juan Tomás Ávila Laurel. Este escritor nacido en Guinea en 1966 ha
publicado una docena de libros en español, pertenecientes a distintos géneros
literarios. Actualmente vive refugiado en España, después de la huelga de hambre que protagonizó
en 2011 en contra de la dictadura de Teodoro
Obiang. Su obra es estudiada en universidades de todo
el mundo.
“El desconocimiento en España
sobre Guinea es premeditado o intencionado”, afirma
a este medio. Para el escritor, hay una historia “que se quiere tapar y que se
tapó oficialmente”. Destaca en este punto la relevancia de la Ley de Secretos
Oficiales donde los asuntos relacionados con Guinea fueron declarados materia
reservada. Por otro lado, pone encima de la mesa una cuestión de desinterés
social al ser un “país africano con gente de raza negra”.
Ávila considera que la historia de Guinea
es similar a la de otros países africanos, con una situación colonial convulsa.
“El traspaso de poder de las autoridades coloniales a los nativos se hizo sin
ningún tipo de miras y acompañamiento. Esto derivó en una escalada de
violencia que tendió además a eliminar muchos vestigios de la colonización”,
añade. “Pasamos de una situación violenta con Franco a otra que quiso repetir
los puntos más álgidos de la violencia franquista como el poder absoluto”,
afirma. “La Guinea independiente quiso ser una continuación de los tiempos de
Franco, insiste”.
Su experiencia personal está marcada por
el exilio. Todo empezó en 2011, cuando José Bono, por aquel
entonces Presidente del Congreso, realizó una visita oficial al
país africano. “Muchos entendimos que eso era una forma de apoyar al dictador”,
recuerda. Se realizó una protesta contra la visita y el escritor inició una
huelga de hambre en aquel país. Por temor a las represalias fue cambiando de
lugar de estancia hasta abandonar el país. Llegó a España y continuó con su
huelga de hambre para visibilizar aún más su causa.
Respecto a las denuncias de la sociedad
guineana sobre la situación política, Ávila destaca el miedo. Por
un lado, de las personas que viven allí. Y, por otro, también de las que se
marchan por las posibles consecuencias para familiares que aún permanece en
Guinea. “Tienden muchas trampas a los guineanos. Los que están aquí en España,
difícilmente pueden tener el pasaporte. Se les hace ir allí. Es una manera de
recordarles que en cualquier momento pueden estar ante un funcionario del
régimen y rendirles cuentas de su actividad”.
El escritor sí destaca algunas personas
con coraje. Hay un sitio web llamado “Radio Macuto” que ofrece información
crítica con la dictadura. Otro ejemplo es “Diario Rombe”. En cuanto a organizaciones
sociales, Ávila pone en valor el trabajo de Egjustice. “Poco a poco la
gente se conciencia de la necesidad de denunciar las atrocidades del régimen”, señala.
“España también es un país corrupto.
Generalmente la gente del poder se defiende y se tiende puentes. Por ejemplo,
sabemos que hay muchos dirigentes guineanos que tiene bienes inmuebles en
España”, comenta. Estos asuntos llamativos ponen de relevancia, según el
escritor, de hechos delictivos. Pero es un asunto fuera de la
agenda pública. “Hay españoles de renombre y de cierto peso que tiene que ver
con que estos temas no aparezcan”, concluye.